Arráncame la vida -
Capítulo 17
Capítulo 17:
“Eso no es cierto, Emma… yo solo fui un trabajo para él, mi madre lo envió a buscarme y cuidarme, eso es todo…”
“Si solo lo envió para buscarte y cuidarte… ¿Por qué tuvieron se%o? ¿Era parte de su trabajo embarazarte?”
Emma quería soltarse a reír, pero el rostro acongojado de Lorena la detuvo.
“Emma… fue un desliz… además, apuesto a que tu padre tampoco querría que estuviera con él”, explicó ella.
“¿Por qué? Mi papá te adora y te apoyará en lo que sed…”
“¿Cómo podría aceptar que esté con el hombre que quiso matar a Carina y a ti?”, preguntó Lorena y suspiró.
En ese momento el auto dio un volantazo y terminó orillándose.
“¿Cómo que nos quiso matar? ¡¿De qué estás hablando?!”
“¿Recuerdas esa noche que estaba llorando afuera de su puerta? Puedo apostar que no me creíste que fuera por una pesadilla… Él fue enviado para matarlas como venganza contra Román, pero logré detenerlo, solo porque no me quitaba de su camino y tenía prohibido hacerme daño… eso es todo. Tal vez si no tuviera la obligación de cuidarme, me hubiera disparado y entrado por ustedes”.
“Vaya… eso cambia un poco mi percepción sobre él”, dijo Emma aún con las manos en el volante.
“Entonces… ¿Papá lo sabe y por eso lo odia?”
Lorena solo asintió y suspiró con el corazón lleno de tristeza mientras sus manos se posaban en su abdomen, que aún no era notorio, acariciándolo con ternura.
“¿Qué harás?”, preguntó Emma preocupada.
“Hablaré con mi mamá, le diré que estoy embarazada de Johan y… después de eso, no sé…”
“¿Le dirás a Johan?”
Por fin Lorena volteó hacia Emma con una mirada cargada de incertidumbre y tristeza.
Lo más seguro era que no.
…
“¿Embarazada?”, preguntó Natalie con su corazón latiendo desbocado.
“¿Hablas en serio?”
Estaba nerviosa.
No podía creer lo que estaba escuchando.
“¿De quién?”
Lorena abrió la boca, pero la cerró al no tener las palabras adecuadas. Eso solo aumentó la incertidumbre de Natalie.
“Lorena… ¿Quién es el padre? Dímelo…”
“Johan”
Aterrada, Lorena vio como el semblante de Natalie palidecía.
Esta retrocedió hasta sentarse en el sillón, junto a su tanque de oxígeno, al cual se aferró por unos minutos.
“No, no puede ser de él…”, dijo con la mascarilla puesta.
“No me hagas esto, Lorena… de él, no”.
“Yo no entiendo por qué lo rechazas tanto, si ha estado a tu lado y ha sido tu cómplice todos estos años, ¿Por qué?”
“No lo rechazo, lo quiero como a un hijo, pero también lo conozco… es malo, cruel, mata por deporte, la vida para él no tiene peso ni sentido. No teme jalar el gatillo como primer recurso y toma lo que quiere cuando quiere…”
Respondió Natalie viendo el v!entre de Lorena.
“Si no tiene respeto por su propia vida, si no se tienta el corazón para arrancarle la vida a alguien más, ¿Cómo podría confiar en que sería un buen padre para el niño que esperas?”
“Peter es feliz a su lado…”, dijo Lorena.
“Es un buen padre”.
“Pero no un buen esposo, pregúntale a Marianne… Además, ¿Qué crees que haga Peter cuando crezca? ¿Qué pasos está siguiendo? ¿Eso quieres para tu bebé, que se vuelva un delincuente?”, agregó Natalie y resopló.
“No le dirás nada, ¿Entendido? Lo solucionaremos nosotras y todo saldrá bien. Ese niño tendrá un buen padre que le dé un buen ejemplo”.
…
Este era el quinto pretendiente que Natalie le conseguía en la semana.
Lorena había asustado a todos con decir que estaba embarazada. Una madre soltera no era tan atractiva, no muchos se animaban a cargar con ese paquete y Lorena lo sabia.
“No sé qué les haces para espantarlos, pero por favor, deja de hacerlo”, dijo Natalie suplicante.
“Solo quiero ver a mi pequeña formar una familia”.
“¿Te molesta que sea madre soltera?”, preguntó Lorena sintiendo que su respuesta la heriría.
“¡No, mi amor! ¡No es eso! Yo fui madre soltera y nunca me arrepentí de tenerte”, dijo Natalie tomando el rostro de Lorena entre sus manos y viéndola con infinito amor.
“Eras la cosita más linda y dulce. Lo que me regresaba la paz al corazón. Te veías tan encantadora con la ropita que Gwen te tejía…”
“¿Entonces? ¿Por qué este afán de verme casada con alguien?”, preguntó Lorena angustiada mientras acariciaba su abdomen.
“Sabes que mis días están contados… y, aunque sé que la Familia Gibrand te respalda y te cuida, me gustaría que tuvieras a alguien más cercano a tu lado, que pudieras disfrutar del amor y protección de un hombre que te quiera…”
Sus palabras eran sinceras, pero en realidad, el mayor miedo de Natalie era que Johan se enterara de que Lorena estaba embarazada.
Por lo menos, si ella se casaba, podrían fingir que el bebé pertenecía a otro hombre y hacer que Johan la olvidara para siempre.
“Solo… inténtalo, por favor…”
Insistió acariciando el rostro de su hija.
Dentro de la sala de la enorme Residencia Fisher, se encontraba un hombre alto y atractivo.
No era tan joven como los otros pretendientes, pero mostraba serenidad y amabilidad.
Cuando vio a Lorena, su sonrisa se hizo más grande.
Dejó su vaso de agua en la mesa auxiliar y se acercó con paso seguro.
En toda su vida, no había visto criatura tan encantadora.
Pensó que la desesperación de la madre por conseguir un marido para su hija se debía a algún defecto o carencia de belleza, pero se había equivocado.
“Otto Legrand… mucho gusto”, dijo extendiendo su mano hacia Lorena quien dudó por unos segundos en estrecharla.
“Lorena Morel…”, respondió intimidada.
El hombre ante ella era atractivo, pero no como Román o Will que su belleza iba acompañada de arrogancia y soberbia, en este caso, Otto parecía un ángel benévolo y aparentemente sincero.
“Bueno, los dejo un momento a solas para que se conozcan”, dijo Natalie con una sonrisa agradable y regresó sobre sus pasos.
“Mmm… Otto… Yo…”
Lorena comenzó su cantaleta de siempre, pero él la interrumpió.
“Estoy aquí por capricho de mi hermana, lo siento”, dijo apenado.
“En realidad… no tengo interés de casarme con alguien que no conozco, pero si no hago el intento, ella perderá la cabeza… lo siento, en serio, eres muy hermosa y me apena la situación…”
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar