Amor después del matrimonio
Capítulo 128

Capítulo 128:

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“Hola”

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Pronunció con algo de dificultad.

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“¿Dónde estás?”

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De inmediato se percató de un tono de voz agitado en su hermana.

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“Estoy en mi habitación, me quedé dormido”

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Explicó.

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“¿Sucede algo?”

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“Isabella se siente mal, no sé cómo ayudarla”.

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Con rapidez se puso de pie, se calzó los zapatos, miró a María quien seguía descansando, la cubrió con la manta y descendió con rapidez, sintiendo que su pecho latía agitado deseando averiguar.

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¿Qué es lo que tenía?

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A grandes zancadas, se acercó a ellas, al verla recostada, se tensó lleno de preocupación, observó a su hermana, quien lo miró a los ojos, era notorio que estaba afligida.

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“¿Qué pasó?”

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Preguntó con la respiración agitada.

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La chica se acercó a su hermano, para hablar bajito.

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“No lo sé, me la encontré afuera del restaurante, estaba temblando, se veía muy pálida y nerviosa”

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Explicó.

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“Quise llevarla al médico, pero se negó”.

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Hizo una pausa.

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“Me solicitó que la trajera a su casa, y es lo que hice, se ve algo retraído, no sé cómo ayudarla”.

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“Yo me hago cargo”

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Mencionó acercándose a su esposa.

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Arrugó el ceño al ver sus mejillas humedecidas, por lo que tomó un pañuelo desechable.

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“Llama al médico”

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Solicitó.

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“Voy a llevarla a la habitación”.

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“De acuerdo”

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Respondió la joven.

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Tomando su móvil de inmediato, sintiendo que sus dedos temblaban.

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“¡Rayos!”

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Exclamó al darse cuenta que tenía un mensaje de su novio:

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[Te estoy esperando en la cafetería, ¿Dónde estás?]

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Un vacío se instaló en el interior de su estómago, al ver que lo había recibido hace más de cuarenta minutos.

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[Lo lamento, tuve un percance con mi cuñada, no se siente bien y tuve que traerla a su casa].

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Silencio.

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Una vez más no obtuvo respuesta de él, cosa que la volvió a hacer que se sintiera terriblemente mal.

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Mason tipeo el mensaje desde la comodidad de un motel, donde se encontraba finalizando de revolcarse con una chica que trabajaba como Escort, que recién había conocido un par de noches atrás en un night club.

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No le fue complicado llevarla a ese lugar y divertirse con ella.

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Sujetó el pequeño talle de la chica con fuerza y comenzó a dar firmes envites, una y otra vez.

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Acercó su rostro al hueco de su cuello, y rugió extasiado.

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Al escuchar que su móvil timbraba, salió del cuerpo de su acompañante para averiguar de quien se trataba, ladeó los labios al ver quien era y no le dio importancia, dándose cuenta que Melisa le estaba dando explicaciones.

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“Parece que te preocupa mucho lo que pienso”

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Elevó su mentón con arrogancia y dirigió su mirada hacia la joven que estaba recostada sobre la cama

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Su mirada recorrió su cuerpo observando las marcas que había dejado sobre su piel, pues había sido duro, descargó la furia que sentía sobre ella.

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“Lo lamento preciosa, pero me sentí como un loco enardecido ante tu belleza, prometo que te compensaré, el daño ocasionado”

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Indicó sacando unos billetes de más.

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La joven inhaló profundo y sonrió.

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“Estás disculpado”

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Respondió tomándolos, se puso de pie para ir a la ducha y retirarse.

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“Prometo buscarte de nuevo”

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Dijo bostezando.

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“Te voy a responder cuando a mí se me dé la gana”

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Murmuró, acomodándose para dormitar un rato.

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