Amarte es mi capricho -
Capítulo 39
Capítulo 39:
Sonrío abrazando a Cat, rodeando su cuerpo con sus brazos. Beso su frente.
“Lo haremos juntos”.
“¿En verdad quieres ser padre?”.
“Si, tu serás la madre”, dijo él con una enorme sonrisa en el rostro.
Entonces fue cuando, Catrina, tomo la prueba en sus manos, respiro profundo y dijo.
“Mejor saber de una vez, ahora vuelvo”.
“Voy contigo”, dijo él.
Catrina negó de inmediato.
“¡No dejaré que veas como hago pipi! ¡Que vergonzoso!”, exclamo ella escandalizada.
Elian soltó una carcajada.
“He visto tu cuerpo cada vez que hacemos el amor Cat, lo conozco, no me daría pena verte haciendo del baño, además soy médico”.
“¡No me importa! Espera aquí”, le dijo ella corriendo al baño y cerrando la puerta con seguro para que Elian no decidiera entrar después.
Por su parte Elian, ladeo un poco la cabeza, camino a la cama y se sentó a esperar a que Cat saliera del baño. Comenzó a mover uno de sus pies de arriba abajo casi sin darse cuenta. Las ansias por saber lo estaban matando.
Diez minutos después Elian ya estaba tocando la puerta del baño con insistencia.
“¿Ya?”, pregunto inquirente.
“¡Espera!”.
Respiro profundo tratando de calmar sus nervios. Vio a Catrina salir del baño con la prueba de embarazo en sus manos, no sabía cómo interpretar el gesto en su rostro.
“Creo que es positivo”. musito Cat en voz baja.
Elian tomo la prueba en sus manos y la examino con detalle.
“Es más que positivo”, pronuncio con sonrisita nerviosa.
“Seremos padres Elian”.
Elian asintió. Tomo a Catrina en sus brazos sin soltar la prueba de embarazo. Estaba emocionado, pero a la vez le atemorizaba la reacción que su madre, Angelica y Everardo pudieran tener.
“Debemos ocultar el embarazo unos meses Cat, al menos hasta que encuentre una manera de como decirselo a mi madre y a todas las personas que nos rodean, la prensa querrá saber sobre nuestro hijo”, paso saliva para después abrazarla, se quedaron así varios minutos, cada uno reflexionando lo que significaría ser padres de un bebé que ya se estaba formando en el interior de su vientre.
Ambos bajaron tomados de la mano. Elian dispuesto a luchar por mantener a su familia unida a pesar de que sabía que se avecinaban tiempos difíciles.
Cat encontró la mirada despectiva de su suegra, para nada le atemorizaba la reacción que Camila fuera a tener al enterarse que sería abuela, amaba a Elian y ahora a su bebé también.
POV Catrina Vidal
Entre las nauseas que sentía, los nervios, la emoción, mi cabeza giraba entorno a mil pensamientos.
“Disculpen por habernos tardado tanto, Catrina tiene dolor de estómago, pero ya está mejor”, explica Elian mientras separa la silla de la mesa para que pueda sentarme, el también se sienta.
“Hemos terminado de desayunar, que lastima que Catrina se haya sentido mal, pobre”, gimotea Camila, la fulmino con la mirada. Me regodeo al imaginarme el rostro que pondrá cuando se entere que será abuela.
Angelica se pone de pie, trae un plato con un pastel pequeñocon betún blanco y pedazos de piña.
“Elian compré tu pastel favorito, aun recuerdo cuando solías pedirme que te comprara para la cena”, dice Angelica partiendo una rebanada y entregándosela a mi marido.
Lo miro con advertencia. Elián sonríe nervioso.
“Gracias Angelica, si es mi favorito”.
Mi mirada se agudiza. Subo mi pie hasta la altura de su entrepierna rozando la punta de mi zapato en su pantalón. Elian abre por completo los ojos, sonrío al ver como se tensa, los demás no pueden ver el movimiento de mi pie, pero él si lo puede sentir.
“Gracias, pero estoy a dieta”, sentencia haciendo el plato de pastel a un lado.
“¿A dieta?, replica con disgusto.
“Es una dieta especial”, dice mirándome, sonrío levemente.
Angelica pasa su mirada hacía mí, cargada de odio.
“¡Todo es culpa tuya maldita!”, grita de pronto, todos nos miramos unos a otros.
“Elian, tu no eras así, esta tipa te ha cambiado, ¿Qué no lo ves? Te manipula, ella solo quiere tu dinero, lo ha dicho la prensa esta contigo sólo por lo de su padre”.
Me pongo de pie al escucharla.
“No te permito que hables así de mi padre, él es inocente”.
Si no fuera por que ahora se que llevo un bebé en mi vientre ya me hubiera abalanzado sobre Angelica para darle su merecido.
“¿Asi? ¿Si fuera tan inocente como es Elian no ha levantado los cargos en contra de tu padre?”.
“¿Qué?”, lo miro atónita.
“¿Qué esta queriendo decir Elian?”, le reclamo a mi esposo.
Él sólo me mira, también se pone de pie.
“Cállate Angelica”, bufa.
“No, ¡No me voy a callar! A poco no sabías que al ser Elian el propietario de Nubak, tiene el poder de deslindar a tu padre de cualquier acusación o ¿Me equivoco padre?”.
Miro al gobernador quien asiente apenado por el numerito que esta armando su hija. Niego con la cabeza. Lo que dice tiene lógica y hasta ahora no lo había pensado. Volteo para ver a Elian quien me toma la mano, pero la zafo de su agarre casi al instante.
“¿Es verdad? ¿Tu puedes hacer eso?”, le pregunto incrédula.
Elian suspira. Camila se cruza de brazos esperando la respuesta de su hijo, mientras sonríe de manera macabra.
“Hablemos, pero no aquí”, dice tomando mi mano nuevamente, repasa a Angelica y a su madre con mirada acusadora para luego caminar hacía el despacho donde nos encierra con seguro.
Para este entonces me siento desesperada, mil pensamientos cruzan por mi mente. Como es que Elian siempre pudo deslindar a papá de lo que se le acusa. ¿Por qué no me lo dijo? ¿Por qué no lo hizo desde un principio?.
No puedo creer que esto me este pasando, justo lo que Miguel dijo, no…es no puede ser.
“Elian”, digo en un hilo de voz apenas audible.
“¿Por qué?”.
Elian frunce los labios, se lleva la mano a la nuca de sin dejar mirarme.
“Es tu padre Cat, tú siempre creerás que es inocente, antes de hacer algo como eso debería estar totalmente seguro de que lo es, mi carrera estaría en juego si llegará a probarse que es culpable y yo lo haya exhumado de responsabilidades”.
“¡Mi padre no es culpable! ¡Lo conozco! ¡Jamás haría algo así!”, lloro sentándome en una silla al sentir que no puedo más con esto.
“Él y yo llevábamos una vida tranquilos”.
Elian se pone de cuclillas frente a mi, recargando su mano cerca de la mía, en el reposabrazos.
“¿Entonces por que se fue y te dejo?”, suelta con seriedad.
Me quedo en silencio por unos segundos.
“Algo debió haber pasado, si no fuera por lo que me paso esa noche ahora estaría con él”.
Elian se levanta, parece enfadado.
“Estarías feliz con tu padre, en lugar de estar conmigo”, lo dice con amargura.
“No, no quise decir eso”, me llevo las manos a la cabeza.
“Es que todo es tan complicado, si tan sólo hubiera alguna manera de hablar con papá”.
Elian se pone las manos en la cintura, me mira fijamente.
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