Amarte es mi capricho -
Capítulo 20
Capítulo 20:
“Tú me amas a mí, estoy segura, tú lo haces para vengarte de mí por lo que te hice Elian, pero quiero que sepas que acepto, acepto que hice mal, yo te amo, con toda mi alma, aún podemos ser felices”, aquella mujer suplicaba.
Elian la miraba con frivolidad. Comenzó a acercarse más a nosotros, di un paso atrás, pero Elian me mantuvo cerca de él sujetándome de la cintura con fuerza.
“Por favor, Elian, recapacita, tú serás el próximo gobernador, ese es tu sueño, al lado de ella no obtendrás nada, en cambio yo te ofrezco mi amor”.
Elian quito con repulsión las manos que ella había posado en su pecho, Cayó de rodillas al suelo suplicando y llorando que regresará con él. Hasta yo senti lastima por ella.
“¡Te exijo que te vayas de mi fiesta! Pagarás por esto Elian Brin”.
Elian sin decir nada, dio media vuelta me tomo de la mano y salimos del lugar. Abrió la puerta del auto para que entrará. El entro dando tremendo portazo. Si yo conducía como maniaca el lo hacía por dos, tuve miedo de que fuera a estrellarse y muriéramos en el camino.
Tuye que pedirle que por favor redujera la velocidad, de mala gana lo hizo. Al fin cuando llegamos a casa, en lugar de subir las escaleras conmigo fue hacia su despacho y se encerró. Me sentía tan afligida por él, pero era claro que deseaba estar solo en estos momentos.
Antes de dormir, me desmaquille, me puse el pijama, me enfunde en las sábanas y Cookie vino a mí, acurrucándose en mis brazos. La tibieza de su cuerpecito hizo que me quedará dormida.
Cerca de las tres de la mañana me despierto, siento mi garganta seca y el vaso que siempre pongo a lado de mi cama está vacío. Bajo hasta la cocina por un poco de agua. Al regresar a mi habitación me percato de que la puerta del despacho esta abierta.
Miro a través del rabillo, Elian está sentado en un sillón, con un vaso de whisky en la mano. La puerta cruje al moverla por accidente.
Él levanta la mirada. Ahora tenía que mostrarme frente a él. Decido entrar al despacho.
“Estas bebiendo”, digo al ver aquel hombre que una vez me dijo que beber, no me dejaría nada bueno, se veía tan deprorable, tan triste que de pronto sentí lastima por él. Elian estaba sufriendo por aquella mujer.
El me mira y suspira, pero no dice nada. Retiro su vaso de la mano y lo pongo en la mesita de centro.
“Ven, vamos a la habitación, mañana es mi graduación y prometiste que estarías ahí”, digo con tristeza. Ahora ya no siento la misma ilusión por mi graduación que antes, solo deseo salir a trabajar y ser independiente.
“Ahi estaré”, dice en seco.
Lo jalo del brazo, pero no se levanta, un nuevo intento, pero el me jala al lado contrario y caigo en sus brazos, justo encima de sus piernas. Miro el rostro de Elian que esta muy cerca del mío. Mi corazón comienza a acelerarse desenfrenadamente.
“Lo siento”, le digo tratando de levantarme, pero él no me deja.
“Quédate Cat”, apoya su frente en mi mejilla, me quedo inmóvil entre sus brazos como si fuera una niña pequeña.
“Elian es tarde… vamos a dormir”, le insisto.
“Bien pero solo dormir”, asiente.
Nos ponemos de pie, rodea mi cuello con su brazo y subimos las escaleras, aunque fue dificil lo logramos. Entramos a mi habitación y él se deja caer a en la cama. Le quito los zapatos, le desabrocho el cinturón y le pido que se acomode para acostarme.
Pongo una almohada entre los dos y me recuesto del otro lado. Siento como quita la almohada y se pega a mi cuerpo, abro lo ojos de par en par.
“Cat”, susurra.
“Sí”.
“Dime que tu no me abandonarás”, susurra a mi espalda, me giro para verlo.
“Elian sabes que nuestro matrimonio no va a durar para siempre”.
“Yo quiero que dure para siempre”, puedo ver el brillo en sus ojos través de la oscuridad de la noche.
“Tú no me amas”, digo tragando saliva.
“Puedo amarte, es fácil hacerlo, eres tan bella”, comienza a jugar con el cordón de mi pijama hasta desatar el nudo que mantiene mi camisón cerrado, baja lentamente su mano hasta descansarla a la altura de mi estomago que hace que se contraiga ante su tacto.
“Me haces enfadar, pero a la vez también me haces sentir feliz cuando estamos juntos, se me olvidan mis problemas, eres tan dulce Cat”.
Comienza a besar mis labios. Debería detenerlo, pero mete su mano dentro de mi camisón.
“Eli….an”, gimoteo.
“No hagamos algo de lo que nos arrepintamos”.
“Deja que te ame esta noche Cat”.
Cierro los ojos, mi cerebro lucha por negarse, pero mi corazón lo desea, es tarde para arrepentimientos. También lo beso. Nos devoramos los labios, acaricia todo mi cuerpo. Junto a Elian me siento viva, a la vez amada. Quizá yo podría lograr que de verdad me ame. Podría hacerlo.
POV Catrina Vidal
Es de día todo mi cuerpo me duele, ni si quiera recuerdo a que hora dormí ayer, me giro sobre la cama. Elian no está. Suspiro con derrota, ayer fui sólo su consolación, una noche de sexo porque teníamos ganas.
Me pregunto si cuando esta conmigo pensará en ella. Esos pensamientos en mi cabeza no dejan de atormentarme. Veo mi móvil, tengo varios mensajes de mis compañeros, sobre mi día de graduación. Era ya muy tarde para desayunar, pero me sentía hambrienta, tenía que comer algo.
Me puse el pijama viendo que tenía moretones en las piernas, con razón me temblaban. A veces Elian es demasiado salvaje en el acto. Aunque eso me e#cita aun más. Bajo las escaleras. Elian y Sally están en el comedor terminando de desayunar.
Por la mirada que tiene Sally seguro ya se ha de haber enterado lo que paso en la dichosa fiesta. Elian ni si quiera me dirige una mirada. Se concentra en comer.
“Buenos días”, saludo cuando me siento.
“Buenos días” dice él.
“Cat, Elian dice que hoy es tu graduación”.
Asiento con una sonrisa, no dejaré que nadie arruine mi felicidad este día.
“¿Quieres venir? Terminando la ceremonia habrá una cena en casa de mi amiga Cristal, Elian prometió venir, celebraremos varios compañeros y yo la culminación de nuestra carrera”.
“Claro, ¡Me encantaría!”, expresa con entusiasmo.
Paso mi vista hacía Elian.
“¿Vendrás verdad?”.
“Te lo prometi y ahí estaré”, responde algo ido.
Tal vez sus pensamientos están en esa mujer.
La ceremonia de gradación termino, todos recibimos nuestros certificados. Antes del evento estaba algo bajoneada porque mi familia no estaba conmigo, pero al ver que Elian cumplió su promesa de venir, me puso de mejor humor. Todas mis compañeras lo miraban con admiración, él era tremendamente guapo y sexy, era normal que no le quitaran la vista de encima. Una vez que me tome fotos con mis compañeros, nos abrazamos y demás.
Me acerque hasta donde estaba Elian y Sally con la intención de que los tres nos tomáramos una foto, por ahora ellos eran mi familia y quería conservar ese recuerdo.
“Felicidades, me siento muy orgulloso de ti”.
Llevaba en sus manos un enorme ramo de rosas rojas que me entregó, mire su rostro, su mirada me brindo seguridad, no pude evitar abrazarlo sintiendo como mis ojos se humedecían.
“¿Por qué lloras?”, pregunto preocupado.
“Gracias por estar aquí conmigo Elian, significa mucho para mí”, le dije sin soltarlo.
Tuve que apartarme para no manchar su saco con mi maquillaje.
“¡Felicidades Cat! ¡Que emoción!”, exclamo Sally, nos abrazamos.
“Gracias Sally, te agradezco que estes aquí conmigo este día”, le digo con agradecimiento sincero.
“¿Podemos tomarnos una foto?”, les pedí mientras preparaba mi móvil para enfocar la cámara.
En eso escuche una voz conocida,
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