Amarte es mi capricho -
Capítulo 37
Capítulo 37:
Miro a Elian quien la ve de manera retadora.
“Pensé que a la única mujer que le debía explicaciones era a mi esposa, madre”.
Me quedo boquiabierta con su respuesta. Camila pone una tara, como si se estuviera retorciendo por dentro, la miro del coraje. Luego dirige su vista impactada. Esta roja hacía mí.
“Angelica llamo, dijo que te estuvo esperando para la cena como el día anterior, pero ayer no llegaste estaba preocupada, ahora veo por qué, se supone que regresarías hasta mañana”.
Giro mi cabeza para ver a Elian.
“¿Ella estaba contigo?” me bajo de su regazo, lo asesino con la mirada.
El niega.
“No exactamente, estaba en el mismo hotel”, farfulla nervioso. Agudizo la mirada.
“Angelica me comento que tuvieron una cena muy amena”, suelta mi ´amada´ suegra con insinuación, es claro que lo hace para molestarme, pero Elian, por que no me dijo que ella estaba en el mismo lugar. De pronto comienzo a sentir un vacío en el estomago que sube hasta mi pecho.
“Madre”.
Elian se pone de pie.
“No es lo que piensas Cat”.
No puedo evitar que miles de pensamientos lleguen a mi cabeza.
“También me contó la te postulo para que seas su gran noticia, Everardo sucesor en la gobernatura, felicidades, hijo, tenemos que estar en casa en un rato más, ellos ya vienen en jet a la ciudad, organice un desayuno para agradecerles todo lo que hacen por ti”.
El rostro de Camila reflejaba toda la maldad hacía mí. Pero yo que le había hecho para que fuera así de cruel.
“No creo que sea el momento, mamá”, Elian me miraba fijamente, mi rostro estaba descompuesto.
“¿Es la clase de favores a los que te referías?”.
“¿Los sigues aceptando Elian?”, le pregunto incrédula, donde ha quedado el Elian orgulloso y omnipotente que creía que era mi marido, ante la familia de su ex ya no lo parece tanto.
Intenta acercarse, pero doy un paso atrás. Quiero la respuesta de su propia boca.
“No lo entiendes, la gobernatura es algo que no se puede rechazares, es la cúspide de mi carrera, lo que he anhelado por años”.
“¿A cambio de qué? ¿Qué te han pedido a cambio Elian?”.
Mi voz comienza a quebrarse, no se por que tengo unas inmensas ganas de llorar.
En su mirada puedo ver que me esconde algo.
“Hablemos a solas”.
“!Responde¡, ¿Que te pidieron a cambio de hacerte gobernador?, me acerco a él tomándolo de los brazos, exigiéndole que me lo diga.
Elian mira a su madre quien sonríe al verme llorar. Luego me mira a mi.
“No la he aceptado aún, por que lo que Everardo me pide, no está en mis manos”.
Limpio mis lagrimas con las manos. Elian desea la gubernatura, ellos pueden dársela, pero soy yo quien les estorba en sus planes.
Me siento asfixiada,necesito tomar aire, pensar, no dejare a Elian, pero quisiera que él no necesitará de esa familia para poder lograr sus metas. Por que las cosas tienen que ser así, ¿Porqué? No aguantando más la presión rodeo el escritorio y salgo del consultorio corriendo.
Escucho a Elian llamarme, pero no me detengo. Sólo corro. Hasta que siento que no puedo más, me tengo que detener para tomar aire, mis pulmones lo exigen. Me quedo unos momentos inmóvil, respirando profundo tratar de organizar mi mente que esta muy confundida.
De pronto unos brazos enormes me envuelven. Reconozco el aroma de su fragancia al instante por lo que en un principio no me opongo, pero luego intento zafarme y el me gira para que lo vea. Su rostro es serio.
“Seré gobernador por mis propios méritos, es lo que pensaba explicarte, no puedo hablar de esto frente a mi madre Cat, al menos hasta que logre registrarme como candidato oficial, después haré a un lado al padre de Angelica, pero quiero saber que tu estarás conmigo en cada paso que de”, recarga su frente a la mía, nuestras narices chocan cierro los ojos y asiento.
“Quedate conmigo Car, es lo único que necesito”.
“Elian”, me besa.
Narrador Omnisciente
Después de llegar a casa a darse una ducha, cambiarse y refrescarse . Catrina volvía a pisar de nuevo la residencia de los Brin. Su casa.
Catrina le prometió a su esposo que toleraría por esta vez ver de nuevo a Angelica, su éx.A ella no le agradaba para nada la idea de que anduviera rondándolo, sabía que todo esto del apoyo para la gubernatura era de doble sentido.
Se sentía consternada por que ahora no sólo tenía que cuidarse de sabe quien mando atacarla, de su ex loco Carlos y su novia Elena, ahora también estaba Angelica y su padre.
Por un momento mientras se acomodaba el vestido color negro ceñido al cuerpo que había escogido especialmente para el desayuno que había preparado su suegra, sintió un leve mareo, tuvo que sostenerse con una mano de una de las repisas del walk in closet para evitar perder el equilibrio.
´Será la droga que inhalé´ pensó, sacudió su cabeza recomponiendo su postura, sintió la garganta seca y camino hacia la habitación donde siempre tenía una jarra con agua a lado de la cama.
Al entrar a esa parte de la habitación vio a Elian que también estaba vistiéndose ya solo faltaba que se fajara la camisa y se pusiera la corbata, cuando vio que Catrina lo observaba le dirigió una sonrisa.
Catrina se acerco a él, tomo la corbata de las manos de Elian y comenzó a ponérsela, ella tenía mucha práctica en ello puesto que durante años le ayudo cada día sin falta a ponerse la corbata a su padre una vez que su madre falleció, recordando esos momentos decidió no enfocarse en ello ya que estaba convencida de querer enfocarse en el presente que vivía con su amado Elan.
“Te ves hermosa”, dijo él mirándola de arriba abajo sin pudor mientras lamía sus labios como si la saborearla completa.
No le daba pena hacerlo, era su esposa y sabía el efecto que sus palabras tenían, ya que siempre que le decia algún cumplido como esto o jugaba con ella a decirle algo un poco sucio las mejillas de Cat siempre se sonrojaban, era señal de que estaba excitada.
Elian paso sus manos por la cintura y la giro despacio quedando la espalda de ella frente a él.
“Ahora yo te subiré el cierre del vestido”, dijo mientras rozaba ligeramente con el dedo índice de su mano derecha la curva que se formaba en su espalda, bajo lentamente mientras no pudo evitar escapar una sonrisa al sentir como la espalda de Catrina se tensaba cuando llego justo a la altura de la espalda baja.
“No tienes idea de cuanto deseo estar contigo de nuevo, pequeña gatita”, susurro en su oído.
Catrina se estremeció al escuchar sus palabras, se giró entre los brazos que rodeaban su cintura. Mirando a su esposo con coquetería.
“Tu elegiste el desayuno cariño, no se pueden las dos cosas al mismo tiempo”, soltó de manera retadora y divertida.
Elian río entre dientes.
“Sólo necesito esperar a que la constancia como candidato oficial a la gobernatura del estadosea aprobada, después ya no necesitaré del trato de Everardo”.
Catrina sonrió de lado asintiendo. Se escabullo de entre sus brazos y fue directo a la jarra con agua. Lleno un vaso poco más de la mitad y tomó el agua con premura, de vez en cuando sentía una especie de incomodidad en su cuerpo, pero no quería hacérselo saber a Elian, aunque fuera doctor, no quería preocuparlo, si seguía con los malestares entonces si se lo diría.
“¿Te sientes bien? Te veo pálida”, le pregunto Elian a Catrina al ver la velocidad con la que ingería el agua.
“Si creo que son los efectos de la droga”, contesto encogiéndose de hombros.
Elian arqueo una ceja pensando en que ya había pasado suficiente tiempo como para que los efectos de aquello que inhalo hubieran desaparecido, tal vez Catrina tenía algo más, decidió que una vez que el desayuno terminará la llevaría a checarse de nuevo. Le daba terror pensar en que su Cat, pequeña gatita como así le decía pudiera enfermar.
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