Amarte es mi capricho -
Capítulo 30
Capítulo 30:
Camila recordó la reacción que Elian tuvo cuando pronunció el nombre de su adorada nuera. Elian de seguro aún tenía sentimientos por ella. Tenía que armar un plan para hacer que esta mujer que se aferraba a estar con su hijo, decidiera irse por voluntad propia, de lo contrario pagaría las consecuencias
POV Catrina Vidal
Miraba a Elian con furia, como era posible que me fuera a abandonar de esa mánera con su madre en casa. Lo necesitaba aquí conmigo, ahora más que nunca.
“Cat, ha sido un imprevisto que no puedo desatender, necesito hacer este viaje es mi trabajo no se trata de querer o no hacerlo, tengo un cargo público”, lo miraba fijamente.
Finalmente suspire.
“Espero sobrevivir estos días sin ti”.
El rostro de Elian cambió a uno más compasivo. Me abraza, quisiera que este abrazo durara hasta la eternidad, pero se que el tiene sus cosas del trabajo y todo lo demás. Como su esposa es mi deber apoyarlo, aunque no me agrade la idea que se vaya por algunos días.
Se aparta de mí unos centímetros poniendo sus manos en mis delgados brazos.
“Todo saldrá bien Cat, Sally esta aquí, si necesitas ayuda con mi madre por que se vuelva insoportable, sólo diselo, regresaré en tres días, lo prometo”.
Asiento, no puedo evitar hacer un puchero. Elian me besa en los labios. Bajamos las escaleras para ir a la puerta.
“¿No te despedirás de tu madre?”, le pregunto.
Niega.
“Le llamaré más tarde, he dado instrucciones a mi asistente para que sea él quien te lleve personalmente a Nubak, el te explicará en que consiste el puesto que destiné para ti”, asiento.
“Otra cosa, te tocará despedir al imbécil de tu ex, lo quiero de patitas en la calle hoy, no tengas piedad con él”.
Elian me da un beso de despedida en los labios y lo veo partir. No me queda de otra que dirigirle una sonrisa mientras arranca el auto aunque mi corazón se encoja de tristeza al saber que esta noche no dormiremos juntos.
“Mi niña Caino estes triste, Elian regresará pronto, él hace viajes seguido, aunque esta es la primera vez que te toca a ti”.
Miro a Idelina que esta a un lado mío.
Si, me lo ha explicado, aunque aún no me acostumbro a esta idea de tener un esposo senador, el estilo de vida es muy diferente al que yo mantenía con mi padre, pero trataré de apoyar a Elian en todo loque pueda.
Idelina me sonríe.
“¡Así se habla mi niña! Con toda la actitud”.
Vemos que un auto de lujo llega, lo reconozco, es el asistente de Elian.
“Nos vemos nana, llego en la tarde”.
Le doy un beso y salgo corriendo al auto. El Asistente Gómez abre la puerta.
“Buenos días, Señora Brin”.
“Buenos días Gómez”.
La verdad no tengo ni idea de lo que pasará el día de hoy. Siento inquietud al preguntarme como reaccionaran los empleados de Nubak cuando me vean, cuando se enteren que la hija de Francisco Vidal es la esposa del ahora propietario de Nubak.
Estoy ansiosa por ver sus rostros. ´Papá, prometo que probaré tu inocencia´ pienso en mis adentros mientras veo a través del Cristall de la ventana que hemos llegado al edificio de oficinas generales de la empresa.
Gómez, sale del auto rodeándolo con prisa, abre la puerta y me da la mano para ayudarme a salir. Me quedo de pie viendo el edificio unos segundos con la mente dispersa.
“Es hora señora, demuéstreles que es capaz”.
Miro a Gómez, no se que tanto sepa sobre mí, pero sé que Elian confía demasiado en él.
“Es hora”, repito.
“Estaré con usted en todo momento señora”.
Asiento.
Mi corazón late fuerte como si quisiera salir de mi pecho, en cuanto cruzo la puerta de acceso. Las personas que están en el área de recepción me miran, me reconocen enseguida. Comienzan a cotillear entre sí con descaro, eso hace que me sienta pequeña.
Tomamos el ascensor hasta el último piso que es donde Elian tiene su oficina. Al llegar hasta ahí nos recibe una secretaria, la reconozco, era la secretaria de mi padre, Elvira. Ella me reconoce al instante también. Me mira de manera despectiva.
“La Señora Brin estará trabajando en la oficina del Ceo, él ha pedido que tratemos a su esposa como se lo merece”.
Esboza una sonrisa con maldad que no me gusta para nada.
“Señora Brin, bienvenida”.
Junta sus manos haciendo una reverencia.
Entrecierro los ojos.
Entramos a la oficina, es la oficina del Ceo.
“El empleado Carlos, esta esperando a que lo atienda señora”, me doy media vuelta y asiento.
“Hagalo pasar”, gesticulo de manera seria, tendré que enfrentar yo misma a Carlos, a mi mente llegan los recuerdosde aquel día en el que Elena y él me humillaron de la peor manera, ´tu puedes con esto Cat´ cierro los ojos y escucho la voz de Elian en mi mente ´puedo… a hoy nadie volverá a pasar sobre mí, soy partir de la Señora Brin´.
Me quedo de pie en medio de la enorme oficina de Elian, esperando la llegada de Carlos. Abre la puerta.
“Cierra”, le ordeno, el esboza una sonrisa traviesa, cierra con seguro lo que hace que sienta algo de intimidación.
Recompongo la respiración.
“Cat”, mira a todos lados.
“Pensé que la reunión era con tu esposo, no contigo”.
Lo miro con desdén.
“Me daré el lujo de ser yo quien te despida”, espeto.
Carlos se rie lo que genera mi colera.
¿Qué acaso esta es la reacción que tiene una persona que sabe que será despedida? Pareciera no importarle y eso me confunde. Se supone que es mi venganza y no la siento como eso.
“Te puedo dar una oportunidad si me dices que paso aquel día que mi padre huyo, él no sería capaz dé cometer fraude a la empresa”.
Carlos se posiciona frente a mí.
“Cat, eres muy inocente para comprender a las empresas”.
“¿A que te refieres? Te convertiste en el suplente de mi padre, ¿Fuiste tu el culpable de todo?”, gruño con coraje.
Sonríe se acerca a mí poniendo su dedo índice en mi mejilla. Todo mi cuerpo se tensa.
“Te diré lo que paso, ya estará en ti si me crees o no”, entre nosotros se acorta la distancia, puedo sentir su respiración en mi rostro trato de apartarme, pero Carlos no me deja, me sujeta la cintura con fuerza, pongo mis manos en su pecho.
“Tu padre sabía que al día siguiente se firmaría el contrato de venta de la empresa, el tenía acceso a todas las cuentas por ser el gerente general, cuando hay un cambio de esa magnitud, pueden suceder muchas cosas”.
“¿Estas diciendo que mi padre es culpable?”, trato de zafarme de su agarre, pero no puedo.
“O que solo había una persona interesada en comprar la empresa a bajo costo y por eso sembró el delito en tu padre, piénsalo Cat, no es descabellado”.
Lo empujo con todas mis fuerzas y logro apartarme de él, he estado perdiendo el tiempo, nunca me dirá la verdad.
“Elian jamás haría eso, sólo quieres ponerme en contra de él”.
“Piénsalo, en todo caso, alguno de ellos será el culpable, ¿En cuál creerás pequeña Cat?”.
Mis piernas me tiemblan. Es increíble pensar que alguna vez sentí amor por un ser tan despreciable como Carlos.
“¡Vete! ¡No te quiero volvera ver en mi vida! ¡Estas despedido!”, comienzo a gritar mientras él sonrie burlesco.
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