Ámame maldito CEO -
Capítulo 61
Capítulo 61:
“¿Estás celoso?”
“¡¿Qué?! ¿Celoso, yo? ¡Jamás! Solo estoy cuidando que todo se cumpla, aún no viene el abogado Coleman a entregarme mi fortuna, sé que nadie quisiera quitármela, pero… debo cuidarme, no olvides que una vez fui despojado de lo que por derecho me corresponde”.
“Lo sé”
Dijo Orson y sonrió, porque a pesar de ese argumento, estuvo seguro de que Sean ya no podía quitar de su mente a Merybeth.
Era un loco.
Un loco enamorado.
Cuando llegaron al helipuerto de la casa, descendieron y fueron adentro.
La presencia de Sean impactó a los empleados.
No esperaran que el Señor Hyland apareciera por ahí.
“Hola, señor, bienvenido”.
“Gracias, ¿Dónde está mi esposa?”
“¿Su esposa?”
Exclamó la empleada con duda.
“Sí, ¿Acaso no vino Merybeth Hyland?”
“La señorita Merybeth Hansen, pero ella no nos dijo que era su esposa, no nos dijo que era la Señora Hyland, ella dijo que era la nueva propietaria de la mansión, y que se quedaría con los mismos empleados”
Dijo la mujer.
“¿Ella dijo eso?”
Sean se mordió las palabras con coraje, molesto de que ella no lo hubiese reconocido como su esposo.
“¿Y dónde está?”
“Ella no está, salió con su amiga”.
“¿A dónde fue?”
Exclamó Sean con rabia.
Esta vez había perdido el buen ánimo.
La empleada sintió temor de su rostro enojado.
“No lo sé, pero el chófer las llevó, e iba a traerlas de regreso, en cuánto le avisarán”
“Tráelo ante mí”
Sentenció furioso y la empleada corrió a obedecerlo.
Sean subió la escalera.
Orson se quedó al pie de la escalera, esperándolo.
Sean entró a la recámara principal, miró a todos lados.
Estaban dos maletas abiertas, con ropa esparcida por todos lados.
Maquillaje, perfumes, zapatos.
Era un gran desorden.
De pronto Sean miró sobre la cama aquel artefacto…
Abrió ojos enormes al verlo.
Era un juguete se%ual femenino.
‘¡Merybeth, así que la diablilla solo quiere divertirse!’
Pensó y sintió mucha rabia, pensando que podría estar con otro hombre que no era él.
Sean bajo de inmediato.
Ya no llevaba su sacó oscuro, y se dobló las mangas de la camisa.
“¿Dónde está mi esposa?”
“La llevé un club llamado Nightly Double”
“Bien, llévanos ahí”.
Orson se quitó el saco, hacía mucho calor, y subieron al auto para ir a aquel lugar.
…
Merybeth y Jane bailaban.
Aquel club era un lugar divertido, pero con música atemporal, podrían escuchar desde la mítica Cindy Lauper, hasta Taylor Swift.
Ellas cantaban y bailaban.
Habían bebido varias copas.
Merybeth ya sentía como el poder del alcohol comenzaba a tomar ventaja de sus pensamientos.
Merybeth lanzó un grito escandaloso que no logró escucharse entre la música tan alta.
“¡Es mi canción favorita!”
Exclamó al escuchar la primera estrofa de Blue Jeans de Lana del Rey Merybeth contoneaba sus caderas, y sus manos al ritmo de la música.
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