Capítulo 52:

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“No tiene por qué meterse contigo”

Acercó sus labios a los de ella y le dio un beso.

“Vuelvo más tarde”

Sonrió con ternura.

Maritza estaba revisando en su ordenador algunas propuestas para elegir a algunos candidatos como pasantes, anotó en su libreta los nombres de los seleccionados.

En ese momento su secretaria, le llamó al teléfono.

“El licenciado Guillermo desea hablar con usted”.

“Pásame la llamada”

Solicitó.

“El licenciado se encuentra aquí”

Refirió.

Frunció el ceño con extrañeza, al escucharla.

“Hazlo que pase, él no necesita ser anunciado”

Miró en uno de sus espejos, para ver que su maquillaje luciera perfecto.

“Enseguida respondió la mujer”

Guillermo abrió la puerta, y se acercó a ella, mirándola fijamente.

“Que sorpresa, ¿En qué puedo ayudarte?”

Cuestionó sonriente.

“En una sola cosa”

Inquirió con frialdad, sin dejar de mirarla a los ojos.

Maritza sintió un fuerte estremecimiento al escucharlo.

Nunca lo había visto tan molesto.

“¿Qué ocurre?”

“No te metas en mi vida privada, has sobrepasado el límite, quiero que mantengas tu distancia o me veré en la penosa necesidad de prescindir de tus servicios, no me va a importar la amistad que haya entre nuestros padres”

Aseveró.

La joven pasó saliva con dificultad al escucharlo.

Era obvio que le había ido con el chisme.

Era algo que no se lo iba a perdonar, al ver a Guillermo tan enfadado con ella.

‘Más vale que te prepares’

“No…”

Retrocedió.

“No puedo creer que me hables así, por una arribista. Nos conocemos desde hace tantos años, desde que éramos niños. Eres injusto. Solo trato de protegerte”

Chilló.

“Somos amigos de toda la vida. ¿Por qué me tratas así?”

Reclamó.

“No es mi culpa que busques mujeres que no están a tu altura, y yo solo deseo evitarte un fuerte golpe, ¿Por qué lo tomas a mal? ¿Por qué estás tan molesto”

Arrugó el ceño al mirarla.

“Eres tú la que está abusando de eso”

Reclamó.

“Yo no necesito que nadie me proteja, soy un hombre de treinta y un años, no un niño”.

La fulminó con la mirada.

Molesto.

Estaba muy molesto.

¿Cómo se atrevía a hacer algo como eso?

“No quiero que te vuelvas a entrometerte y le metas ideas erróneas a Isabella, no puedo creer que la compararas con Iris, ¿Que clase broma pesada es esa?”

Reprochó.

Maritza inhaló profundo.

Lo conocía bien.

Sabía que Guillermo era de las personas que no se dejaban y tomaba acción, no se quedaba de brazos cruzados.

Si cruzaba la línea, él acabaría con ella.

“Tienes razón”

Dijo en voz baja.

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