Capítulo 192:

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“Lo vamos a hacer, su firma fue, una muy importante, habría que darle un impulso para que vuelva a serlo”.

Mason sonrió.

Esa era la oportunidad que necesitaba para volver a tener el poder que solían tener.

Guillermo se puso de pie y tomó su móvil, para llamar a Will.

“Llegó la hora de seguir con el plan”

Pronunció deseando ponerle un fin a ese malnacido.

Mientras tanto en otro lugar…

En la única persona que pudo pensar, para pedir ayuda fue en Mike, aquel hombre que se portaba siempre de forma amable con todo el mundo.

Tenía su número, lo había tomado del comedor, por lo que a pesar de que le daba pena, le llamó, pidiéndole que fuera al centro comunitario en donde estaba en ese momento.

Después de haberlo buscado, y escuchar lo que sucedió, le dio hospedaje en su casa, en un principio se asustó, imaginando que le pediría algo a cambio por hacerlo, pero no fue así. Lo único que le dijo fue que siguiera cuidando de su hija como hasta ese momento.

Se dirigieron al comedor, después de almorzar, ayudó en agradecimiento con las labores, como lavar trastes, limpiar, barrer, lo hizo con gusto.

Después de eso, se dirigieron al apartamento de Mike.

Colocó las cosas a un lado de la cama donde dormirían, no pudo evitar sonreír al saber que después de casi dos años, era la primera vez que estaban en una casa.

¿Acaso esa era una señal de que debía dejar todo atrás y pensar en reconstruir su vida?

Resopló y tomó asiento deslizando sus dedos sobre el edredón de la cama, no pudo evitar liberar un par de lágrimas, pensando en todo lo que había perdido, no pudo disfrutar de su pequeño, no pudo disfrutar de su familia, de no ser por María, hubiera dedicado el resto de su vida para cobrarle a Mason, por lo que les hizo.

“La cena está lista”

Pronunció María con una tierna sonrisa.

“Mike preparó todo”.

Dibujó una ligera sonrisa.

“¿Qué amable es?”

Manifestó ella y salió hacia el comedor.

“Lamento no haber ayudado en nada”.

“No había nada en que apoyar respondió el pelirrojo, solo son un par de emparedados”

Expresó.

Isabella sintió un pinchazo al recordar a Guillermo preparar emparedados, le quedaban deliciosos.

Contuvo el aire y se acercó sin poder sentirse avergonzada por invadir su espacio.

“No te ocasionaremos problemas, lo prometo, en cuanto nos podamos mudar, lo haremos. No deseamos ser una complicación en la vida”.

Mike ladeó los labios, tomó un sándwich.

“Nadie ha dicho nada”

Expresó con sinceridad

“Necesitas relajarte un poco, desde que te conozco, pareces muy preocupada. Por mí no hay problema, pueden quedarse el tiempo que deseen”.

Sonrió con amabilidad.

“Gracias”

Contestó más relajada y sonrió.

La mirada de María se iluminó, sintiendo que estaba en un hogar, después de tanto tiempo vagando.

Mientras tanto en otro lugar.

“¿Cómo te fue?”

Henry y William preguntaron al ver llegar a Guillermo, sin embargo, en cuanto se retiró la máscara que llevaba de aquel personaje Romano, distinguieron la tristeza en su rostro.

“No llegó”

Pronunció Will, al ver la decepción en el rostro de su amigo.

“No…”

Se acercó a la sala y tomó asiento, dejando el ramo de flores que llevaba.

“¿Acaso no lo habrá visto?”

Indagó con decepción.

“No lo sabemos”

.

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