Amor verdadero
Capítulo 15

Capítulo 15:

[Está bien, lo haré cuando tenga tiempo, ahora tengo que leer un libro porque debo enviar la primera reseña antes de las seis de la tarde].

[Te dejo trabajar, pero luego me cuentas como te fue].

[Mejor te cuento algo más interesante: Hoy voy a conocer a Adrián Morales].

[¿¡Queé!? ¿Has estado hablando con él y no me has contado nada?].

Le envié un emoticono de un changuito cubriéndose los ojos, y por supuesto, captura de pantalla de mis conversaciones con Adrián para que se enterara de todo con detalles.

Pero le corté la conversación diciéndole que hablábamos después.

Volví a mi libro y me costaba trabajo concentrarme en el trabajo.

Recordé que esa mañana Tuluza me había despertado de nuevo a las 4:44 y sí, ya eran demasiadas coincidencias con ese número y aun sin creer en eso y pensando que eran tonterías, saqué el libro de los Números Angelicales y busqué la página para leer.

‘Número de Ángel 444: Los números de ángeles son números que se cree que tienen un significado divino dondequiera que aparezcan. Transmiten o significan la presencia de una intervención celestial o pueden interpretarse como una comunicación de sus ángeles guías’.

‘Te aparece en tu vida porque el universo lo pone frente a ti. Lo divino está tratando de decirte que estás listo para el siguiente paso’.

‘Has cultivado una base sólida basada en habilidades, talentos y trabajo duro, y ahora debes explorar qué más hay ahí fuera. Para algunas personas, este número puede aparecer cuando han tenido un gran avance espiritual o han aprendido y aceptado una gran verdad universal’.

‘Es posible que hayan cultivado la capacidad de manifestar lo que quieren a través de la voluntad’.

“Tonterías”, Dije en voz alta cuando terminé de leer y me reñí a mí misma por estar perdiendo el tiempo en lugar de apresurarme con el trabajo.

Por unos segundos me quedé pensando en que desde que comencé a hablar con Adrián, pensaba cada vez menos en José, de hecho, ya casi ni me acordaba de él en el transcurso del día. ¿En realidad estaría lista para dejarlo ir y comenzar algo nuevo?

“Morelia, Morelia, no te dejes influenciar por Peri o terminarás escuchando el horóscopo todos los días para saber que te depara el destino”.

Boté el libro de ángeles y me concentré en el trabajo, como decía un sabio refrán.

‘Primero lo que deja y luego lo que apendeja’.

Y mi economía no estaba como para ponerme a perder el tiempo.

Terminé de leer los capítulos de la primera sección del libro y puse manos a la obra para terminar la reseña, no me gustaba mucho esa modalidad.

pero después de todo, me permitía ser más explícita con cada descripción y eso me daba la oportunidad de mostrar mis habilidades de redacción.

Estaba terminando la reseña cuando recibí el mensaje de Adrián.

[Hola More, ¿Si nos vamos a conocer hoy? Espero que no hayas cambiado de opinión].

[¡Claro! A menos que tú hayas cambiado de opinión].

[No, claro que no, solo que tengo un problema, hoy no tengo auto y solo podríamos ir a un lugar cerca de tu casa ¿No te importa?].

[No importa, no te preocupes. Solo que de una vez te digo que yo no conozco mucho, no soy de esta ciudad y para ser sincera, no he salido casi para nada. No conozco ningún sitio].

[No te preocupes, yo crecí en esta ciudad y la conozco muy bien, solo dame tu dirección y yo sabré a donde ir].

[¡Perfecto! ¿Ubicas el fraccionamiento ‘Las casas’? Vivo en una casa verde con ventanas blancas justo, junto a la entrada del fraccionamiento].

[¡Excelente! Es a cinco minutos de la casa de mis padres, pasaré por ti a las siete en punto ¿Está bien?].

Le dije que sí y envié mi reseña de prisa, corrí a darme una ducha y a cambiarme de ropa, estaba tan nerviosa como una adolescente en su primera cita.

Y sí, era mi primera cita con un hombre después de mi ruptura matrimonial, no tenía idea de cómo vestirme para no parecer muy atrevida, pero tampoco quería verme como una monja anticuada.

Dijo que no traía auto y que iríamos a un lugar cerca de mi casa, así que pesé en una ropa casual, y zapatos cómodos para caminar.

Elegí un vestido de algodón color verde oliva y unas sandalias de piso, me puse mousse en el cabello para conservar mis rizos al natural y opté solo por máscara de pestañas y brillo en los labios.

Abrí mi closet y lo vi, un perfume que me encantaba pero que dejé de usar porque a José le causaba alergia y estaba nuevo.

Era el momento perfecto para volver a usarlo.

Rocié un poco en mi nuca y en mis muñecas, luego pensé que era demasiado llamativo, pero ya era tarde, el mensaje de Adrián llegó en ese preciso momento.

[Ya estoy aquí].

[Voy].

Tomé mi cartera porque pensé que no era necesario llevar mi bolso y bajé las escaleras con las piernas temblorosas y el corazón acelerado.

Estaba tan nerviosa que me reí de mí misma porque no podía abrir la puerta.

Siempre la mantenía con seguro porque vivía a bordo de carretera y debía reconocer que me daba miedo porque era la primera vez que vivía sola.

Así que por más que giraba la llave no habría, hasta que me di cuenta de que tenía que girar el pestillo del seguro para poder abrir.

Apenas salí a la calle lo vi, era inconfundible, igual que en las fotografías de su perfil, un hombre de estatura media-alta, muy delgado, pero bastante atractivo.

Vestía jeans una camisa a cuadros de color azul y zapatos casuales. Me alegré de haber elegido un outfit tan casual, parecía que nos habíamos puesto de acuerdo.

“¿More? Mucho gusto, soy Adrián Morales”.

“Hola Adrián mucho gusto”.

Nos saludamos con ligero abrazo y un beso en la mejilla y nos quedamos mirándonos a los ojos por unos instantes.

Algo me decía que yo ya lo había visto antes, en algún lado, pero no podía recordar dónde.

“¿Vamos?”.

Me indicó el camino para comenzar a caminar.

“Sé que te dije que te invitaría un café, pero tengo hambre ¿Te importa si vamos a cenar?”.

Yo ya había cenado, mis horarios de alimentación eran muy estrictos, nunca comía nada después de las siete de la noche y se lo tuve que decir.

“Yo ya cené, no acostumbro a comer después de las siete”.

“¿Y eso por qué?”.

Bueno es que estoy tratando de bajar de peso y es parte de mi régimen alimenticio.

“¿Y no podrías hacer una excepción solo por hoy?”.

“Está bien, pero solo esta vez y que sea algo ligero”.

Caminamos solo unas cuadras sobre la calle y llegamos a un restaurante de hamburguesas, creo que no entendió el mensaje de que estaba a dieta.

Entramos en el restaurante y la única mesa vacía estaba justo junto a un ventilador de pedestal, no dije nada, porque la verdad no quería verme como pedante, pero una de mis múltiples alergias era precisamente al aire acondicionado.

Pedimos la carta y según yo, pedí el hot dog más pequeño que vi, pensando que, porque era de champiñones, era ligero.

Adrián pidió la hamburguesa más grande y unas papas fritas que acordamos compartir porque yo insistí en que no podría comerme unas completas yo sola.

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