Casi perfecta -
Capítulo 11
Capítulo 11:
“Eso te preocupa, no que yo aún no recuerde muchas cosas y otras si, que tu solo estés pendiente de la empresa y de competir con ese idiota eso sí importa. Nos vemos mañana”, le digo.
Corto la llamada y el llamado de mi madre hace que me siente en la cama.
No sé por qué a pesar de todos mis esfuerzos no sale de mi mente. Lo pienso y siento que algo me une a él y no quiero, no lo tolero.
En parte es igual que Ihlar cree que por estar sola e indefensa pueden hacer conmigo lo que guste y no es así.
Narrador:
La muerte del padre de Luz dejó claro que el hombre de esa familia sería Ihlar.
El día del accidente, Luz no debía estar allí pero la vida, destino o lo que sea la colocó.
Hasta ahora hemos visto que Karim tratado de lastimarla incluso sin saber que ella no era parte de todo eso que él llamaría venganza y como él lo sabía, si su padre lo trata cuál máquina de trabajos, el solo debe mantener el terreno limpio para que el poder sea más grande.
Aquí la que más perdía era Luz, ella no sabía que lo natural dejó de serlo hace mucho tiempo y los secretos debían comenzar a salir a la luz.
Como por ejemplo, su madre que apareció ahora y que es eso que por momentos la deja tan triste.
Se supone que su hijo murió pero Luz jamás vio o supo nada de su hermano.
Será que no está tan muerto y que ahora será él el que le dé el lugar a su madre y a Luz ante Karim e Ihlar, será que ahora ella ya no estaría sola.
Pero de no ser así la madre de Luz debería sincerarse con su hija ayudarla evitar que Ihlar manipule.
De todos modos no sabemos si Ihlar de verdad la ama, puede que la ambición lo dejo algo tosco y que el poder y la pelea con Karim lo cieguen.
Pero qué pasa si el amor está allí solo esperando ser descubierto, él es un hombre con todas las letras y que a pesar de todo rescato a Luz.
Si pensamos en Karim él no sabe bien si está bien sentir lo que siente o mejor volver a su antigua vida.
Y creo que por ahora deberías esperar y solo disimular para saber qué pasa, con ese lado oscuro que según yo aún no terminamos de ver.
El almuerzo con su madre fue algo tranquilo.
Ihlar sabía que ella estaba segura allí sin que nadie supiera que su madre era su carta más fuerte, ahora eran dos mujeres indefensas.
Karim, terminada la reunión se marchó. No debía estar allí pero su padre lo ordenó.
Él tenía que cumplir, sin hablar, sin protestar, aun no podría redimir la falta de respeto hacia su padre por tener a Luz sin que su padre lo aprobará.
Camino a su departamento el aroma de Luz llegó a su memoria.
Era casi un hechizo.
Esa mujer se metió en cada poro de su piel aun el no queriendo que así fuera.
Entró a su apartamento, se quitó la ropa y se metió en la ducha. Su piel era inolvidable y la sensación de tenerla de verla de nuevo no lo dejaba pensar.
Bajo el agua recordó cómo la hizo suya en el agua y su er%cción no se dejó esperar.
Sus ojos aún cerrados dejaron que el imaginarás los labios de ella tomándolo con cautela y vergüenza.
Esa mirada que lo volvía loco, los g$midos de un hombre deseoso se escribe en todo el departamento hasta que logró satisfacer sus más bajos instintos.
Pero la realidad golpeaba cuando al abrir sus ojos siempre estaba solo allí.
Terminó de ducharse, salió envuelto en una toalla blanca y con otra secó un poco su cabello.
Abrió la nevera y saco un poco de espagueti para recalentarlo en el microondas.
Así de miserable era su vida, no había chef, no había madre, no había nada.
Mientras miraba su móvil, llegaron las órdenes del padre y una era casi indefensa. Solo que su padre no hacía nada sin que tuviera consecuencias.
“Debes ir al Pueblo ya es hora de hablar”, le dijo.
En su vida todo estaba escrito incluso cuando él debía dejar el legado de su sangre.
Era tan calculado que jamás le molestó ya que para él era un trámite.
Pero sin que lo asumiera ahora, eso cambio. El conoció el amor, la necesidad, el anhelo y eso no lo encontraba en cualquiera.
“Ok”, fue la respuesta a ese mensaje.
Se sentó a comer para poder salir al aeropuerto y terminar los trabajos que tenía pendiente la llegada de Luz.
Por un momento casi lo hace olvidar que su misión es otra, proteger y cuidar que la vida de su padre siga tal y como esta.
Desde que se le dijo el por qué la lejanía con su madre supo que ese amor de ella hacia él era el único que importaba.
Su padre jamás fue cariñoso, atento o al menos empático con él, esas cosas solo las veía en otros.
Lo mejor de su vida fue con su amigo el Era compañero le quería siempre demostrar el lado claro de la vida.
Una de sus frases era ‘Si tú ya tienes, tu oscuridad para que necesitas más’.
Un día lo llevó a un refugio de sorpresa así sin más.
Qué más tenía el que eres Gran amigo y hoy ya no está y solo te iba Luz y claridad. Cuando estaba con él sin darse cuenta que tanto buscar, siempre estuvo allí.
Hoy el vengarse de Ihlar por medio de Luz ya no te iba sentido y se preguntaba para que lo hizo.
Pero sabía que el estar con ella no era posible, eso no era viable y solo una respuesta llegaba a su cabeza, ella no era oscuridad.
Ahora que la volvió a ver, que noto que no es feliz, la quiere con él y si eso lo llevará a cometer locuras pues así será.
En el aeropuerto marcaba la agenda digital de los viajes que tenía por delante. Pero el mensaje de su padre está roto en su cabeza.
Los días fueron pasando y debía terminar de cerrar algunos contratos, por llamarlos de alguna manera, pero en realidad era terminar con personas que estorbaban en la vida de su padre.
Ese imperio el cual ahora era más grande se debía mantener, pero los escalones más bajos debían ser firmes.
Limpiaba su arma cuando un ruido en el techo le pareció sospechoso.
Solo que era un hotel y bastante caro como para que a las casi doce de la noche movieran los muebles.
El solo quedo atento pero otro ruido lo alertó. Armó su arma lo más rápido que pudo pero cuando apenas estaba por terminar que las municiones, sintió un pequeño clic detrás de él.
Sabia, conocía muy bien que lo que tocaba ahora su cabeza era un arma. el metal frio se lo confirmaba.
“¿Qué quieres? Porque si fuera matarme ya lo hubieras hecho”, esas fueron las palabras de Karim.
La sorpresa fue encontrar una voz de mujer a esa respuesta.
“Por algo eres quién eres. Es verdad, no vine a matarte pero si a proponerte un trato”.
“No hago tratos con nadie que no me da la cara”, dijo.
“No es que necesites ver mi cara para decir sí o no. Creo que en caso que digas que sí, dejare que me veas”, respondió ella.
“Te escucho pero no te descuides, porque si fuiste capaz de apuntarme a la cabeza y no disparar, yo sí”.
El siente que quitan el metal de su nuca y sin esperar más tomó su arma. Se levantó en milésimas de segundos para encontrarse frente a él nada más y nada menos que Luz.
Bueno o quien él creía que era Luz.
Trato de no demostrar asombro pero era inevitable, su parecido no era igual pero si muy parecido, casi se podría decir que esta se esforzaba por parecer.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar