Ámame maldito CEO -
Capítulo 365
Capítulo 365:
“No, mi diablita, pero, nosotros acabaremos con todos los dulces, ¡La mosca revolotera llevará a las diablitas por miles de dulces!”
Tomó sus manos, corrieron por las calles, y las casas pidiendo dulces.
Más tarde, cuando llegaron a la casa de Orson, los niños corrieron a abrazar a Agustine y a Thomas, hijos de Jane y Orson.
Luego fueron al jardín a jugar con ellos.
Unos minutos después, llegaron Lynda y Edward con su hijo Andrew.
“¡Qué mosca tan hermosa!”, dijo Lynda al ver a su primo, quien le miró con ojos severos.
“¡Qué graciosa!”
Sean fue a cambiarse.
“¡Felicidades, Lynda! Me alegro de que seas la nueva CEO de Hyland Grant y Asociados”, dijo Merybeth y ella la abrazó feliz.
Más tarde volvieron a casa, Sean y Merybeth llevaron a los niños a dormir.
“Espero que tus cuentos de terror no les quiten el sueño”.
Merybeth sonrió, mientras se ponía su vestido de dormir, él admiraba su figura, seguía siendo la mujer hermosa, la amaba.
Besó sus labios.
“Estoy agotadísima, mi mosquita tan se%y, con tu traje”.
Sean rio.
“Lo hiciste a propósito”.
ÉI la tomó en sus brazos, y besó su piel.
Luego besó sus labios, hasta quitarle el cansancio y devolverle la energía para hacer el amor.
Cuando llegó la madrugada, Sean se levantó.
ÉI sintió que la cama era más cálida de lo habitual, y miró a las gemelas recostadas al lado de Merybeth, mientras el pequeño Austin estaba entre sus pies.
Lo cargó y lo acomodó a su lado, miró a sus cuatro tesoros, sonrió con amor.
Merybeth abrió los ojos, se encontró con la mirada miel de Sean, sonrió.
“Te amo”, susurró.
“Sí, pero, yo te amo más”, dijo Sean.
…
POV Sean Hyland:
Han pasado años, muchos años.
Si el poder de mi memoria me hace recordarlo, quiero que sean muchos años más, querido Joe, donde quiera que estés, debo decírtelo, ha sido una hermosa vida, y aún falta por vivir.
A veces, me gustaría ser más joven, tener más energía para ser el mismo hombre que fui, pero, luego, no devolvería ningún instante, cada día a su lado es maravilloso, mi Merybeth, es mi ángel, me enseñó tanto, no sería este hombre, sin ella.
Querido Joe, dónde estés, estoy seguro de que eres feliz por los tres, como somos felices ahora, valió toda la pena este amor.
Escucho los gritos de mi amada, cuando llego a su lado me sonríe, ¿Cuántos años han pasado? Ella jamás envejecerá ante los ojos de este amante que vive enamorado, sigue siendo la mujer más bella del club, y de todo el mundo.
“Señor Antártida, ¿A dónde te fuiste? ¿Acaso ya no me quieres a tu lado?”
Sonrío ante su comentario irónico.
Ella sabe que todo lo que anhelo es tenerla siempre a mi lado.
“¡Qué graciosa! Eres tú quien quieres librarte de tu mosca, pero es imposible”.
“Es cierto, a veces me siento como una tonelada de m…”
“¡Hey! ¡Grosera!”
Ríe de mí, he adivinado su pensamiento antes de que lo exprese, nos conocemos tan bien.
Tomo su mano y caminamos de vuelta a la cabaña, estamos en la isla Wight, estamos de vacaciones, la familia está ahí, pasando esté otoño, luego volveremos a Genesee y a CatskilI con Orson, Jane, Lynda y Edward, la Tía Patty y mis suegros, para pasar acción de gracias y navidad.
AI llegar, nuestros nietos, Joey y Marcela corren hacia nosotros.
¡Quieren que los cargue!
Los hijos de nuestra Bella, cargó a Marcela, imposible a los dos, aunque tienen tres años, son mellizos, son hermosos.
Vamos adentro, juegan con la gata siamesa, y traviesa igual que su dueña, Merybeth enciende la chimenea, ama esta cabaña, es nuestro lugar.
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