Amor verdadero -
Capítulo 38
Capítulo 38:
“¿¡Por qué tuvo que conseguirse a una amante!? ¿¡Acaso todo lo que yo le di no le fue suficiente!? ¿¡Yo tengo la culpa de no haber tenido hijos? ¿No poder tener hijos me hace menos mujer!? ¡Siempre fui complaciente con él en la cama, hacía todo lo que él quería! Pero ni siquiera mi papá me quería”, dije y fue como si al decirlo en voz alta se desatara un nudo liberador.
A cada palabra que decía le sucedía una lágrima, Manuel me dio un pañuelo desechable y se sentó junto a mí.
Durante cada sesión había intentado que yo sacara esa frustración que me estaba consumiendo lenta y silenciosamente, pero yo me bloqueaba porque consideraba que la terapia era un recurso absurdo y que no lo necesitaba.
No, no lloraba por haberme separado de José, tampoco lloraba por no volver a ver a Adrián, por mí los dos se podían ir a la m!erda.
Lloraba porque con sus acciones habían tocado mis fibras más sensibles, habían removido mis miedos y sacado a flote cada uno de mis traumas y en ese momento caí en la cuenta de que todo se remontaba a mi infancia.
Recordé cuando mi papá solía decir que no me quería, que yo era su hija más fea, nunca recibí de él un abrazo, un gesto de cariño o de aprobación, al menos nunca como lo hacía con mis hermanas.
A pesar de haber tenido una infancia relativamente feliz, siempre envidié a mis amigas por la relación cercana con sus padres.
A pesar de haber sido la hermana pequeña y consentida por mis hermanos y hermanas, nunca fue suficiente para llenar ese vacío que sentía por la falta de cariño paternal.
Fue entonces cuando unas imágenes llegaron a mi mente, esos recuerdos estaban bloqueados, y sin dudarlo comencé a hablar sobre el episodio más aterrador de mi vida.
Tenía cuatro años, un día la maestra del kinder se enfermó, mi hermano mayor que era el que me llevaba al colegio porque mi madre trabajaba, tuvo que regresarse conmigo a la casa.
No pudo ir a la universidad, pero estaba preocupado porque tenía un examen importante.
Mi padre llegó alcoholizado como siempre y mi hermano le preguntó si podía cuidarme hasta que llegara mi hermana de la secundaria, así él podría correr y al menos presentar su examen, aunque ya había perdido las primeras clases.
Era mi padre, nada podía estar mal eran solo cuatro horas hasta que llegara mi hermana.
No podía recordar con exactitud, solo un par de palabras que salían de mi boquita infantil e inocente.
“¿Me quieres?”.
Luego el miembro sucio y mal oliente de mi padre dentro de mi boca.
“Chúpalo para que te quiera”.
Mi hermano no logró entrar a la universidad, tuvo que regresarse porque no le permitieron la entrada, ni pudo presentar su examen.
Luego todo fueron gritos y golpes, mi hermano estaba vuelto loco lleno de furia contra mi padre, sin avisar se fue encima de él y comenzó a golpearlo.
“¡Eres un maldito hijo de p%ta! ¡Lárgate o le voy a decir a mi mamá lo que le hiciste a la niña para que te meta a la cárcel!”.
Esa fue la última vez que vi a mi padre, mi mente se había encargado de bloquear esos recuerdos, y hasta ahora, podía entender por qué no pude derramar una sola lágrima cuando falleció.
Ahora entendía por qué mi hermano siempre me ha llamado ‘hija’ y siempre ha sido sobreprotector y condescendiente conmigo.
“Creo que con eso es suficiente por hoy More, descansa y trata de no sobre pensar las cosas. Te sugiero que medites sobre lo que recordaste y te plantees cómo te ha afectado en tu vida adulta. Recuerda que tu valor no reside en lo que puedas o no darle a un hombre se%ualmente, tu valor reside en lo que hay dentro de ti. Eres una gran mujer, eres hermosa, inteligente, sensible y muy talentosa, cualquier hombre sería feliz si tan solo lo miraras y no tendrías que darle nada que tu no quisieras a cambio”.
Entré en el tocador para lavarme el rostro y maquillarme un poco, salí del consultorio y comencé a caminar, no quise salir a comer con Manuel y Santiago, después de lo sucedido no tenía ánimos de socializar.
Subí al transporte público y sin pensarlo y ni siquiera planearlo llegué al cementerio donde estaban sepultados mis padres.
Mi madre había muerto apenas unos años antes, pero mi padre falleció cuando yo tenía veinte años y su muerte fue para mí como cualquier día de la semana.
Incluso recuerdo que una tía me dijo que se notaba que no lo quería porque no mostraba tristeza y tampoco derramaba lágrimas.
En ese momento ni yo entendía por qué, mi mente había bloqueado por completo esos horribles recuerdos.
Compré un ramo de flores y unas veladoras, llegué hasta el sepulcro y con voz firme le dije.
“No te odio, pero tú nunca me quisiste y yo tampoco te quise, ni te quiero. Te agradezco por haberme dado la vida, y te perdono por el daño que me hiciste. No te debo, ni me debes nada. Descansa en paz, porque yo voy a encontrar la mía”.
Dejé las flores y encendí la veladora, salí de ese lugar y parecía que podía respirar mejor, esa opresión en mi pecho se estaba desvaneciendo de a poco.
Antes de ir a la terminal de autobuses para regresar a casa, fui a visitar a mi amiga Peri, quería hablar con ella y contarle todo lo que había pasado con Adrián.
“¿¡Te está haciendo gosthing!? ¡No, no y no! Me resisto a creer eso. Ese hombre es tu alma gemela, yo lo sé. El horóscopo nunca se equivoca”.
“Esta vez tu tarotista estrella falló. Ese hombre no tiene la madurez emocional ni los pantalones para decir de frente que no quiere nada conmigo. Acuérdate que la primera vez me terminó por mensaje y yo de tonta le pedí que siguiéramos siendo amigos”.
“Mmm, no sé, yo tengo mis dudas ¿Y si le pasó algo? A ver vamos a revisar su cuenta de F$cebook”.
Le di mi teléfono y entró a mi cuenta de F$cebook para stalkearlo.
Eso no me gustaba, me hacía ver como una loca maniática acosadora, pero la dejé hacer porque no había poder humano que la detuviera.
Su rostro comenzó a cambiar a medida que escribía en el móvil, como si no encontrara lo que buscaba.
“¿Y bien detective?”, me burlé.
“Has ganado esta vez, el muy perro te bloqueó de F$cebook y también de la aplicación de citas”.
“¿Lo ves? El amor de mi vida no sería capaz de hacer algo así”.
“Bien More, veamos que nos dice el horóscopo hoy”.
Puse los ojos en blanco y comencé a reír, Peri iba a encontrar la excusa perfecta.
[Cáncer, un ancestro que ya no está en este mundo, tiene una deuda contigo y viene a saldarla. Pon atención a tus sueños, porque pronto recibirás el mensaje que tiene para ti].
“¡Nada de amor! ¿Ves? Adrián Morales se puede ir a la m!erda, total, ya llegará mi verdadera alma gemela”.
“Sí amiga, también existen las falsas llamas gemelas ¿Sabías? Tal vez eso es lo que era ese tal Adrián. Algo bueno vendrá para ti. ¡Ya verás!”.
Yo me resistía a creer en el horóscopo, pero el mensaje del día me hacía mucho sentido después de la sesión con el psicólogo.
¿Sería mi padre ese ancestro?
…
La noche de año nuevo decidí pasarla sola en casa, no tenía intenciones de volver a pasar por la frustración que sufrí en la noche buena.
No estaba lista para enfrentar a mis hermanas de nuevo y con el pretexto de tener mucho trabajo me quedé en casa.
Preparé una pasta y compré una botella de vino, por supuesto a Tuluza le compré una lata de su comida favorita y juntas disfrutamos de una tranquila velada.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar