Ámame maldito CEO
Capítulo 59

Capítulo 59: 

Llamó a Cyrus y esté le indicó lo que ya presentía.

Merybeth se había ido a Malibú con una amiga.

‘Está bien, no esperaba que se quedara en casa, sé que iba a irse, ella. me lo advirtió; ¿Qué harán en la casa? Bueno, puede pensar en cuánto dinero venderla, o en quedársela, o en irse de fiesta… irse a conocer gente nueva… claro, la conocí en un club, ¿Por qué no iría a otro club? Y… pero… ¡Es mi esposa! ¡No lo hará!’

Sean se levantó como un resorte a merced de sus pensamientos.

Sus manos eran un puño de rabia, de algo que ardía en su interior, y no sabía que era, o tal vez, no quería reconocerlo.

Orson entró a la oficina, estaba por darle unos documentos.

“Listo, ganamos el juicio de Jackson Lusiak, estamos de celebración”.

“¿Celebración?”

Exclamó con duda.

“Bueno, fue difícil y pensé…”

“¡Eso es! ¡Celebremos! Dales el resto del día a la gente, y tú y yo, vámonos a festejar, vamos camino a Malibú, a la casa de la playa, ¡Vamos a festejar!”

Exclamó como si la idea le hubiese surgido de pronto.

Orson le miró estupefacto.

¿Ese hombre era el CEO de Hyland y Asociados?

¿Acaso había enloquecido?

“¿Es una especie de broma?”

Exclamó Orson con duda.

“No, hablo en serio, pediré el helicóptero, tú y yo iremos a Malibú”.

Orson no dijo nada.

Solo hizo un gesto de confusión, mientras Sean iba a la sala de juntas.

Orson salió de prisa, y llamó al encargado de recursos humanos, notificándole que diera la salida al personal.

El hombre se quedó confundido.

En sus tres años en la empresa, nunca vio que dieran la salida en un día laboral.

“¿Qué sucede con el Señor Hyland, Orson?”

“No lo sé, te juro que no lo sé, quizás al fin pasó lo que temimos, y enloqueció”

Aseveró y luego se rieron de tal idea absurda Orson entró a la oficina, y encontró a Sean igual de hiperactivo que antes, parecía desesperado, con ganas de irse de ahí, a toda prisa.

“¿Estás listo? Nos vamos a Malibú ya, apúrate, Orson, o llegaremos muy de noche”

Espetó

“Pero… no tengo ropa para la playa, siquiera deja que vaya a traer algo”.

“No, en Malibú compramos ropa de playa, ¡Vámonos!”

Dijo apurándolo.

Orson no entendía, pero, tuvo que obedecer, como siempre lo hacía.

Mientras tanto en otro lugar…

Merybeth estaba vistiéndose.

Ya era casi el anochecer, habían cenado delicioso, y Jane le propuso ir a un club a bailar.

Estaban visitándose, maquillándose, luciendo como dos reinas de belleza americana, listas para ir a deslumbrar y divertirse.

“Entonces, el imbécil de Joe no te volvió a buscar”

Aseveró-

“Sí”.

“¡¿Qué?! ¿Y qué quería?”

Exclamó Jane al escucharla, mientras se hacía un delineado de gato en sus ojos pardos.

Merybeth pensó en eso con nostalgia.

Recordando aún aquel día.

La imagen de Joe Carson vino a ella, y sintió como si de nuevo estuviera herida.

“¿Sabes? En realidad, no lo sé, es raro, lo único que hice, fue echarle en cara, que ahora soy una mujer casada con un billonario, creo que, eso pudo más que mi curiosidad, pero disfrute tanto ver su cara de idiota cuando lo supo, tal vez es solo una parte de mi imaginación, pero, creí que le dolió, y si le dolió, ojalá que le duela como una herida del infierno”

Espetó con frustración y rabia.

“¡Eso! Así es, que se pudra en el infierno por ¡Perro infiel!”

Gritó Jane.

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