Amor después del matrimonio
Capítulo 71

Capítulo 71:

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Isabella sucumbió ante aquel beso, que hizo que su corazón se agitara con fuerza.

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En seguida observó la mesa distinguiendo que estaba cuidadosamente vestida con un mantel en tono oscuro.

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A su vista se veía suave al tacto.

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Le encantó el detalle de las velas que proporcionaban una luz tenue y cálida, además que desde donde estaba podía apreciar el dulce aroma del arreglo de flores.

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El escenario era perfecto, para lo que su corazón sentía, desde que había aceptado de manera formal salir con Guillermo, se había encargado de hacer que cada detalle sumara a su relación, era un hombre de grandes sorpresas y no paraba con ellas.

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Su preguntaba, ¿Qué se traía entre manos?

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Se dejó guiar por él hasta la mesa y en pocos minutos, un saxofonista apareció frente a ellos.

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La banda comenzó a tocar, al tiempo que les era servida una deliciosa cena de tres tiempos, mientras comían.

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El ambiente se hacía cada vez más especial, para ambos.

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Al finalizar la cena, Guillermo se puso de pie, sin dejar de mirar aquellos luceros que brillaban con fuerza y la invitó a bailar.

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Acercándola con cierta posesividad a él, necesitaba sentir el calor de su tersa piel, junto a la suya, que su corazón se estabilizara.

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Al tenerla entre sus brazos, al finalizar la canción justo en la parte romántica, se puso de rodillas y sacó de su bolsillo el anillo de compromiso que esperaba anhelante, colocar en su dedo anular.

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“¿Te casarías conmigo?”

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Preguntó acercando a ella el anillo.

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Isabella se petrificó.

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Su mirada reflejó un hermoso anillo en oro blanco, con un gran diamante al centro.

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“Ahora todo tiene una explicación”

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Expresó dibujando una amplia sonrisa.

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Guillermo frunció el ceño.

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¿Iba a aceptar?

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¿Lo rechazaría?

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Isabella no dejó de sonreír.

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Esta declaración había sido perfecta.

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“Claro, claro que acepto”

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Expresó sintiendo como sus manos temblaban al sentir que le colocaba el anillo en su dedo, ancló sus manos a su cuello y él dio un par de giros sobre su eje con ella, compartiendo una gran dicha.

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Guillermo condujo a su piso, deseando poder pasar más tiempo con ella, aprovechando que la Señora Leonor, se había quedado con María, en cuanto entraron al apartamento.

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Ella se descalzó y se dirigieron a la cocina a descorchar una botella de vino tinto, para seguir celebrando, se fueron a la sala de tele.

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“Por nosotros”

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Guillermo hizo el primer brindis y chocaron sus copas.

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Isabella bebió un pequeño sorbo y sonrió.

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“Por una vida llena de felicidad”

Brindo ella.

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“Que así sea”

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Expresó acercando sus labios a los de ella, hurgando con desespero su boca.

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“Quédate esta noche a mi lado”

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Susurró, sin poder dejar de mirarla a los ojos.

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“Deseo tenerte entre mis brazos”.

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Isabella estaba dando un sorbo a su copa y tuvo que pasar de golpe aquel trago, ante su tentadora propuesta.

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Sus pupilas se dilataron al instante, desde hace tiempo que deseaba entregarse a él, pero no se atrevía a sugerirlo, debido a las secuelas que tiñeron de negro su pasado.

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Buscaba proteger su corazón.

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“¿Qué piensas?”

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Guillermo elevó su cabeza al ver que la inclinaba.

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“¿Sucede algo?”

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Indagó.

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“Acepto”

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Respondió soltando el aire que contenía.

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Colocó ambas copas sobre la mesa, y la tomó entre sus brazos, llevándola a la alcoba en donde aquellas llamaradas chisporrotearon con mayor bravura, convirtiéndolas en una fogata muy ardiente.

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