Amarte es mi capricho
Capítulo 38

Capítulo 38:

Finalmente bajaron las escaleras, Elian reconoció al instante las voces que provenían del comedor. Los invitados habían llegado. Poso una mano en la cintura de Cat, le sonrío con ternura al verla y caminaron juntos hasta la habitación.

´Maldita´, pensó Angelica en cuánto vio que Elian apareció junto a aquella mujer tan joven y hermosa, envidiaba que lo fuera, incluso se sentía cohibida ante su presencia, sentía una envidia inmensurable por que ella era de la misma edad que Elian, esta mujer tenía varios años menos estaba segura de que éra una de las razones por las que lo enredo entre las sábanas.

Pero aún ni si quiera la conocía, Elian ´era suyo´ lo fue durante años, no lo dejaría ir tan fácilmente así tuviera que alejar del camino a aquella mujer, sonreía tan falsamente que tuvo que apretar la servilleta sobre sus piernas para ahogar todo el coraje que sentía por dentro.

Miro a su padre quien le hizo una seña con la vista para que se Calmara, desvió su mirada.

“Buenos días”, saludo Elian.

“Buenos días, aquí esta mi futuro sucesor”, se puso de pie el padre Angelica, Everardo para darle un cálido abrazo.

“Sé que lo harás excelente Elian, de eso no tengo duda”.

Elian suspira con incomodidad, al ver la mirada de Cat clavada en sus ojos.

“Lo haré, gracias por todo el apoyo, siempre”, dice él.

Todos tomaron asiento, Elian en el lugar principal del comedor. Catrina a un lado de él, del otro lado, su madre, Angelica, y Everardo. Nadie se sentó a un lado de Catrina, era como si lo hubieran hecho a propósito.

Camila miraba a Catrina en silencio, esperando el momento adecuado para atacar. Mientras esa mujer arribista estuviera viviendo bajo el mismo techo, haría de su vida un infierno.

Pretendía hacer que ella se fuera por voluntad propia, conocía a su hijo era muy terco, siempre le recordaba a su ex esposo, apretó los dientes cuando su mente comenzóa traerle recuerdos del padre de su hijo. Este le fue infiel hace años con una jovencita que trabajaba como su asistente, Catrina le recordaba a esa mujer, por su aspecto tan jovial.

En parte sentía que, desquitándosecon ella, desquitaba un poco el rencor que mantenía acumulado. Exhalo, borrando todos esos pensamientos y concentrándose en los invitados.

“Hace tiempo que no nos reuníamos de esta manera, antes muy seguidolo hacíamos”, soltó Camila regodeándose al ver el rostro de incomodidad de Catrina. Sabía que sus comentarios le afectaban, pero la pregunta era, cuánto era lo que podía aguantar.

Catrina abrió la boca para decir algo, pero Angelica la interrumpió.

“Camila, no sabes los sentimientos y emociones encontradas que siento al regresar a está casa, a la que vivi por años y sentí mía, éramos tan felices, ¿Lo recuerdas Elian?”.

Elian carraspeo removiéndose en la mesa mientras Idelina servía la comida.

“Eramostu, lo dijiste”, articulo Elian con seriedad.

“Creo que es sano hacerse a la idea de que las cosas suceden por algo”, añadió Catrina con una falsa sonrisa.

“Elian y yo nos conocimos por casualidad sin pensar en el amor que nacería entre los dos, ahora no podemos vivir, el uno sin el otro, verdad ¿Cariño?”.

Elian le sonrío, tomo su mano y la beso frente a los presentes que los miraban con los ojos completamente abiertos.

“Asi es, soy inmensamente feliz contigo a mi lado”.

“Angelica”, dirigió su mirada a la ex prometida de su esposo.

“Sé lo importante que fuiste para Elian en el pasado, para que Elian se haya enamorado así de ti, debes ser una mujer maravillosa, eres hermosa y se que pronto al igual que nosotros encontrarás a alguien que te haga tan feliz que te haga sentir como si estuvieras en el cielo”.

A Angelica no le quedo de otra más que guardar silencio, se moría por decir algo, pero su padre no se lo permitiría, para ganar y quedarse con Elian debía ser inteligente, no podía decepcionarlo, lo conocía, tendría que jugar a ser su amiga para encontrar la manera de separarlo definitivamente de esa mujer que había llegado para robarle al amor su vida.

Angelica comenzaba a sentir odio, mucho odio hacía Catrina, ni si quiera lo ocultaba en la mirada.

Las palabras de Catrina muy en el fondo eran verdad, ella deseaba con todo su corazón que Angelica se apartará de Elian. Decidió que por ahora lo mejor era tratarla de frente y sin rodeos, pero con amabilidad, ya que no se podía dar el lujo de enfrentarla como quisiera ya que la gubernatura de Elian estaba en juego.

Narrador Omnisciente

Terminaron el desayuno en silencio. Sólo Everardo y Elian mantenían conversación sobre cosas de política, proyectos públicos que emprenderían en poco tiempo para mantener a la ciudadanía contenta cómo estrategia para que el partido de nuevo fuera seleccionado.

Elian por su parte consideraba que él podía hacer mucho mejor trabajo como gobernador que su ex suegro. Pensaba que a el solo le interesaba el título más que el apoyo a la ciudadanía.

Siempre desde niño uno de los objetivos que se puso en la mente fue ser médico para poder ayudar a personas necesitadas, pero conforme fue creciendo se dio cuenta que no era para nada fácil, incluso siendo médico no podía darse el lujo de ayudar a las personas, sin embargo, en la política descubrió una nueva manera de poder en cierto modo mejorar la calidad de vida de las personas.

Al mirar a Catrina notó como su piel se veía pálida, casi no había probado bocado y se mantenía seria, no como de costumbre que le gustaba soltar la lengua. Era muy raro que dejará que su madre y Angelica hubieran hecho comentarios despectivos a su persona y ella poco se defendió. Elian comenzó a sentirse preocupado.

“¿Estás bien?”, le pregunto a Catrina mientras tomaba su mano acariciándola con sus dedos, pero con la finalidad de sentir la temperatura de su piel, estaba cálida por lo que no entendía por que se veía enferma.

Cat asintió con una leve sonrisa. Pero luego tomar un sorbo de de café su rostro se descompuso por completo frente a todos. Llevo boca y se puso de pie corriendo en sus manos a la dirección a las escaleras.

Elian se levanto de inmediato, su madre le pidió que tomará asiento de nuevo, le dijo que seguro era un berrinche de niñata chiflada, pero él intuía que no. Dejo caer la servilleta en la mesa y camino a toda prisa escaleras arriba. Cuando llego a la habitación, sus oídos se alertaron al escuchar ruidos en el baño. Camino hasta ahí y vio a Cat de rodillas frente al inodoro, estaba vomitando.

“Cat… ¡Dios! Dijiste que estabas bien”, le dijo en reclamo, cuando vio que ella lo miró con verguenza. Se puso de cuclillas junto a ella, recogió su cabello en una coleta y le paso un poco de papel para que limpiara su boca.

“No se que me pasa, hace un momento estaba bien, ¿Crees que sea lo incomodo que es tener que estar frente a tu madre y a tu ex en la misma habitación?”.

Elian sonrió de lado con molestia.

“Podría ser o puede ser que estés enferma, o”, dijo pausando de repente, se quedo en silencio pensando en una idea que se le vino a la mente, de sólo imaginarlo toda su piel se erizo, ´¿Podría ser que Cat estuviera embarazada?´.

Se supone que se estaba cuidando. Catrina al ver el rostro de Elian adivino enseguida sus pensamientos.

“Me he cuidado con las pastillas que me diste, las tomo sin falta”, se adelanto a decir.

Elian sintió un poco de seguridad al saber que mínimo en eso Cat le había hecho caso. Pero no dejaba de pensar que podía ser una posibilidad, aunque muy mínima. Las pastillas anticonceptivas no fallan.

Le brindo su mano y le ayudo a levantarse. Fue directo a su maletín donde solía guardar cosas de su profesión médica y saco una prueba embarazo, se la entrego en las manos a Catrina, ella abrió los ojos sorprendida exclamando.

“¿Por qué tienes contigo una prueba de embarazo Elian?”, Elian se mofó.

“Tengo varias, hace unos meses mi hermana estaba obsesionada con tener un bebé se hacía pruebas casi cada día por lo que me pedía que yo se las comprara, al final de cuentas no se embarazo y dejó el tema de lado, estas pruebas son las que quedaron, hazte una ahora Cat, no puedo con la ansiedad de saber si hay posibilidad de que estés embarazada o no”.

Catrina por primera vez sintió lo que era el terror, no sabía si estaba preparada para traer un bebé al mundo.

“¿Qué pasará si, si lo estoy? ¡Elian soy muy joven para ser madre!”, exclamo atemorizada.

Por dentro, Elian sentía una especie de emoción, no estaba en sus planes ser padre tan pronto y menos en esta etapa de su vida en la que se había fijado ya la meta de ser gobernador del estado, pero a la vez le entusiasmaba la idea de poder comenzar un linaje familiar, sus hijos algún día heredarían todo por lo que él ha trabajado.

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