Ámame maldito CEO
Capítulo 39

Capítulo 39: 

“Y la verdad es que, cuando yo vi a Sean, imagínenlo, él estaba sentado en un rincón sin hablar a nadie y Con esa mirada fría como la Antártida, y yo lo vi y dije: ¡Qué guapo!”

Todos reían de las palabras de Merybeth.

Sean estaba serio, pero sus mejillas estaban muy enrojecidas.

“Y entonces, decidí acercarme e invitarlo a bailar, y me rechazó”.

“¡No!”

Exclamó Patricia.

“Hijo, ¡Qué grosero!”

“Eso no fue todo, Tía Patty, también me dijo que no era tan bonita, y que había mujeres más hermosas”

“¡Oh! Primo, esas no son las palabras de un caballero”

Dijo Lynda con falso reproche.

Sean solo mordió sus labios y sonrió con algo de mofa.

“Y después, yo dije, bueno, tampoco es el hombre más guapo, pero mentí, ¡Sí era el hombre más guapo!”

Las carcajadas resonaron por la habitación, menos de Sean y Lucy.

“Luego, un horrible hombre me obligó a que bailara, y yo me negué, entonces, de pronto, apareció ¡Super Sean! Y me salvó, así que, en ese momento lo supe, había encontrado a mi héroe favorito, había encontrado a mi alma gemela, luego de tanto esperar”.

“¡Ay, que romántico!”

Dijeron Lynda y Patricia al unísono mientras Merybeth acariciaba suavemente el rostro de Sean, quién inevitable sintió que era débil ante su caricia.

Sintió un deseo de besar sus labios.

Estaba por hacerlo.

Se acercó despacio, y Merybeth le miró con sorpresa.

Pero sintió que era irresistible.

Estaban a punto de rozar sus labios, cuando escucharon un terrible ruido.

“¡Lo siento!”

Dijo Lucy.

Su copa cayó al suelo y se hizo añicos.

Tras la cena, Sean llevó a Merybeth a recorrer los jardines, para que tomara un poco de aire fresco, mientras Patricia se encargaba de arreglarles una nueva recámara, ya que quería que estuvieran en la que tuviese mejor vista a las montañas.

“¿Por qué tenías que contar esas tonterías sobre cuando nos conocimos?”

Ella lo miró con ojos pequeños, y con las manos en la cintura.

“¿Y qué? ¿Qué prefieras? Que contara que entré como sustituta de la otra mujer que te rechazó por tu terrible humor, ¿O tal vez querías que dijera que soy solo una esposa por contrato de un maldito CEO arrogante?”

Exclamó retadora.

Sean la miró con ojos severos.

Estaba incrédulo de su actitud.

“¡Basta! Bien, no ibas a contar eso, pero tampoco tienes que contar tantas tonterías, ¿Qué es eso de almas gemelas, y amores estúpidos?”

Merybeth le miró con coraje.

De pronto sus manos se colgaron al cuello.

“¿Qué pasa, señor Antártida? ¿Quién le rompió el corazón en pedacitos para que no crea en un poco de amor?”

Sean miró sus ojos.

Eran como dos estrellas.

Eran tan brillantes.

Sintió que podía sentir su perfume tan embriagante.

Se sintió tentado y ella lo notó.

Acercó su cuerpo un poco más.

Pero de pronto él se deslindó de sus brazos.

“Deja tus tonterías”

Sentenció, y Sean se alejó.

“Iré a caminar, necesito despejar mi mente”

Sentencio.

Merybeth hundió la mirada.

De pronto se sintió trist.

‘Él no me quiere, Joe tampoco me quiso, ¡Estoy destinada a ser una malquerida’

Pensó con tristeza y dramatismo.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar