Capítulo 62:

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“Dijiste que no querías interrupciones”.

Guillermo presionó los labios y sin poder evitarlo sonrió.

“No me equivoqué al elegirte”

Expresó divertido.

“Hiciste muy bien”

Tomó el dorso de su mano y la besó.

“Eres la primera persona que la ubica, que no puede pasar de esa forma, espero que de aquí en adelante, no lo haga”.

Maritza seguía furiosa, por aquella ofensa que recibió por parte de Isabella, no estaba dispuesta a quedarse de brazos cruzados, tomó su móvil e hizo una llamada a los padres de Guillermo, deseando que la ayudaran a sacar a esa mujer de la firma.

“¿Virgine?”

“Sí, ¿Quién habla?”

“Soy Maritza, ¿Cómo estás?”

“Hola, me gusto saludarte, estaba por sentarme a cenar con mi esposo, ¿Se te ofrece algo?”

Indagó con extrañeza la mujer pues hacía mucho tiempo que no les marcaba la hija de sus mejores amigos.

“Deseo hablarles sobre Guillermo, estoy preocupada por él”.

“¿Le ha ocurrido algo a nuestro hijo?”

Preguntó con preocupación y puso el altavoz, para que su marido escuchara lo que Maritza tenía que decirles.

“Está bien, pero está actuando muy raro, todo empezó desde que metió como su asistente a una mujer de dudosa reputación, era de la empresa de limpieza… se rumorea que ella se le ha metido hasta por los ojos, que lo tiene hechizado”.

La señora colocó ambas manos sobre la lujosa mesa estilo estocolmo en color negro, para apoyarse, ante la impresión que se llevó.

“¿Es eso cierto?”

Preguntó creyendo que se trataba de una broma.

“Lo es”

La joven contestó con voz temblorosa.

“Hagan algo”

Chilló.

“Una mujer de esa procedencia puede llevarlo a la ruina, ustedes lo vieron con mi padre”

Manifestó con angustia.

“Casi lo pierde todo, cuando se enredó con su secretaria. No se conforman con nada, cada vez quieren más y más”.

“Ya no digas más”

Solicitó Virgine.

“Nosotros lo arreglaremos”

Manifestó llena de aflicción.

Instantes después de cortar la llamada, Virgine comenzó a llorar.

“¿Qué vamos a hacer si es verdad lo que Maritza dijo?”

“Tranquila mujer”

Su esposo la abrazó.

“Lo mejor será que hablemos con nuestro hijo, en este preciso momento”

Refirió con seriedad.

Guillermo ingresó sosteniendo a María entre sus brazos.

Luego de que la fueron a recoger a casa de Leonor, la amiga de Isa, que la cuidaba.

Posterior a eso, cada uno se dirigió a poner el pijama.

Al escuchar que Guillermo respondió a una llamada, Isabella se dirigió a la sala de tele, para esperarlo y a que llegara la cena que habían pedido.

Se recostó sobre uno de los mullidos sillones, encendió la pantalla y buscó la película que deseaban ver.

En cuanto tocaron a la puerta, la joven se dirigió a la puerta imaginando que era la comida, que habían solicitado.

Al ver que había una pareja adultos y con similitudes a Guillermo, supo que eran familiares de él, además que eran distinguidos.

Vestían de una forma elegante y ambos olían rico.

Presionó los labios y su corazón se agitó al ver que la miraban al igual que ellos, con sorpresa.

“Estamos buscando a Guillermo”

La mujer habló sin poder dejar de mirarla, impresionada.

“Soy su madre”

Informó.

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