Amarte es mi capricho -
Capítulo 35
Capítulo 35:
“Llama a la policía”, le ordeno a mi asistente.
“Que refundan a este maldito én la cárcel”.
Saco mi móvil y le tomo varias fotografías en distintos perfiles, también tomo sus huellas dactilares.
“¿Qué haces?”. Pregunta confundido.
Sonrío sombrio.
“Yo mismo descubrire para quien trabajas, quien quiera que sea se arrepentirá de haberse metido conmigo”.
Guardo las huellas en una bolsita de plástico y las meto al bolsillo de mi pantalón, mi vista regresa a Catrina.
“¡Espera!”, exclama aquel tipo.
“No se para quien trabajo, nunca los he visto, sólo me pidieron que le diera una advertencia a ella, sobre no meterse en asuntos que no le corresponden”.
Frunzo el ceño.
“¿A qué te refieres?
El tipo se encoge de hombros.
“Sólo eso me pidieron que le dijera, no se nada más, ellos sabían que estaba aquí a solas, me dieron su ubicación y una llave para entrar sin que se dieran cuenta de mi presencia”.
“¿Ellos? Pero ¿Quién?”.
“No lo sé, era una mujer y un hombre, no pude verlos”.
Una mujer y un hombre. Los primeros que se me vienen a la cabeza son aquellos dos empleados que nos encontramos en el restaurante aquella noche, el ex de Catrina, ma!ditos, Luego me viene a la mente la idea de alguien más.
Pero no estoy seguro de si ella sería capaz. Tengo que averiguar quien ha sido. Escucho como algunos agentes de la policía entrar al piso donde estamos desde el ascensor. Voy hacia donde he recostado a Cat, como antes, la tomo en mis brazos como si fuera una niña.
“Quédate aquí hasta que lo apresen”, le digo a mi asistente.
“Me llevaré a Catrina”.
“Si señor”.
Bajo por el elevador hasta que cruzamos las puertas de Nubak hacía el estacionamiento. Acaricio sus tibias mejillas con mi mano. No era esto lo que tenia planeado para mi regreso. Pensaba darle una sorpresa a Cat, pero quien terminó llevándose una sorpresa al entrar al edificio fui yo.
Por el leve olor de su piel, sabía que la droga que le hicieron inhalar tardaría unas horas en pasar su efecto, por lo que decidí irnos al hotel donde ella se hospedaba, así podríamos hablar una vez que despertara.
Media hora después recuesto a Cat en la recamará de la habitación que ella reservo para hospedarse los días que yo no estuviera. Mientras despertaba, hice algunas llamadas a investigadores privados, necesitaba algunas respuestas hacia dudas que había estado entrelazando los últimos días.
Este tipo dijo que Catrina no debería meterse en asuntos ajenos. Ella confía en que su padre es inocente. Sin embargo, yo no pienso lo mismo.
POV Catrina Vidal
Abri los ojos en cuánto mi comenzó a escuchar la voz de subconsciente Elian. Los abrí lentamente. Ahí. pude verlo de espaldas a mi hablando por teléfono. No sé percato de que había despertado, lo que me dio unos momentos para observar la habitación en la que estábamos. Era mi habitación del hotel donde me estaba hospedando.
Ahora recuerdo como todo se puso negro. Aquel tipo que intento hacerme daño. La imagen de Elian cuando las luces se encendieron. El me salvo, Quise inclinar mi cuerpo para sentarme, pero el dolor que sentí en mi muñeca derecha hizo que de mi boca saliera un leve quejido. Elian se dio la vuelta enseguida. Me miro con atención, dijo algo así como “te llamo después” y cuelga.
“¿Cómo te sientes?”, se sienta a un lado de mi cuerpo sobre el colchón.
“Mareada”, suelto con voz chillona.
Acerca su rostro y sin ceremonia me besa. Puedo sentir como nuestro beso lucha por convertirse en algo más, lo extrañe tanto, Rodeo mis brazos a su cuello y lo atraigo hacía mi cuerpo. En cuestión de segundos el cuerpo de Elian esta sobre mí.
Puedo sentir su er3cción al mismo tiempo que aspiro con frenesí el aroma de su colonia. Este hombre me vuelve loca, pienso cuando lleva una mano hasta mis muslos y los aprieta, masajeándolos de manera salvaje. Deja de hacerlo y mete mano en mis pechos.
“Te vez tan s&xy vestida de esta manera”, gruñe mordisqueando el lóbulo de mi oreja. Mi cuerpo se estremece de los pies a la cabeza.
“Entonces he fallado en mi cometido, yo quería verme poderosa”, le digo, deja de besarme y me mira con una mezcla de deseo y ternura.
Puedo sentir su aliento a centímetros del mío. Luego sonríe.
“Eres tan poderosa que has logrado doblegar mi voluntad haciendo que regrese mucho antes de lo que tenía planeado”, explica con voz ronca, ahora recuerdo aún faltaba un día para que él regresará, pasa su mano por entre la parte interna de mis muslos. Jadeo al sentir su tacto.
“No vuelvas a dejarme a solas con tu madre, Elian”, le digo con voz furiosa, ahora está aquí conmigo, aferro mis brazos a su cuerpo no pretendo soltarlo.
“Es muy cruel”.
Elian se queda en silencio. Me separo de repente pensando que tal vez eso último no le gusto. Se pone de pie saliendo de la cama. Me siento, pero cuando apoyo mi mano en el colchón, duele. Veo como se acerca a su maletín de oficina.
Saca una carpeta, la hojea con detenimiento.
´Oh no… es que acaso me pedirá el divorcio por que su madre no me quiere´, pienso, todo mi mundo se viene abajo en un instante. ¿Su madre lo habrá convencido? Paso saliva, temiendo lo peor. Elian se gira y camina de nuevo a la cama. Se pone de cuclillas frente a mí. Me entrega la carpeta. Lo veo a los ojos. Me mira de manera seria.
“Ábrela”, dice.
Dudo en hacerlo. No quiero ver la palabra divorcio en las hojas.
Todo es tan extraño.
“Abre la carpeta Cat”, insiste, paso saliva de nuevo armándome de valor.
Entonces cuando abro la carpeta, leo [Título de propiedad] abro los ojos de manera enorme.
“¿Qué es esto?”, le pregunto con el ceño fruncido.
Sus ojos se vuelven de un marrón brillante.
“A partir de hoy eres dueña del cincuenta porciento de la propiedad en la que vivimos, mi casa es tu casa, lo mío es tuyo y tu mi adorada esposa eres completamente mía”.
Se incorpora abalanzándose sobre mí de nuevo. Toma mis labios en un beso intenso. Me separo abruptamente.
“Auch”, chillo.
“¿Pasa algo?”, puedo sentir la preocupación en su voz. Asiento a punto de soltar a llorar por el dolor en mi muñeca que se ha intensificado.
“Me duele aquí”, le indico. Chasquea la lengua con enfado.
“Ese ma$dito, pagará caro el haberte dañado.
“Elian tu me salvaste, es lo que importa, que regresaste y ahora estamos juntos, ¿Quién era ese tipo?”.
“No lo sé, dijo que no vio quien lo contrato, pero lo averiguaremos lo prometo”.
Asiento.
“¿Por qué alguien querría hacerme daño?”, me llevo ambas manos a la boca.
“Hoy fui muy mala, corrí a varias personas de la empresa, dijeron cosas de mi que me hicieron enojar”.
“¿Qué cosas?”.
“Que te seduje para tener beneficios”.
“¿Y no?”, suelta burlón.
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