Buscando recuperarla -
Capítulo 12
Capítulo 12:
El juez Patel se puso en pie y le ofreció la mano.
“Bienvenido”.
Se estrecharon la mano, algo que jamás hubiera sido posible dieciocho años antes.
La última vez que se habían visto, el padre de Celia le había asestado un puñetazo en la mandíbula al enterarse del embarazo de su hija.
Nerviosa, Celia se volvió hacia Malcolm y le agarró del brazo.
“Estoy bien. Puedes irte, pero gracias de nuevo. De verdad”.
“Hablamos mañana. Pero no digas que no porque soy yo quien te lo ofrece”
Se despidió de George Patel con un gesto.
“Buenas noches, señor”.
Celia se quedó inmóvil unos segundos, sorprendida de ver lo bien que había ido el encuentro.
“¿Por qué estás aquí, papá? Pensaba que tenías cita con el médico”.
“Las noticias llegan rápido”
El juez Patel parecía cansado.
“Cuando me enteré de la visita sorpresa de Malcolm, le dije al médico que tenía que agilizar las cosas.”
Su cabello, cada vez más canoso, no dejaba de sorprenderla.
La muerte de su madre había hecho mella en él y cada día se parecía más a su abuelo.
Sus padres la habían tenido siendo ya mayores.
Había nacido poco después de la muerte de su hermana.
Qué raro era tener una hermana a la que nunca había conocido.
¿La hubieran tenido si su hermana no hubiera muerto?
Nunca había dudado del cariño de sus padres, pero la pérdida de un hijo les había hecho sobreprotectores y la habían consentido demasiado.
Mirando atrás, Celia era consciente de que había sido una niña malcriada.
Había hecho daño a mucha gente y a Malcolm también.
Miró el reloj.
“Se presentó en el colegio. ¿Qué te ha dicho el médico de la falta de aire?”
“La doctora Graham no me hubiera dejado ir si no pensara que estoy bien, todo está en orden”.
Se recolocó las gafas.
Tenía manchas de tinta en las manos, de tomar notas.
“Estoy más preocupado por ti”.
“¿Qué tal va el caso Martin?”
“Ya sabes que no puedo hablar de ello. El sueño de todo juez es tener un caso como ese, sobre todo justo antes de retirarse”
Le dio un golpecito en la mano.
“Bueno, deja de distraerme. ¿Por qué ha venido Malcolm Douglas?”
“Se enteró de lo del caso Martin, y de alguna forma supo lo de las amenazas que he denunciado a la policía, pero me parece muy raro, porque nadie por aquí se las toma en serio”
“¿Y Malcolm Douglas, estrella de rock, se presenta aquí después de dieciocho años?”
“Parece una locura. Lo sé. Sinceramente creo que más bien tiene que ver con el momento del año en el que estamos”.
“¿Qué momento?”
“Papá, es su diecisiete cumpleaños”.
“¿Todavía piensas en ella?”
“Claro”.
“Pero no hablas de ella”.
“¿Qué sentido tiene? Escucha, papá. Estoy bien. En serio. Tengo muchas notas que poner”.
“Deberías venirte a casa”.
“Esta es mi casa ahora. Te permití que me pusieras un sistema de alarma mejor. Es la misma que tienes en tu casa, como bien sabes, ya que tú escogiste el código. Por favor, vete a casa y descansa… papá, estoy pensando en tomarme unas vacaciones. Quiero escaparme cuando termine el colegio”.
“Si vienes a casa, todo el mundo te tendrá entre algodones”.
Celia guardó silencio un momento.
“Tengo algo que decirte. Y no quiero que lo malinterpretes o que te enfades”.
“Bueno, será mejor que lo sueltes, porque la tensión acaba de subirme bastante”.
“Malcolm quiere que me vaya con él de gira a Europa”.
George Patel levantó las cejas.
Se quitó las gafas y las limpió con un pañuelo.
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