Capítulo 186:

🍙 🍙 🍙 🍙 🍙

Al ingresar al comedor, Isabella tomó de la mano a su hija con fuerza, al escuchar el tono de voz en el que un par de hombres exigían más comida.

Desde donde estaba pudo distinguir temor en la chica que los atendía, parecía estar paralizada, pensó que no había sido buena idea haber entrado.

Mordió su labio con preocupación, pero siendo realista, no tenía más opción, si deseaba que se alimentara su pequeña.

“Sino le parece lo que le sirven aquí, vayan y compren su propia comida”.

“Más vale que se muevan, la señorita tiene razón”

Un hombre gritó y poco a poco comenzaron a hacerse de palabras entre otras personas por lo que no les quedó de otra que irse con la ración que se les sirvió.

Al ver que las personas que estaban formadas, también comenzaban a intervenir, le hizo pensar que no era algo común.

Entonces empezó a relajarse y esperar a que llegara el turno para que le sirvieran.

Al llegar a la barra, tomó una charola, el tazón y un plato para su hija.

Aquella hermosa joven de ojos azules, sirvió la porción de puré y tomó un pequeño panecillo extra y lo colocó entre sus manitas.

“Disfrútalo”

Susurró.

María de inmediato lo guardó en su bolsillo, sabía que, si lo conservaba, no preocuparía a su mamá por buscar que cenar más tarde.

“Muchas gracias”

Respondió un joven de cabellera pelirroja.

Salió de la cocina, supervisaba la labor de la chica nueva, no pudo evitar darse cuenta que solo llevaban un plato, se acercó mirando a Isabella a los ojos.

“¿No piensa comer?”

Expresó observando lo delgada que se veía.

“No deseo quitarle la comida a nadie, nunca antes habíamos estado aquí, quizás tienen los alimentos contados”.

“Aquí nadie se va sin comer”

Mencionó, entregándole un plato.

Al sentarse a comer, Isabella disfrutó de la sopa caliente.

Estaba deliciosa.

Hacía mucho tiempo que no saboreaba algo tan casero.

Le hacía pensar en un hogar.

“¿Te gusta?”

Preguntó a su niña.

“Es muy rica”

Respondió devorándolo todo.

Momentos más tarde Isabella se acercó al joven pelirrojo, supo que era el encargado.

“Muchas gracias por la comida”.

Expreso con honestidad.

Las había salvado.

“Es un placer”

Aquel joven respondió con una cálida sonrisa que iluminaron su rostro.

“Puedes venir las veces que necesites”

Expresó mientras recogía los vasos de las mesas.

“¿En verdad?”

Indagó con sorpresa.

Eran pocas las personas que se veían de buen corazón.

Una de ellas era Macarena y ahora él.

“Por supuesto”

Respondió de inmediato.

“Solo te aconsejo que llegues con tiempo, lamentablemente, no todos llegan a alcanzar”.

Se dirigió hacia la barra y envolvió un par de panecillos y colocó un poco de sopa en un vaso térmico y se la entregó a un hombre que entraba.

“Mañana estaremos más temprano”

Respondió.

“Aquí las esperamos”

Se inclinó y sacó un chocolate de su bolsillo y se lo entregó a la pequeña.

“Mi nombre es Mike”.

Se presentó con honestidad aquel hombre.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar