Ámame maldito CEO -
Capítulo 67
Capítulo 67:
Él la miró con ojos profundos, oscuros y serios.
Le hizo una señal moviendo su dedo para que viniera a él.
Era casi una señal que la encandilaba.
Era imposible de negarse.
Dio un paso a él, pero cuando estuvo por retractarse y volver atrás, sintió que él la haló de la mano.
De pronto la puso boca abajo, de forma en que su v!entre quedó sobre su regazo, y su trasero a la vista.
Ella sintió un miedo descomunal.
No supo cómo actuar.
“¿Qué haces?”
Exclamó con algo de temor e intriga.
Ella sintió como sus manos subieron su vestido y bajó su pantaleta.
Merybeth sintió que un calor la arropaba, y que su rostro estaba enrojecido entre la duda y la vergüenza.
“Te dije que te daría un castigo, uno merecido”.
Sean pasó su lengua por su mano derecha, y de pronto le dio una nalgada.
Ella atinó a soltar un g%mido de sorpresa.
Creyó que estaría molesta o humillada, pero estaba excitada.
Era una forma que no podía ser normal en ella.
Sintió como Sean aún masajeaba suavemente su trasero, como sin quisiera calmar el dolor que le había infligido.
Ella se levantó.
Pero él no la alejó de él.
Sintió como sus fuertes manos la empujaron sobre la cama.
“Te has divertido mucho hoy, Merybeth, gastando mi dinero, y haciéndome enojar, cerré mi empresa por venir hasta aquí, y creo que te has llevado todo el placer, ¿No crees que ya me toca un poco?”
Ella le miró atemorizada.
No, él no era como Joe Carson.
Merybeth estuvo segura de que Joe Carson era un niño escolar, al lado de Sean Hyland.
Su respiración subía y bajaba en su pecho.
Estaba sintiendo temor por lo que él provocaba en su ser.
Ella estaba recostada sobre la cama, con sus codos intentaba alejarse de él, mientras Sean se empujaba más hacia ella.
Él tomó sus pies, y la devolvió a su lado, dejándola debajo de él, ella sintió su cálido aliento.
Él besó sus labios.
Había un calor que la quemaba.
Sus besos eran tan apasionantes que la devoraban.
De repente él se alejó de ella.
Se quitó la ropa.
Ella se quedó perpleja.
Contuvo su respiración, admirándolo.
‘Así que supongo que él será mi primer hombre’
Pensó Merybeth.
De pronto ante sus ojos, Sean estaba completamente desnudo.
Ella no podía dejar de mirarlo.
Era tan irreal.
Sur respiración acelerada, admirando su hermoso cuerpo.
Tenía el torso fuerte y musculoso, tenía un pequeño tatuaje con lo que parecía ser el apellido Hyland, justo bajó el pecho, y otro más en el costado, que era una fecha.
Ella observó su v!rilidad en su máxima expresión.
Estaba tan encendido.
Él la miraba con ojos grandes y lujuriosos.
Le hizo una señal.
Ella se levantó, y él la miró bien.
Una sonrisa casi p%rversa se formó en su boca, se acercó tomándola de los hombros.
Ella sintió que la empujó un poco hacia abajo.
“Quiero que me complazcas”
Dijo él.
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