Amarte es mi capricho
Capítulo 15

Capítulo 15:

Mi gran sorpresa fue que dos elementos de la policía me esperaban a la salida. ¿Cómo se dieron cuenta que estaba aquí? Fue lo primero que pensé. Como si me hubieran leído la mente uno de ellos dijo.

“Monitoreamos esta casa cada cierta hora, que ingenua fuiste al regresar niña”.

Como si fuera una delincuente me subieron a la patrulla. Me encerraron en una habitación de la comisaría pública, me despojaron de mi mochila y  me dijeron que tenía derecho a guardar silencio y realizar una llamada.

Lo primero que pensé fue llamar a Elian, pero después de nuestra pelea de hacer rato no creo que quisiera venir a salvarme. De pronto recordé que en el bolso de mi pantalón traía la tarjeta que el Abogado Javier me dio, no sabía que hora era, pero planeaba pagarle por sus honorarios así que lo llamé.

“Abogado Cuellar”, dije apenas contesto la llamada.

“Si, ¿Quién habla?”, dijo con voz soñolienta”.

“Soy Cat de Oh Cakes, lo que pasa que le llamo porque tengo un problema”.

Le explique como sucedieron las cosas con lujo de detalle, me dijo que en media hora estaría en la comisaría para ayudarme. Paso aproximadamente una hora o más, hasta que un tipo vestido de uniforme entro a la habitación donde estaba encerrada.

“Puede salir, han pagado la fianza”, di un brinco de felicidad, salí a toda prisa pasando un largo pasillo hasta la recepción de la comisaría donde me recibe el Abogado Javier, me abalanzo sobre él.

“¡Gracias abogado!… ¡En verdad gracias por sacarme de aqui!”, le decía dándole besos en la mejilla.

“Cat, no me des las gracias a mí, el dueño de la casa retiro los cargos en tu contra”, me quede perpleja.

“¿Qué dueño?”, pregunte con el rostro  totalmente confundido.

El dueño de esa casa era mi papá. Nadie más. El Abogado Cuellar apunto con la vista hacía su derecha, dirigí la mirada hasta ahí donde Elian observaba de manera fría nuestra escena.

“¿Cómo que tu eres el dueño de la casa de mi padre?”, camine hasta él,  exigiendo una respuesta.

Elian exhala con indiferencia, escrutándome con la mirada.

“Te lo iba a decir, pero como siempre quieres hacer las cosas a tu manera”.

Su voz se vuelve más ronca, esta enfadado muy enfadado.

“Vamos a casa”.

No tenía la intención de volver a pelear con él, estaba cansada, así que no me movi cuando me ordeno que lo siguiera, cuando se dio cuenta arqueo una ceja con molestia.

“¿No me escuchaste?”, pregunta con desdén.

“No iré a casa, dijiste que salías con otra mujer”, a Elian le sorprendieron mis palabras.

“No quiero volver a pelear, sólo quiero tranquilidad, terminar mi universidad y listo, no regresaré a vivir contigo, adiós, Elian”.

Intento dar unos pasos hacía la salida de la comisaría, pero el me detiene tomando mi mano.

“¿No la escuchaste? La Señorita Catrina no te quiere ver”.

El  Abogado Cuellar se interpuso entre nosotros. Elian lo aniquilaba con la mirada, pronto me soltó.

“¿Tu quien demonios eres?”, le pregunta amedrentándolo con la mirada, pero el abogado mantiene la postura, no es de esos hombres que se dejan intimidar tan rápido.

“¡Es mi abogado Elian! Yo le llamé para que me sacará de aquí ¿No se que estás haciendo tu aquí?”, me interpuse ahora entre los dos, para que Elian no terminara moliendo a golpes al pobre abogado que solo vino a ayudarme.

El abogado carraspea.

“Catrina yo llamé al Senador Brin por que él es el dueño legal de la propiedad a la cual entraste sin permiso, solo el podía librarte de los cargos”.

Frunzo el ceño.

“Gracias Elian pero de todos modos no regresaré a casa”.

Elian se separa de mí unos cuántos pasos. Su mirada es de decepción, es lo mejor para los dos. El abogado me alcanza una vez afuera.

“¿Quieres que te lleve a algún lugar?”.

Asiento.

Abre la puerta de su auto y me subo. Me pongo el cinturón y veo como Elian sale de la comisaría viendo que me voy en el mismo auto del abogado. Me parte el corazón verlo así, pero él y yo sólo congeniamos en la cama.

POV Catrina Vidal

Le pedí al abogado Cuellar que me llevará a casa de Cristal. Le pregunté cuanto sería de honorarios, pero dijo que lo dejará pasar por esta vez. Que suficiente era con el susto que ya había pasado. Una vez que se cercioro que Cristal me abriera la puerta me dijo que me portará bien para no meterme en problemas.

Me despedí del con un beso en la mejilla y entre a casa de Cristal.

“Dijiste que viniera en caso de que Elian me  echara de su casa”, le digo con vergúenza.

“¿Tu marido te ha echado?”, suelta la pregunta con sorpresa.

Niego de inmediato.

“No una crisis para nada, lo que pasa es que tenemos una crisis matrimonial”, hago un puchero.

“No te preocupes amiga, aquí hay mucho  espacio para ti”.

Pasaron unos días, Elian no insistió en verme, que fácil se olvido de mí. Claro como no me ama. Capaz y hasta le hice un favor. Faltaban ya sólo dos semanas para mi graduación y decidí enfocarme en eso ya que tendría que pagar lo correspondiente a la ceremonia, además de mi toga y birrete.

Ahora más que nunca llegaba muy temprano a mi trabajo y  si era necesario quedarme una hora más lo hacía, la Señora Georgina era una jefa muy amable, además de que me recibió con mucho gusto en su casa.

Terminaba de limpiar los aparadores y las máquinas antes de cerrar el local. Cuando escuche que alguien abrió la puerta  local.

“Disculpe,  ya no estoy atendiendo”,  cuando me gire vi a Elian frente a mí. Me quede boquiabierta de la sorpresa.

Mi corazón comenzó a latir de manera salvaje, cuando nuestras miradas se cruzaron.

“¿Qué haces aqui?”,  pregunté como boba mientras me sumergía én la admiración de su bella sonrisa arrogante.

“Te ves hermosa hasta con uniforme”, dice el muy pedante.      .

“¿Qué quieres Elian? Ya voy a cerrar”, le digo poniendo los ojos en blanco, no caeré en sus encantos, aunque tenga que amarrarme a mi misma las manos y los pies pero no caeré.

De pronto con sus brazos me atrapa entre el mostrador y su cuerpo, alzo la cabeza para mirarlo y me encuentro con su aliento cálido muy cerca de mi rostro.

“Te extraño Cat”, susurra dandome besitos en mi cuello mientras que yo por dentro me derrito.

“Pero tú”, gimoteo.

“Yo no veo a otra mujer, la única mujer con la que he estado desde que nos casamos es  contigo, no tengo nada que ocultar, es sólo que a veces me desespera tanto tu manera de ser, tan caprichosa y  testaruda”.

Me besa en los labios haciendo imposible que me pueda resistir.

“Regresa Cat, sé que podemos superarlo”.

Aprieto los labios.

Elian estába siendo sincero.

“Elian, esta bien, regresare a casa, pero ya no soy sólo yo, tendrás que adoptar a Cookie”, él frunce el ceño mientras yo rio divertida.

“¿Quién es Cookie?”.

“Una gatita que encontré cerca de la universidad y que Cristal me deja cuidar en su casa, somos ella y yo, en paquete las dos”.

Elian voltea los ojos…

“Esta bien, Cookie viene con nosotros, nunca dejas de sorprenderme mujer”.

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