Buscando recuperarla -
Capítulo 34
Capítulo 34:
Todo lo que veía a su alrededor le recordaba a ella.
Y solo era una habitación de hotel…
Elliot se sirvió una copa.
“¿Entonces por qué te mantuviste lejos de ella durante dieciocho años? A mí Gianna me ha dado con la puerta en las narices y por eso no tengo más remedio que mantenerme lejos de ella”.
“Era lo que quería Celia por aquel entonces. Ahora nuestras vidas han cambiado mucho. Hemos seguido adelante”.
Adam se dio un golpecito en la sien.
“Dos músicos que se sienten atraídos el uno por el otro. Hmm… Todavía no entiendo cuál es el problema. ¿Por qué se supone que no estáis hechos el uno para el otro?”
“Romper fue lo mejor para ella”
Dijo Malcolm.
Cada vez estaba más incómodo.
“Le destrocé la vida una vez. Y se lo debo. Lo mejor que puedo hacer es mantenerme lejos”.
Logan siguió insistiendo.
“Aunque la dejes ir, has hecho millones para darle en el rostro a su padre”.
“O a lo mejor es que me gustan las cosas caras”.
Troy se echó hacia atrás y se arregló la corbata.
“Bueno, es evidente que no te lo estás gastando en ropa”.
“¿Pero quién te ha nombrado estilista?”
Malcolm se desabrochó los puños y se remangó la camisa.
“Empezad. Vuelvo enseguida”.
Fue hacia la ventana para tener más cobertura y sacó el móvil para ver si tenía algún mensaje de Salvatore.
Había visto a su antiguo mentor en un palco privado durante la actuación. Iba acompañado de una glamurosa mujer.
El buzón de entrada se llenó de información acerca del director con el que había salido Celia.
El tipo había ganado premios y tenía un historial impecable. Todo apuntaba a que era un buen hombre.
¿Pero por qué no tenía la custodia compartida de sus hijos?
Era algo extraño, sobre todo para un hombre que era director de un colegio.
Malcolm cerró el teléfono y se volteó.
Rowan estaba en el umbral, observándole.
“Maldito seas, Rowan. Podrías haber dicho algo para que supiera que estabas ahí”.
“Pareces un poco ronco, colega. ¿La gira ya le está pasando factura a tus cuerdas vocales? Puedo hacerte un chequeo si quieres”.
“Estoy bien. Gracias… ¿Algo más?”
“En realidad, sí. ¿Por qué te estás haciendo daño volviendo a estar con ella?”
“La decepcioné en el pasado”.
Malcolm echó a andar hacia la puerta de su dormitorio.
“Tengo que recompensarla por ello. Tengo que terminar con esto”.
“¿Y vas a alejarte de ella sin más cuando sepas quién la acosa?
El sarcasmo de Rowan era evidente.
No se creía ni una palabra de lo que le había dicho.
“Ella no quiere la clase de vida que yo llevo. Y yo no encajo en la suya”.
Lo último que quería era volver a Azalea, Mississippi.
“Me prometí a mí mismo que no me implicaría. Lo que teníamos solo fue un amor de adolescencia”.
“¿Y qué pasa si alguien entra en su casa dentro de un mes? ¿Y si un estudiante le pincha las ruedas del coche? ¿Vas a ir corriendo para ayudarla?”
La lógica de Rowan era aplastante.
“¿Por qué no dejas de hablar como un imbécil?”
Pasó por su lado a toda velocidad y volvió a entrar en el salón.
Adam se echó hacia atrás en la silla y le llamó.
“Deja de titubear. O vas a por ella o no, pero ya es hora de tomar un camino”.
“Maldita sea, Adam”
Malcolm se detuvo frente a la mesa redonda.
“¿Crees que podrías hablar un poco más bajo? No creo que te hayan oído en Rusia”.
Miró hacia la habitación de Celia un instante y entonces se sentó por fin.
“¿Ir a por ella?”
Repitió el magnate de los casinos.
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