Capítulo 78:

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“Sal de mi oficina”

Ordenó.

“Las decisiones las tomó yo, para que te enteres, Isabella es mi prometida”

Mencionó de forma seca y directa.

La gerente de recursos humanos, se llevó las manos a su pecho, casi se le paraliza el corazón, acomodó sus manos sobre una de las sillas, para no caerse.

¿Qué?

¿Qué había dicho?

¿Se había vuelto loco?

¿Por qué?

¿Cuándo?

¿En qué momento?

“¿Estás loco?”

Preguntó.

“Ya pensaste en, ¿Qué va a decir tu familia?, será un gran escándalo”.

Ella quería que él entrará en razón.

Él no podía salir con ella.

“Nos vemos después, Maritza”

Señaló hacia la puerta, esperando a que se retirara.

Frunció la nariz y salió de ahí.

“Ya veremos si es que esa boda se realiza”

Murmuró de forma imperceptible.

Estaba furiosa, haciendo que los chasquidos de sus tacones, resonaran con fuerza al salir de ahí.

En horas de la noche, Guillermo, Isabella y María, ingresaron a la residencia de los padres de él. Virgine, se acercó a ellos, acomodó un poco su platinada y corta cabellera, sonrió.

“Bienvenidos”

Expresó con una dulce sonrisa.

“Gracias”

Isabella mencionó, y caminaron hacia la sala tomando asiento.

“Tiene una casa muy bonita”

Dijo admirando la amplitud y gran iluminación, pero además la sensación de tranquilidad que se sentía en el interior.

El padre de Guillermo, bajó enseguida y se incorporó a la reunión.

“Me alegra tenerlos en casa. Hola pequeña, tú eres nuestra invitada de honor, te compramos esto”

Mostró una pequeña corona.

“Eso quiere decir, ¿Qué soy una princesa?”

Indagó con la mirada iluminada.

“Sí, eres nuestra consentida”

Expresó Virgine con cariño.

“Ya nos van a decir, ¿Que se traen?”

Melisa, la hermana de Guillermo, salió de la cocina.

“Vamos al comedor”

Solicitó Virgine riendo.

“La cena ya esta lista”.

Justo en el momento en el que les sirvieron la cena, el timbre se escuchó.

“¿Esperan a alguien más?”

Guillermo preguntó.

“No”

Respondió su mamá y se puso de pie para averiguar quién era.

Antes de que llegara a la sala, los fuertes chasquidos de Maritza resonaron, cuando ingresó a grandes pasos.

“Ya están enterados que su hijo se comprometió con esa muchacha de servició”

Se acercó abrazando a Virgine.

“Aún estoy en shock”

Chilló.

Virgine tomó distancia de ella y la miró a los ojos.

“Este no es el momento”

Indicó.

“Tengo una reunión familiar”.

Maritza dirigió su vista hacia el comedor.

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