Ámame maldito CEO -
Capítulo 54
Capítulo 54:
Ella le miró asustada.
Tanto que sus palabras le parecieron una blasfemia.
“No lo sé, tal vez si suplicas más o…”
Sean la tomó de la cintura y la calló de un beso profundo, y lleno de pasión.
Ella tuvo que sucumbir ante su caricia.
Sus lenguas se acariciaron.
Sintió que el aire escapaba de sus pulmones, dejándose llevar, y escucharon la tos fingida del abogado.
Se alejaron de inmediato.
“Abogado Coleman, ¡Qué pena con usted! Esto… ha sido bochornoso”
Dijo Sean.
“Me alegro de ver que se han reconciliado, puedo recordar cuando tenía poco tiempo de casado, les aconsejo que siempre sean tan tolerantes y comunicativos como hasta ahora, cuando tenía su edad, también tenía desavenencias con mi señora, pero el amor y la lealtad, nos ayudaron a enfrentarlo todo, Señor Hyland, si tuve alguna duda sobre la realidad de este amor, por el poco tiempo transcurrido, hoy me ha arrancado cualquier duda, créame que su madre Brooke Hyland, estaría orgullosa de ver que ha encontrado a la mujer de su vida”.
Sean sonrió y asintió
Pero sintió una opresión en su pecho.
¿Por qué?
‘Perdóname madre, si estuvieras aquí, ¿Sentirías que te he fallado? ¿O acaso, estarías creyendo en mi mentira?’
Sean miró a Merybeth y ella parecía intrigada.
“Así es, mi-madre estaría feliz…”
Sean bajó la mirada.
“Pronto iré a verlo para firmar la entrega oficial de la herencia que su madre le dejó”.
Sean asintió y sonrió brevemente.
Luego el abogado se fue.
“Todo está hecho”
Dijo Merybeth.
“Ahora-quiero irme”.
“Yo también”.
“¿Y cuándo nos divorciaremos?”
“Pronto”
Dijo Sean.
Pero su voz sonó sin valor.
Era como si de pronto esa idea no le gustara para nada.
Merybeth se sintió triste y volvieron a la cabaña.
“¿Y quién es él?”
Exclamó Sean Merybeth le miró atónita.
“¿Qué dices?”
“¿Quién es ese hombre en que pensabas cuando tenías tu primer org%smo?”
Merybeth sintió que sus mejillas enrojecían y hundió a la mirada.
“¡Que te importa!”
“¿Mentiste?”
Dijo sonriente.
“No, pero, ese nombre es tan importante, que no lo compartiré contigo”.
Sean sintió que su sonrisa se apagó.
…
Al salir de casa, tenían que ir de nuevo a caballo.
Merybeth volvió a viajar al lado de Sean.
Él cabalgó, pero sintió que el movimiento la arrullaba y que-tenía sueño.
Ella se recargó en el pecho de Sean, se abrazó a él.
Pronto cerró los ojos, y se quedó dormida.
Sean lo sintió, y la abrazó con fuerza, para evitar que cayera.
Pronto se detuvo frente a la gran casa de campo de los Hyland.
Sean observó el rostro de la chica.
Estaba completamente dormida, podía notarlo por su respiración compensada.
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