Amarte es mi capricho
Capítulo 63

Capítulo 63:

Sentí sus brazos rodeando mi cintura, abrazándome por la espalda y depositando un beso cariñoso en la mejilla. Dejé el sartén y me gire mirándolo directo a los ojos.

“¡A que va todo esto? ¿Por qué has venido?”,  dije finalmente.

“Regresa Cat, casémonos de nuevo y tengamos más hijos”.

Frunci los labios.

“¿Qué hay de Angelica?”, él puso los ojos en blanco.

“¿Qué tiene que ver ella con nosotros?”, dijo en tono de molestia.

“¿Por qué ella esta viviendo en tu casa?”, le pregunto con insistencia.

El ensombrece la mirada.

“Por que mi madre la invito”.

“Yo no puedo regresar contigo mientras ella este cerca de ti, no la quiero cerca de mi tampoco”,  le digo mirándolo directo a los ojos. Elian me ve con decepción.

“¿Es tanto el odio que le profesas?”, pregunta serio.

“Si la odio, ¿Sabes porque? Por que estoy segura que ella sabía algo de lo, de mi padre, por que ella tal vez fue la responsable de que perdiera a mi bebé y por que se lanzo de las escaleras aquella vez, ¡Yo no la empuje!”.

Elian sonríe con sorna.

“¿Te das cuenta lo que estás diciendo? ¿Tienes pruebas de algo?”.

“No”, musito.

“¿Entonces? Vivi con Angelica más de cinco años, la conozco, la conozco bien y no sería capaz de hacer algo así, de su padre si sabía que era capaz de cosas atroces pero siempre me mantuve alejado de él por eso, pero Angelica no”.

Una lagrimita se cuela por mi ojo. Elian esta cegado, sin pruebas nunca podrá aceptar todas las cosas malvadas que ha hecho.

“Entonces no regreso”, sentenció.

Aprieta el mentón enfadado puedo ver un atisbo de ira en su mirada.

“No te lo pediré otra vez Catrina, piensa bien lo que dirás”.

Alzo la barbilla de manera altanera. No pienso regresar a esa casa del infierno con Camila y Angelica viviendo en el mismo techo que yo.

“Dije que no regresaré contigo mientras sigas cegado por Angelica”.

“Bien, entonces ya no tengo nada que hacer aquí”.

Camina hasta la puerta cerrándola de golpe. Mientras me doy la vuelta mirando los dos platos con comida. Mi cerebro aplaude mi decisión, fue lo correcto, pero mi corazón esta llorando de dolor.

Narrador Omnisciente.

Cuando Elian regreso por la mañana a su casa en la residencia de los Brin, encontró a Angelica y a su madre desayunando en el comedor. Las dos platicaban animadamente. Camino de largo sin decirles hola ya que estaba demasiado cabreado por el rechazo de Catrina. Elian en este momento pensaba lo peor de Catrina, como era posible que odiara tanto a Angelica.

Ella le había ayudado para que no lo destituyeran de la candidatura, sentía que le debía mucho. Además, por más que él se dedico abuscar pruebas sin decirle a nadie no encontró nada que pudiera darle crédito a lo que su ex esposa siempre decía sobre Angelica.

Se encerró en su despacho fue directo a la cantina y se sirvió un a la whisky. Bebió un trago enorme sintiendo, como el alcohol calentaba su garganta. La puerta de su despacho para ver quien lo interrumpía, en el se abrió. Se giro marco de la puerta apareció Angelica con un gesto tímido.

“Elian es muy temprano para que bebas”, le dijo en un tono dulzón. El la miro de manera seria.

Bebió de nuevo hasta el fondo.

“¿A caso importa lo que me pase?”.

Ella se acerca a unos pasos masajeando su hombro con suavidad.

“Claro que sí, para mi tú eres lo más importante, siempre te he amado y siempre te amaré, cometi un error en el pasado y me arrepiento cada día de mi vida por ello, por que me costó el precio de tu amor, si yo pudiera haría cualquier cosa por no verte así”.

Elian miro a Angelica.

“¿Cualquier cosa?”.

Ella asintió mostrando un brillo en sus ojos.

“Llama a los medios, anuncia que nos comprometeremos”.

Angelica sonrío sorprendida, no podía creer que al fin todas las cosas que había hecho para separarlo de Catrina habían funcionado. Elian era solo suyo y no dejaría que alguien tan insignificante como ella lo apartara de su lado.

POV Catrina Vidal

Días después mi cumpleaños, Elian no volvió a aparecer.

Todos los días al despertar después de ponerme el uniforme del trabajo que consistía en una falda tipo lápiz hasta la rodilla, tacones altos, camisa blanca y un blazer Azul marino. Me sentaba en la barra desayunador y a tomar jugo con fruta.

Siempre encendía la televisión esperando ver una noticia de él. Lo sé, era demasiado masoquista, era deprimente de mi parte, pero siempre que veía noticias sobre el Senador Brin, mi corazón se agitaba emocionado. Era la única manera de calmar mis ansias por verlo.

Y apareció una noticia sobre Elian brin mientras comía un pan tostado con mermelada de fresa, casi me atraganto cuando Elian y Angelica aparecieron en un set de sala elegante tomados de la mano. ¡Estaban anunciando su compromiso!

Cuando hace apenas unos días el y yo estuvimos juntos. Me pidió que regresara con él, pero como lo rechace ahora estaba con ella. Angelica sonreía de manera triunfante anunciando que pronto sería la Señora de Brin, mi atención se fijo en el rostro de él, se mantenía serio como siempre. Tenía que aceptar de una vez por todas que él ya no era para  mí. Se casaría de nuevo.

Instintivamente miré el reloj, ¡Se me había hecho tarde! Como pude corrí a lavarme los dientes. Corrí de nuevo por mi bolso, sali del departamento y corrí hacia el elevador tan rápido como pude, ¡Santo Dios! Una caída e iba a dar directo al hospital por quebrarme el tobillo, pero no podía llegar tarde, ese trabajo me gustaba.

Cuando las puertas del elevador se abren entro tan rápido oprimiendo el botón a la planta baja. Me acomodo el blazer del uniforme y mi peinado, cuando escucho una risita a miéspalda. Miró con el ceño fruncido.

Danilo Ferrer me mira divertido.

“Buen día Catrina”, me saluda.

“Señor Ferrer”.

“Dime Danilo, veo que llevas prisa”, sonríe. Abro los ojos aún más.

“Em… llegaré tarde a mi trabajo”.

Asiente.

“Te ha sentado bien la soltería, te ves mucho más radiante que antes”.

Mis mejillas se sonrojan al instante, bueno ahora ya no tenía tantas preocupaciones ahora solo me ocupaba de mí misma.

“Gracias por la observación, nos vemos”, le digo de manera rápida esperando con ansias que se abran las puertas para correr a pedir un taxi.

Las puertas se abren, doy un paso adelante pero el me toma de la mano haciendo que gire quedando su rostro frente al mío. Lo miro sorprendida.

“¿Me aceptarías algún día una invitación a cenar?”, suelta de repente.

Abro los ojos como platos.

“Algo casual, sólo para platicar, no busco algo más”.

Sonrío nerviosa, ne se que decir, lo que si es que llevo mucha prisa.

“Esta bien si, algún día”, digo saliendo del elevador antes de que las puertas se cierren.

Durante el día no pude sacarme la idea de que Elian se casaría con Angelica, aunque quisiera no pude ya que en mi oficina apareció una factura de un auto Ferrari de lujo a nombre de Angelica Salinas, quien realizó el pago Elian Brin. Estaba jodida.

Él o ella deseaba que a como diera lugar supiera sobre su compromiso. ¿Cómo Elian era tan tonto para casarse con ella? Suspire abatida entre el montón de facturas que debía procesar. Tenía que vivir mi vida y dejarlos de lado, pero el sólo hecho de pensar que él se casaría con esa bruja me daban ganas de mover cielo y tierra para probar que era una mujer malvada.

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