Capítulo 133:

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¿Por qué este momento no podía durar para siempre?

Fue lo que se preguntó Guillermo al escuchar esas palabras.

De verdad la amaba.

“Me alegra mucho. Estaba muy preocupada por ti, te ves mucho mejor, con mayor color”

Acarició con el dorso de sus manos sus mejillas.

“Mi sobrino tiene que crecer fuerte y sano, aquí dentro”

Señaló su v!entre y su mirada se iluminó.

“Así será, te prometo que lo cuidaré mucho”

Expresó.

“Ven acompáñanos a desayunar”

Guillermo está preparando pan con jamón serrano y queso de cabra, además que le pone a la ensalada un aderezo de mostaza.

“Delicioso”

Presionó sus labios saboreándolo.

Sonrió percibiéndose reconfortada entre ellos, la calidez con la que trataban, la hicieron sentir mejor.

Guillermo regresó sosteniendo una bandeja con los platos del desayuno, sonrió al observar aquella escena.

“Está listo el desayuno. Estoy cumpliendo los antojos de mi esposa, espero que sean de su agrado”.

“Seguramente lo serán, cocinas muy bien”

Mencionó Melisa.

“Opino lo mismo”

Intervino Isa, quien no se pudo esperar y tomó enseguida uno dándole una gran mordida, estaba hambrienta.

“Todo sea por consentirte”.

Melisa observó aquella escena y sintió nostalgia, pues le parecía que ella daba más, de lo que recibía.

Limpió sus ojos con discreción y comenzó a comer, en verdad eran una delicia, Guillermo se esmeraba por ella.

“Te puedo hacer una pregunta”

Isabella expresó dándose cuenta de la nostalgia en su mirada.

“Sí”

La joven respondió, sin imaginar que le preguntaría.

“¿Estás enamorada?”

Indagó por mero instinto.

Había lanzado esa pregunta de pura casualidad.

La joven sintió que le caía un balde de agua fría.

Mientras tanto en otro lugar…

“¿Acaso crees que este hombre tan atractivo es un delincuente?”

Mason acercó su rostro a ella.

La oficial rodó los ojos, y le entregó la orden que llevaba.

Esperó a que el hombre leyera la notificación.

Entonces Mason movió la cabeza y negó.

“Esto no puede ser, debe ser un error”.

No se lo podía creer.

“Yo no soy ese hombre del que me hablan”

Manifestó acercando su rostro al de la chica y ladeó los labios coqueteando.

“¿Podemos hablar en privado?”

Señaló hacia el interior de su lujosa oficina.

La mujer de inmediato lo tomó por uno de los brazos y lo giró con brusquedad, estampando su rostro sobre la mesa que había sobre el recibidor.

“Mason Weber queda detenido. Tiene derecho a guardar silencio, tiene derecho a un abogado”

Prosiguió leyendo sus derechos.

“Esto no es cierto”

Reclamó Victoria.

“Somos una familia honorable”

¿Esto de verdad estaba pasando?

“Los voy a demandar a todos ustedes, soy amiga del gobernador”

Amenazo.

Estaba tan enojada.

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