Casi perfecta
Capítulo 12

Capítulo 12:

“¿Luz?”.

Fue lo único que pudo decir.

“No, lamento romperte las ganas pero no”.

Ella saco un cigarrillo y se sentó frente a mí, se nota segura y algo insolente.

“¿Quién eres? “, pregunte con un tono frio y esperando otra respuesta.

“Soy Anna y si nos parecemos, pero no soy ella está claro no soy ni débil ni tan dulce como ella”, responde ella.

“No respondes mi pregunta”.

“Soy hija de su padre, solo que ella no sabe de mí y como ves somos muy parecidas, pero no iguales solo si intento hacerme la tonta seguro si”.

“Cuál es tu propuesta porque no creo que nada de eso me importe”.

“Yo creo que sí, así como me ves Ihlar fue el amor de mi vida y yo de él. Solo que cuando supo de mi hermana me dejo. Eso no viene al caso, ya que él no sabía quién era yo, sino por obvias razones no me dejaría nunca”, dijo.

Seguro se dio cuenta al ver a Luz pero la prefirió.

“Este es el punto. Pero cuando mi padre murió, dejó muy claro que la empresa seria mitad y mitad. Al yo no reclamar nada, falsificaron papeles como que estoy muerta y todo se lo adjudicaron a Luz, ya que ella no sabe de mi fue fácil y como es algo tonta, más todavía”, continuó explicando.

“Podrías ser breve”.

No digo nada solo escucho.

“Quiero mi parte y sobre todo quiero destruir a Ihlar. Sé que tu padre le saco una parte. Lo que ni tu padre ni él saben es que falta mi parte y sin mi firma nada se puede dividir. Si dices que no, tu padre y tú lo pierden todo. El estúpido de Ihlar gana siempre y eso es lo que no quiero. Si me dejo por ambicioso que se muera como tal”

“Quieres que mi padre te apoye en la demanda ¿Eso es?”, pregunto.

“No eso no es necesario, quiero ganar mi parte, venderla a tu padre y que él se quede sin nada, ya que la parte que se le cedió a tu padre corresponde que se la entregue Luz. Todo esto con un extra que Ihlar sufra y mucho solo de saber que te quedas con todo”.

La veo muy segura, casi diría que más que yo.

“Exacto Karim tú te vengas de Ihlar por robarte a mi hermanita y yo de él por dejarme por ambicioso”

“No te equivoques, él no me robó nada. Yo la dejé ir, tu hermana no me interesa “

“¿No?”, preguntó ella.

“Genial, dejaras que se case con alguien  que la golpea tanto que debe maquillar sus marcas para que nadie las note”, continuó.

“Sé que si la golpea lo notaría”

“No lo sé, no se te ve un hombre muy sensible. Muchas veces las palabras son muy violentas al punto que prefieres el golpe”, dijo.

“Solo di que no, así me tomo mi tiempo y sigo con mi plan. Eso sí, dile a tu padre que no cuente conmigo en la demanda”, continuó.

Me pongo a pensar debo dejar a Luz atrás primero porque mi padre se le haría muy fácil complicarle la vida y segundo porque me la debo quitar de la mente.

Cómo podría dejar de pensarlo si cada vez que mi mente lo retrata es como si doliera más.

Muchas cosas que dijo Ihlar puede que no sean ciertas pero una así, el me ama, me cuida y trata de que la empresa de mi padre crezca.

Es mi futuro y el de los míos, es de dónde mi madre comerá.

No es fácil cuando ese discurso viene acompañado de:

“Sabes que sin mí no eres capaz de nada”.

“Inténtalo y cuando estés en la ruina, vendrás”.

“Qué harás si sabes que tu madre está loca”.

Esas cosas son las que me recuerdan que sola no podría.

Me creo una mujer fuerte y asertiva pero no calenté, no soy arreglada aunque aparente serlo.

Pero el verlo cerca me derrite y si, lo sé, solo fueron unos días, pero su piel no la puedo sacar de mis recuerdos, aun siento como mi pecho parecía que me iba a explotar de solo sentir su manos con tanta seguridad sobre mí.

Al llegar en la noche al departamento, sé que debo volver a ver a un Ihlar, el cual no me habla casi nada y si lo hace solo pide una cosa, que nos casemos.

Abro la puerta y dejo mis cosas en el sillón de la entrada.

La chica que cocina y limpia ya se fue.

Y si, diran, pero eres poderoso y no debes tolerar nada pero en ocasiones ya nuestro autoestima está tan pisoteada que el dinero es lo de más.

Podemos tener todo el dinero pero si lo compartimos con la soledad y las personas las cuales les comentamos nuestras penas, solo piden que no dejes esa vida y solo siembran más dudas sobre ti que más te queda.

Por eso, cuando pase eso días con Karim el me dio seguridad y  cosas básicas, pero él confiaba en mí, solo que todo eso se derrumba cuando recuerdo que era todo una mentira.

“Debo salir mañana a Estambul. No puedes ir ya que solo iré por una noche y aquí llegan los nuevos motores. Necesitan tu firma ahora, firma los papeles que deje en la mesa así puedo viajar”.

Él se acerca y me deja un beso seco en los labios. En ocasiones siento que él tampoco quiere estar a mi lado solo junto a mi apellido.

“Si al regreso no estoy, estaré con mi madre que comenzará un tratamiento y me necesitará”, le digo.

“De nuevo un día de estos algo la matara”, responde.

Su tono de burla es asqueroso.

Voy hacia la mesa y miro los papeles, pero supe hacia mi cuarto cuando él me tomó del brazo y me detiene.

“Firma que debo irme”, me dice.

En eso que voy a responder, la chica de la limpieza sale de la cocina y se despide.

“Margo, ¿Qué paso que sales a esta hora? Hace más de 1 hora debió irse”, le digo.

“Es que el Señor me pidió palache y que organice su maleta”, responde.

Ella no levanta la mirada y sé que está nerviosa.  Lo veo a él y me mira.

Se lo que paso aquí. El estómago se me revolvió

“Ok, puedes irte y no regreses que me iré a lo de mi madre y el Señor no estará”, le digo.

“Sí, Señorita”.

Ella se marcha. No aguanto y corro hacia el lavabo para vomitar. Trato de que mi pelo no se moje pero me duelen las entrañas en cada vómito.

“Eso seguro es por no comer o comer porquerías”, me dice.

No digo nada, no puedo decir nada, me levanto y lavo mi cara y mis dientes. Salgo y lo miro.

“Te acostaste con Margo, ¿Verdad?”, le pregunto asqueada.

El me mira no lo niega, sabe que no tiene caso.

“Qué más te da, si tu desde que regresaste no quieres estar conmigo”, responde.

Cierro mis ojos para evitar matarlo. Voy a la mesa firmo los papeles y se los tiro.

“Espero te largues de una vez por todas”.

Él toma los papeles y me tiro en la cama.

Me siento muy mal, no sé qué me pasa, pero lo peor es que esto debe ser así y no dejaré que se note, que alguien más sepa de mi infelicidad.

Ante todos, seré lo mejor y él sabrá que soy feliz.

Muy feliz sin él.

Me recuento para luego poder ducharme pero sin que lo pueda evitar me duermo.

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