Amor verdadero -
Capítulo 8
Capítulo 8:
Karina nunca fue del total agrado de mi madre, siempre me decía que no le gustaba que fuera tan superficial y que me exigiera tanto.
No quise entrar en detalles.
Solo les dije que estaba cansado de las peleas y que las discusiones eran cada vez más fuertes, que quería darme un tiempo para pensar si valía la pena seguir juntos o divorciarnos de una vez por todas aprovechando que nuestros hijos estaban lejos y que no se verían involucrados en esa situación.
Los gestos en el rostro de mi mamá me indicaron que o me estaba creyendo del todo, pero yo no quería hablar de Karina, por respeto a mis hijos.
Me quedé un rato más, saqué el celular para ver mis redes y evitar que me siguieran haciendo preguntas. Abrí la aplicación de citas y comencé a ver los perfiles de las mujeres que me aparecían como sugerencias.
Por inercia y sin pensarlo mucho, les di me gusta a tres o cuatro mujeres que me parecieron atractivas, les envié un simple [Hola], aunque en realidad no esperaba que me contestaran.
Pasé toda la tarde viendo televisión con mis padres, para que no se enojaran porque me iba inmediatamente pero apenas vi que mi papá se quedó dormido, aproveché para despedirme.
“Debiste venir aquí, no necesitabas rentar un apartamento”, dijo mi mamá cuando me despidió en la puerta.
Me encogí de hombros, me subía a la camioneta de prisa para no tener que decirle que no podría vivir de nuevo con ellos, porque prefería estar solo.
Comencé a conducir cuando me llegaron varias notificaciones a la vez, sin dejar de prestar atención a la carretera, vi que eran en la aplicación de citas, las mujeres a las que les había dado me gusta habían respondido.
Dejé el móvil sobre el asiento del copiloto y pensé en revisar hasta que llegara a mi apartamento.
Estacioné la camioneta y me disponía a entrar en el edificio cuando vi que llevaba una llanta ponchada, gracias al nitrógeno pue llegar sin contratiempos, pero tenía que cambiarla de una vez porque tenía una cita con un cliente a primera hora y no quería llegar tarde.
Después de cambiar el neumático me di una ducha y me fui a la cama, tomé el móvil y recordé que tenía notificaciones sin leer.
Tres mujeres habían contestado mi [Hola].
Escribí un texto disculpándome por no haber podido contestar antes tomando el pretexto del neumático, le di copiar y pegar y se los envié a las tres, quizá, ya ninguna respondería.
Para mi sorpresa respondieron las tres, miré de nuevo las fotografías, mujeres guapas e interesantes, pero había una que había llamado más mi atención More33.
…
Mitzy4o, [Hola, me llamo Militza Cortés]. Fue el primer mensaje que vi.
Revisé de nuevo el perfil antes de contestar. Se trataba de una mujer de cuarenta años, según sus datos, era divorciada y tenía dos hijos adolescentes.
Pensé en lo difícil que sería para una mujer sola sacar a sus hijos adelante y para ellos atravesar el proceso de separación de sus padres. Sentí curiosidad por conocerla, se veía una mujer agradable y según su perfil no buscaba una relación estable.
[Hola Militza, un placer conocerte, aunque sea por este medio].
[Mucho gusto Adrián, ¿A qué te dedicas?].
Al leer su pregunta vino a mi mente lo superficiales que pueden llegar a ser algunas mujeres y dejarse influenciar por el hecho de saber si tienes dinero o no, así que decidí ocultar ciertos detalles de mi situación económica.
[Soy empleado en una empresa constructora que realiza mantenimiento industrial ¿Y tú?].
[Yo trabajo en una tienda de artesanías en el centro de la ciudad de Palmas].
[¡Qué bien! Yo vivo muy cerca del centro, quizá podríamos tomarnos un café para conocernos].
Quizá había ido muy de prisa, pero eso me serviría para ver qué tan disponible podía ser esa mujer para tener una cita con quien pensaba era solo un empleado.
[¡Claro! Cuando quieras, cerca de la tienda donde trabajo hay una cafetería muy agradable. Escríbeme mañana y nos ponemos de acuerdo, por lo pronto disculpa que no siga conversando contigo, pero debo supervisar que mis hijos concluyan las tareas escolares antes de dormir].
[¡Claro! Te busco mañana y nos ponernos de acuerdo].
Me pareció que no le importó que yo era un simple empleado y quizá sería buena idea tornar un café con ella al menos para conversar y distraerme un poco.
Pasé a la siguiente conversación, no entendía porque si había llamado tanto mi atención, no le había contestado primero, pero su fotografía aun con visibles filtros y Photoshop, me recordaban a alguien que conocía, pero no lograba definir a quién.
Pensé que tal vez podría ser alguna clienta o alguien con quien había tenido trato en alguna ocasión.
[Hola], escribió More33.
[Discúlpame por contestar hasta ahora, estaba ocupado cambiando el neumático de mi auto. ¿Cómo estás? Mi nombre es Adrián Morales ¿Cuál es el tuyo?].
[Hola Adrián yo soy Morelia Ortega, pero mis amigos me dicen More].
Leí tres veces su respuesta antes de contestar, no entendía por qué me provocaba una especie de nerviosismo hablar con esa mujer, cosa que no sentí al hablar con Mitzy.
[¡Qué tal More! Cuéntame, ¿Qué haces por la aplicación?].
Me intrigaba el saber qué hacía una mujer como ella, visiblemente joven y guapa en una aplicación de citas, seguramente tendría varios pretendientes, no necesitaba una aplicación para conseguir alguien con quién salir.
[En realidad me suscribí solo por curiosidad].
El emoticono de carita sonrojada me indicó que yo tenía razón, quizá se sentía hasta avergonzada por estar hablando con un extraño, lo que me pareció interesante.
[¡Ah vaya! ¿Y supongo que ya tienes muchos pretendientes?].
[En realidad no, solo me han llovido mensajes de jovencitos buscando una Sugar Mommy ja, ja, ja].
Su respuesta me pareció divertida, habíamos cruzado unas cuantas líneas y parecía ser muy agradable.
[¿Entonces eres rompecorazones de jovencitos?].
[No, para nada, la verdad los paso de largo. Para ser Sugar Mommy, me hacen falta los millones].
[Ja, ja, ja ¿Y cómo te gustan los hombres?].
Escribí esa pregunta sin pensar, pero la conversación era tan fluida, que no me detuve a pensar que estaba siendo muy indiscreto, incluso pensé que no me contestaría esa pregunta.
[Para serte sincera, yo no soy de estereotipos, pero prefiero hombres maduros que sepan lo que quieren de la vida, y, sobre todo, que yo no los tenga que mantener. Apenas puedo mantenerme a mí misma].
[Y vaya que si hay personas vividoras].
Contesté pensando en mi propia experiencia personal con Karina que, hasta después de tantos años de casados, la podía ver cómo era en realidad.
[Y bueno, la verdad es que tampoco es que haya habido muchos hombres en la vida, me casé muy joven y recién hace unos meses me separé].
Me sorprendió que de la nada me hubiera hecho esa confesión tan íntima, de alguna manera me hizo pensar que era una mujer auténtica, que no le importaban las apariencias.
[Tienes poco tiempo…].
[Sí, de principios de año].
[¿Muchos años de casada?].
Me atrevía a querer saber más sobre ella, pero supuse que mis preguntas le incomodaron porque me cortó la conversación.
[¿Te importa si seguimos conversando en otra ocasión? La verdad estoy muy cansada y ya es tarde].
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