Buscando recuperarla -
Capítulo 14
Capítulo 14:
“Tratas de manipularme”.
“Solo trato de asegurarme de que estés bien. Y sí…”
Le tomó la mano.
“A lo mejor de esta manera logramos dejar atrás unas cuantas cosas”.
“Esto es demasiado”.
Malcolm estaba de acuerdo.
“Entonces no lo decidas esta noche”.
“Hablamos por la mañana, ¿De acuerdo?”
“Durante el desayuno”
Le apretó la mano una vez más antes de soltarla.
“¿Dónde están las sábanas para el sofá?”
Celia se le quedó mirando con la boca abierta. Se alisó las arrugas de la falda.
“¿Te estás autoinvitando a pasar la noche?”
Malcolm no lo tenía planeado, pero de alguna manera las palabras se le habían escapado de la boca.
Sentir el roce de su mano había sido demasiado.
Malcolm se arrodilló delante de ella.
No quería tocarla, pero su corazón clamaba por besarla.
Quería estrecharla entre sus brazos y llevarla a la habitación.
Quería hacerle el amor hasta saciarla, hasta hacerla olvidar el pasado.
“Déjame quedarme a cenar. Me quedaré en tu sofá. No hablaremos de Europa esta noche a menos que saques el tema”.
“¿Pero qué piensa tu novia de que estés aquí?”
“Esos malditos tabloides de nuevo. No tengo novia. Mi mánager se inventó esa historia para que parezca que estoy sentando la cabeza”.
Las mujeres con las que salía eran artistas, y los eventos mediáticos en los que se dejaba ver con ellas eran preparados por los representantes.
Y en cuanto al se%o, siempre había mujeres que no querían complicaciones y que valoraban el anonimato tanto como él.
Eran mujeres que estaban cansadas de la falacia del amor.
“¿Es ese el verdadero motivo por el que estás aquí?”
Celia no dejaba de juguetear con el dobladillo de la falda y no hacía más que levantársela, revelando cada vez más centímetros de piel.
“¿No tienes chica?”
“¿Por qué te cuesta tanto creer que estoy preocupado por ti?”
“Es que me gusta conservar mi espacio. Disfruto de la paz que tengo viviendo sola”.
“¿Entonces no hay nadie en tu vida?”
Le preguntó Malcolm.
Ella titubeó un momento antes de responder.
“He salido un par de veces con el director del colegio”.
Malcolm se preguntó por qué los informes de inteligencia no incluían ese pequeño detalle.
“¿Es algo serio?”
“No”.
“¿Lo va a ser?”
Malcolm levantó una mano.
“Te lo pregunto como amigo, un viejo amigo”.
Volvió a mirarle las piernas y la curva de las rodillas.
No podía evitarlo.
“Bueno, entonces mejor me lo preguntas sin ese tono celoso en la voz”.
“Claro…”
Le guiñó un ojo.
“¿Y bien?”
Ella se encogió de hombros y volvió a alisarse el vestido.
“No lo sé”.
Malcolm soltó el aliento con fuerza y dio media vuelta.
“He trabajado duro para obtener esa respuesta y… ¿Eso es todo lo que obtengo?”
“Sí”
Celia apoyó las manos en los brazos de la silla y se puso en pie.
“Muy bien. Tú ganas. Puedes quedarte esta noche en el sofá”.
“Me alegro de que hayamos alcanzado un acuerdo”.
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