Ámame maldito CEO
Capítulo 60

Capítulo 60: 

“Pero, hay, vamos a celebrar, conseguiremos dos tipos muy guapos, y bailaremos los besaremos y ¡Quién sabe que más!”

Merybeth puso los ojos blancos y negó.

Ella no haría algo así.

Aunque siempre parecía una chica muy simpática y divertida, no era capaz de seducir hombre como si fuera un deporte.

No podía hacerlo.

Fue fiel a Joe Carson, y sabía que sería fiel a Sean Hyland…

Por lo menos, hasta el divorcio.

“Ya estuvo bueno, Merybeth. Es hora de que vivas tu se%ualidad, libre y plena, placentera, ¡Imagina!”

Dijo tomado un d!ldo de su maleta.

“Un guapo y seductor moreno, con uno de estos de veinticinco centímetros”.

“¡Jane! ¡Cállate! Los empleados te escucharán, no olvides que soy la Señora Hyland”.

“Pero, si les dijiste que eras Merybeth Hansen, bueno, bueno, como sea, Señora Hyland, estoy lista, ¡Vamos a bailar!”

Exclamó divertida.

Merybeth sonrió y salió con ella.

Jane dejó sobre la cama el juguete, y ambas salieron de ahí.

Sean y Orson viajaban en el helicóptero.

Sean parecía ansioso.

Orson lo podía notar en el movimiento de sus manos.

“¿Qué es lo que pasa, Sean? ¿Por qué tanto apuro de venir a la casa de la playa? Siempre odiaste la casa de Malibú, desde que pasó lo que pasó, ¿Por qué ahora quieres estar ahí?”

Sean bajó la mirada.

Se quedó sin argumentos por decir.

“Tengo un problema… bueno… te diré la verdad”

Dijo Sean y respiró profundo.

Orson lo miró con intriga.

Esperaba cualquier cosa.

¿Una misión secreta?

¿Venganza?

¿Tenían que resolver asuntos de la empresa allí?

Conociendo su amargura… tenía que ser serio.

Muy serio.

¡Tal vez era un asunto de vida o muerte!

“Dime lo que sea, pero ya, que me has puesto de nervios”.

“Merybeth está en Malibú, vino a conocer la casa de los diez millones, que se quedará cuando nos divorciemos, pero, no confío en ella, quizás esté haciendo algo mal y eso provoque mi desprestigio, por eso estoy aquí”

Dijo con seguridad.

Orson arrugó el gesto y lo miró con ojos enormes.

¿Acaso esto era una broma?

¿¡De verdad era eso!?

“Estás diciéndome que, le diste a la gente del bufete el día libre, interrumpiste tu trabajo importante, y me hiciste viajar hasta Malibú, porque tu esposa se fugó de fiesta a la playa… ¿Es cierto?”

Exclamó con ojos bien abiertos e incredulidad en el rostro.

“¡Ella puede estar arruinando mi buena reputación, y no lo permitiré!”

Su jefe estaba loco.

¡Completamente loco!

“¿Y cómo crees que lo haría?”

Exclamó Orson, a sabiendas de que él ya entendía lo que su primo trataba de decirle.

“¿Cómo? ¿Quién sabe? Podría ir con otro”

Las manos de Sean Hyland se volvieron un puño de rabia, que Orson pudo ver, y apretó sus labios, para no soltar una carcajada.

“Entonces, ¿Estamos aquí para descubrir si tu esposa te es infiel?”

“¿¡Infiel?!”

Exclamó incrédulo.

“¡Qué se atreva!”

.

.

.

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