Ámame maldito CEO -
Capítulo 87
Capítulo 87:
Pronto llegaron hasta el cuarto de baño.
Él preparó la tina con agua caliente, mientras ella se lavaba la boca y el rostro, luego cuando terminó, él hizo lo mismo.
Ella aprovechó que él estaba ausente de su imagen, para poder quitarse el camisón y meterse en la gran tina.
De pronto él se acercó a ella.
Fue quitándose la ropa ante sus ojos.
“¡¿Qué crees que haces?!”
Exclamó atónita.
Él la miró sin decir nada, mientras sus manos seguían quitándose cada prenda de ropa.
Ella enmudeció admirando su hermosa anatomía, y luego lo vio meterse a la tina, sentándose frente a ella.
“¿Acaso no puedo bañarme?”
Merybeth rodó sus ojos.
Sus mejillas estaban cubiertas de un rubor anormal.
Él sonrió, mientras tomaba la ducha y comenzaba a mojar su rostro y su pecho.
Merybeth no dejó de mirar como las gotas de agua iban recorriendo suavemente su piel, él era tan adictivo para sus sentidos.
Cuando Sean Hyland observó el escrutinio del que era víctima, sonrió y se acercó a ella, gateando, para ponerse encima de ella.
Merybeth se arqueó pero el roce con el mármol de la tina.
Le hizo lanzar un quejido.
Él la observó, preocupado.
“Lo siento, te duele”.
Ella odió que el momento ardiente se acabara.
Él se alejó y ella se sintió amarga, pero fue de inmediato tras él, poniéndose a horcajadas sobre su cuerpo, sintiendo su piel y su er%cción rozándola.
La observó perplejo.
Intentó no tocar su espalda, la tomó por la cintura, y comenzó a besarla.
Era imposible que Sean controlara sus besos, porque eran tan ardientes, calientes, la necesitaba, pensó en ella.
Recordó cuando la buscaba enloquecido.
Temía no volver a verla, y pensó en su cruel familia.
Quizás querían desaparecerla.
Él no podría soportarlo.
‘Pero, ¿Qué locura digo? Ah, pero me gusta, me gusta mucho’
Pensó, y siguió besándola con fervor.
De pronto, tocaron la puerta y ella maldijo entre dientes.
“¿Sabes qué? Odio a la empleada”.
Él esbozó una risa, mientras lavaba su cabello y mordía su labio, admirándola, salir desnuda de la tina, ella se puso la bata, y corrió a ver qué era lo que querían.
“¿Qué sucede?”
Exclamó.
“Señora, perdónenme, pero buscan al Señor Hyland”.
“¿Quién?”
“Soy yo”
Dijo Lucy subiendo la escalera Merybeth hizo un gesto de rabia y se acercó a mirarla con ojos pequeños y un gesto fulminante.
“¿Qué quieres aquí, mujer?”
“El Señor Hyland tiene la visita de un cliente muy importante y afamado, hazle el favor de decirl que estoy aquí”.
Merybeth la miró con rabia.
“Dime que cliente es”.
Lucy la miró de arriba abajo, sintió celos y rabia.
“Dile que es la supermodelo Lita Ramos, y dile que es una pelea por una custodia de hijo, que está dispuesta a pagar demasiado dinero, por ganar la batalla, también dile, que se peleará contra el Infante Felipe del Mediterráneo”.
Merybeth hizo un gesto de fastidio, y entró.
Vio a Sean vistiéndose.
“¿Escuchaste todo?”
“Sí, debo ir a trabajar”.
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