Casi perfecta -
Capítulo 16
Capítulo 16:
“Si importa, yo jamás te mentí. Cada cosa, cada segundo junto a ti yo lo sentí así y sabes lo que significa eso para mí”.
Me giro y lo miro de donde estoy prestando atención.
“A la única mujer que ame toda mi vida y anhelé es a mi madre. Ese amor es lo que me mantuvo en pie. No soy nada, mírame. Secuestro, mato y solo intento que la gente no sea tan mi%rda, y ahora dices que no te amo por que no tomó al hijo de p%ta de Ihlar y lo hundo en el fondo del mar para que muera y eso me hará amarte más”, dijo.
“Solo alimentaria esa imagen de monstruo que tienes sobre mi… cuando estoy junto a ti siento y eso es mucho para mí, pero a la vez se siente tan bien que si pudiera no te solitaria jamás”, continuó diciendo.
Voy hacia él rápido y me paro frente a él.
“Si me lo pides, dejare todo por ti, soportare lo que sea y no te olvidare jamás”, me dice.
Pienso en decirle la verdad pero algo me detiene.
“No, no pediré algo que no puedo dar”.
Me alejo un poco de él.
“¿Dices que no eres de dejar todo por mí?”, le pregunto.
“No es que no quiera, no puedo”, responde.
Me alejo de él sin entender.
“Sabes que no te comprendo y mira que lo intento, pero no puedo. Me amas pero me sueltas, me dejas sola ahora que…”, me detengo y sin decir más subo a la habitación, cierro la puerta y me derrumbó tras ella.
¿Qué haré ahora? No sé si soy una maldita por querer decirlo y que si lo deje todo por mí, pero a la vez el corazón me duele de antemano si me rechaza.
Las inseguridades se apoderan de mi cuerpo como si de verdad ahora la debilidad me tomara, pero recuerdo que el médico me dijo que debo estar tranquila y eso haré. No dejaré que nada malo le pensar a mi bebe esta vez no.
“Luz baja que debes comer lago”, me dijo.
“Si, lo hare y tomare en cuenta tu propuesta. Quiero que me dejes sola por favor”, le respondo.
No escuche nada más detrás de la puerta y veo el teléfono del línea en la habitación. Me debato entre llamar a mi madre pero sé que ella está internada y es allí donde no me queda más que hablar con Ihlar.
Marco el número pero no responde. Cuando lo hace no se escucha la voz de él sino que el de música y muchas risas. Extraño ya que según él se iba a trabajar.
“Hola quién habla?”
Resuelvo fingir que soy otra persona para saber más.
“Hola señor soy la gerente de los departamentos, supo que…”.
“Sí sí, ya lo sé, mi abogado está resolviendo todo, dígale a la prensa que estoy de luto, que ahora no daré entrevistas”, me dice.
La música detrás y la palabra luto no me dejaron más que pensar una cosa. ¿Él cree que estoy muerta?
Cuelgo la llamada, bajo más que rápido y lo veo a el colocando los platos en la mesa.
“¿Tu tramaste esto verdad?”, le digo.
“Me tomas el pelo Karim, ¿Cómo dejas que Ihlar crea que morí?”.
“¿Cómo sabes que…?”, dice y le interrumpo.
“Llame de la habitación a su número…”.
“¡Mi%rda ya sabes que estás viva!”, me dice.
“El punto es que me hice pasar por otra persona”
Él va hacia su chamarra y toma su móvil.
“Deja el móvil, debes decirle que no estoy muerta…”.
Él me da el móvil con un vídeo reproduciéndose.
“¿Segura que él está de luto? Aquí no lo parece”, me responde.
Miro el video, es una fiesta y la fecha es de hoy.
La hora es de hace 17 minutos.
Está tomado, besa una mujer y la que lleva la cámara se acerca a él y se le insinúa.
Esta no lo besa, pero él si quiere.
Suelto el móvil.
“Ya comprendo tu punto. Según tú él quiso matarme”, digo.
Trato de no llorar, recuerdo una y otra vez que puede ser una trampa.
“Solo digo esto, ¿Si aún no se casan porque él te mataría?”.
“No lo sé, pero eso no te importa. Porqué me proteges, ya está más que claro y esa amiga tuya que…”.
“Come y te cuento todo, me voy a sincerar contigo y luego de eso comprenderás muchas cosas”, me dijo con firmeza.
Me siento en la mesa sirvo el espagueti.
No voy a mentir, no siento hambre pero comeré.
Alguien más además de mi merece que todo sea perfecto.
Comienzo a comer, igual de verme tranquila ahora nota que estoy mejor y se nota que le gusta mucho si soy buena en la cocina.
“No sé por qué eres psicóloga, si eres excelente cocinera”, me dice.
“Lo aprendí de mi madre ella es la mejor”, le respondo.
“Ellas todo lo hacen bien. Mi madre…”, dijo y él se queda en silencio.
“Si quieres dímelo, sino no lo hagas. No te haré daño recordando algo que te duele, no soy así”.
“Mi padre me llevó de los brazos de mi madre cuando cumplí los 13. Desde allí tuve las cosas claras. Si él estaba vivo, ella también. Muchas cosas, secretos de familia que ahora no diré, se basan en qué el siga en pie, cosa que a mí me daría igual si no fuera que mi madre está en riesgo”, explicó.
Él toma la botella de vino y sirve una copa cuando va servir la mía, le digo que no.
“Ella es todo para mí, mucha noches me preparo para la despedida. ¿Sabes lo duro que es amar a alguien sabiendo que te dejará? Es horrible”, continuó.
“Pero tu papá morirá de viejo algún día, ¿Eso en qué posición te deja y a tu mamá?”.
“Solo sé que ella está bien. No sé dónde vive ni que hace, nada, y con respecto a eso mi padre tardará un poco en envejecer pero eso no viene al caso”.
“Y ahora ese es el punto por el cual no dejas todo tu madre”.
“Si y que tú ves esto pero no solo soy esto, seré peor cada día y…”.
“Yo no veo lo que eres con los demás, yo veo lo que eres conmigo. Lo que me dicen tus ojos, lo que me dicen tus manos. En ocasiones me haces sentir que yo imagino cosas y trato de que seas ideal y que en realidad tu no quiere que…”, le digo.
El me mira y no dice nada. Pero es así, él junto a mí es todo lo que quiero.
“Hay cosas que tú no sabes”, me dice y se levanta con su copa.
“Dilas. Mírame, aquí estoy. Me sacaste de una muerte segura. Dices que con el que me voy a casar me quiso matar, ¿Qué más puedes decir que no sea peor que eso?”, le pregunto.
Me levanto de la mesa y voy hacia él para decirle que seremos papás pero él suelta una bomba que me deja inmóvil.
“Luz tienes una hermana, una media hermana. Ella me busco y quiere su parte de la empresa pero sobre todo quiere vengarse de Ihlar”.
Si tuviera algo en la boca lo escupiría. Me quedo muda y sin reacción. Hasta que entiendo.
“¡¿Qué mentiras son esas?!”, le grite ya que era una locura.
“Te calmas y deja que siga hablando. Ella es la que me mandó el vídeo. En unas dos horas y llegará las dejaré solas y hablarán. No estaré lejos, ya que no la conozco bien, no sé sabe mucho de ella, se ocultó muy bien. Pero…”.
“Espera… ella es hija de mi…”.
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