Ámame maldito CEO -
Capítulo 58
Capítulo 58:
“Merybeth, no, tienes que luchar por conquistarlo, él es tu seguro de vida, tienes a una familia loca, que no te quiere y te hace la vida miserable, millones de personas te odian, ¿Y quieres abandonar al único hombre que te ha mantenido estable en este tiempo? ¡No! Debes seguir siendo la esposa de ese hombre poderoso, y más, debes volverlo loquito de amor, hacer una familia con él, esa es tu salvación”
Dijo Jane, tratando de hacerla entender.
“No, yo no necesito que ningún hombre me salve, nunca lo necesité”
Espetó con desdén.
“Además, a mi no me importa. Sean, es demasiado arrogante y amargado”.
“Sí, pero antes tenías tu trabajo, las marcas de publicidad te buscaban, la gente en pre te amaba, pero, ahora… todo ha cambiado, amiga”.
“Puedo volver a hacerlo, podemos trabajar en campañas de marketing como antes”.
“Merybeth, ¿Has visto que tu reputación está en el punto más bajo?”
Merybeth se quedó callada, pero hizo una mueca de tristeza.
Eso era cierto.
“Sea como sea, me divorciaré de Sean Hyland, él nunca se enamoraría de mí, lo sé”.
“¿Y por qué no? Eres hermosa, eres agradable, ¿Qué pasa contigo? ¿Acaso quién rechazaría a Merybeth Hansen?”
“Nadie, claro; solo mis padres, mi hermana, Joe Carson, y millones de seguidores en reses muy pocos, nada más”
“Merybeth, sigue mi consejo, necesitas enamorar a Sean Hyland, lograr que enloquezca de amor u obsesión por ti, necesitas que el Señor Hyland no te deje ir de su lado, jamás, y sé que vas a lograrlo”
Aseveró Jane entusiasta.
Merybeth liberó un suspiro, mientras el vuelo seguía a Malibú.
…
Al llegar a la casa, y bajar del taxi con las maletas, Jane y Merybeth se quedaron admiradas boquiabiertas, y alegres, Jane fue la primera en reaccionar y lanzar un grito de felicidad.
“¡Somos ricas! ¡Cómo las cantantes! Más que eso, ¡Ay, no! Estoy muriendo, Mery, mira esta casa, es como un sueño, come el palacio de una reina. ¡Ese hombre es rico, mira que casa!”
“Yo creí que el Señor Antártida bromeaba, no pensé que fuera una casa tan hermosa y tan grande”
Dijo incrédula de tan bello lugar ante sus ojos.
“¿Cómo es que te heredará esta casa? ¿Cómo puede dejar esta casa? ¿Acaso le trae malos recuerdos?”
“¿Malos recuerdos?”
Exclamó Merybeth sin entender sus palabras.
“Bueno, mírala, ¿Tú abandonarías esta casa, o la regalarías a alguien?”
Exclamó Jane.
Merybeth caminó para admirar la propiedad.
Era tan lujosa.
Incluso tenía su propia parte de playa privada.
No, ella no podría abandonar ese lugar fabuloso.
Entonces Merybeth pensó bien.
¿Por qué Sean Hyland abandonaría esa casa en la playa?
¿Qué representaba en su vida esa casa, que quería desprenderse de ella?
‘Sea lo que sea, voy a averiguarlo, Señor Hyland’
Pensó con la mirada seria.
Luego sintió como un dolor en su pecho.
Había pensado que tal vez esa casa representaba el recuerdo de una mujer.
Pensar en Sean Hyland amando a una mujer le causó una sensación horrible junto unas ganas de llorar, y gritar de furia.
Pero quiso negarlo.
Quiso ocultarlo.
No podía ella estar sintiendo nada.
Nada por Sean Hyland.
Ella no quería amar.
Además, estaba convencida de que Joe Carson, sería imposible de borrar de su corazón.
…
Sean intentaba concentrarse en el trabajo, pero por más que lo intentaba era imposible.
De repente se encontraba a sí mismo pensando:
‘¿Será que Merybeth ya estará en Malibú? ¿O tal vez se arrepintió de irse? ¿Qué estará haciendo?’
Todo el tiempo lo pensaba, hasta que por fin decidió afrontarlo.
Decidió actuar.
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