Capítulo 63:

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Al escucharlos hablar, Isabella se hizo a un lado, para dejarlos pasar, inclinó su rostro hacia sus piernas las cuales temblaron ante su presencia y presionó con fuerza sus párpados, avergonzada al estar en pijama.

“¿Llegó la comida, Isa?”

Guillermo preguntó.

Silencio.

Ante aquel silencio sepulcral, bajó para averiguar lo que ocurría.

Al ver a sus padres parados en la sala e Isa en la puerta, descendió con rapidez, el resto de los escalones que le faltaban.

“Buenas noches”

Saludó acercándose a saludarlos.

“Vaya que sorpresa que me visiten”

Dijo con una sonrisa.

“Sorpresa la que nos acabamos de llevar”

Murmuró sin sonreír.

En ese instante se acercó Guillermo y entrelazó sus dedos a los de ella.

“Les presento a Isabella Rodríguez, mi novia”.

Don Guillermo, cruzó sus ojos color chocolate a su esposa unos instantes, sin poder dar crédito a lo que escuchaba.

“Un placer”

Sacudió su cabeza para cambiar su cara de asombro y acercó su mano al instante a ella.

Era un hombre de grandes valores.

“El gusto es mío”

Respondió Isa, sin poder ocultar su nerviosismo en el tono de su voz.

El hombre ladeó los labios sonriente y tomó por el brazo a su mujer para que la saludara, y luego se sentaran en la sala.

“¿Qué les hizo venir a visitarme de esta manera… tan inhabitual?”

Preguntó Guillermo sin poder evitar la franqueza en sus palabras.

Sus padres se miraron a los ojos, a pesar que habían ensayado una excusa durante en el trayecto, no estaban acostumbrados a mentir, por lo que se quedaron de pronto en silencio.

“Salimos a hacer unas compras muy cerca de aquí… y pensamos en pasar a saludarte”

Dijo su padre notándose al instante que estaba improvisando.

Guillermo cruzó sus brazos, sin poder dejar de mirarlos a los ojos.

Se le hizo aquel momento algo divertido.

Parecían ambos un par de niños pequeños, buscando justificarse frente a su padre.

“¿Ya cenaron?”

Preguntó Isabella buscando romper el silencio incómodo que se hizo.

“Sí”.

“No”.

Respondieron al mismo tiempo.

En definitiva, algo le estaban ocultando.

Al verlos comportarse de forma tan extraña, era momento de averiguar qué le estaban ocultando y por qué.

“Voy a la cocina a preparar algo”

Isabella se puso de pie.

Había comprendiendo que tenían que hablar en privado.

“Díganme la verdad, ¿A qué han venido?”

Indagó lleno de dudas.

“Estamos preocupados por ti”

Contestó su padre con sinceridad.

Han llegado a nuestros oídos algunos rumores y venimos para pedirte que no los aclares; sin embargo, nos sentimos impresionados al verte en compañía de esta joven”.

“¿Es cierto que esa chica trabajaba en la limpieza y que te empeñaste en subirla de puesto a como fuera de lugar, porque te enredaste con ella?”

Susurró Virgine sin ocultar su preocupación.

Ahora lo comprendía todo, ya sabía dónde había salido el peine y de boca de quien, pero ya pondría los puntos y las comas en su momento, en ese momento lo importante era quitarles esa mala imagen que ya tenían.

“Es verdad que trabajaba como parte de la limpieza”

Respondió con tranquilidad.

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