Capítulo 91:

🍙 🍙 🍙 🍙 🍙

“Habla con sus padres, pídeles que me devuelvan mi trabajo, me gusta lo que hago, le he dedicado los últimos años de mi vida”

Solicitó, sabiendo que era la única forma de poder seguir estando cerca de él.

“Tranquila, buscaremos una solución, aunque bien podrías trabajar en los negocios familiares, eres nuestra heredera absoluta, tendrás el mundo a tus pies”.

“Lo tendré todo… menos a él”

Murmuró.

“No puedo permitir que se case, tengo que hacer algo…”

Dijo en voz a un más baja y con cierto resentimiento.

Una fuerte descarga llena de ansiedad se apoderó de ella y volvió a llorar.

“Veré lo que puedo hacer”

Su padre todo complaciente dijo esas palabras para calmarla.

La barbilla de Isabella tembló al verlo, aún podía sentir el aliento de Mason muy cerca de su piel, por lo que se puso de pie y le dio la espalda dirigiéndose a la cocina, en donde desvió su mirada en una de las ventanas, perdiéndose entre las torres de edificios que rodeaban el inmueble donde vivía.

“Solo fue una pesadilla”

Mencionó deseando poder olvidarse de lo sucedido.

“¿Quieres un café?”

Preguntó sabiendo que había un tema más importante que tocar.

“Estoy…”

Respondió dándose cuenta que no deseaba hablar de lo sucedido, por lo que optó por no presionarla.

Sea lo que fuera que le ocurría, confiaba en que se lo compartiría cuando se sintiera lista.

Se dirigió a la nevera y tomó un par de moldes que había, para meterlos al horno.

“¿Por qué te besó?”

Indagó sin poder sentir una sensación desagradable en la base de su estómago.

Guillermo se recargó en la encimera y la miró a los ojos.

“Me confesó que está enamorada de mi”

Sintió incomodidad al decirlo, pero tenían que hablar con franqueza.

“Se le notaba a kilómetros”

Respondió Isa con seriedad.

“Yo no siento nada por ella”

Contestó acercando una de sus manos a su barbilla para que lo mirara.

“Tú eres mi razón de ser”.

La miró sin parpadear.

Isabella se sacudió al escuchar sus palabras, y ver cómo sus ojos destellaban una luz, cuando la miraba a sus grandes orbes.

Cielos.

Ese hombre era magnético.

Tan masculino, que le robaba el aliento con tan solo regalarle una de sus profundas miradas, cargadas de ternura.

Se acercó a él, y recargó su cabeza a su pecho, disfrutando de su calidez, estar entre sus brazos la sosegaba, provocando que todo lo que le preocupaba, se disipara.

Definitivamente era su lugar seguro.

“Desee entrar a la oficina y quitártela de encima con mis propias manos”

Confesó con sinceridad.

“No soporto que se te acerquen de la forma en la que ella lo hizo. Por eso me alejé, tuve miedo de no poder contenerme”.

Deslizó sus gruesos dedos sobre las rizadas hebras de su larga cabellera.

“No te preocupes por eso, ya puse orden, eso no se volverá a repetir, te doy mi palabra”

Manifestó con seguridad.

“Maritza no volverá a entrometerse”.

“¿Por qué lo dices?”

Elevó su mirada para verlo a los ojos.

“La despedí”

Explicó con simpleza.

“Ya no forma parte de la firma”.

“¿Es en serio?”

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar