Ámame maldito CEO
Capítulo 364

Capítulo 364: 

“¡Son nuestras hijas! Si son feas se parecen a ti, pero si son hermosas, serán como yo”.

Sean rio.

Luego besó sus manitas, lloraba, Merybeth acarició el rostro de Sean.

“Super Sean, ahora tienes dos diablitas a las que darles todo tu amor, y tu vida, te amo”, dijo con una sonrisa.

“Te amo, me diste el mejor regalo de la vida, te amo más”

Siete años después Merybeth dio un beso mejilla a Mary Bell.

Ambos vivían cerca, y se adoraban.

La vida fue justa devolviéndoles un poco del tiempo para amarse, y para que Mary Bell conociera a sus amados nietos.

“Mamita, ya nos vamos, venimos este fin de semana, te llamo para saber qué haremos para la cena”.

“Sí, mi amor, cuídate mucho”.

“Niños, despídanse de su abuela”.

Las gemelas corrieron a besar a Mary Bell.

“Abuelita, el sábado nos haces pastel de chocolate”.

“Claro que sí. A ver, besito, bebé mosca”.

“Adiós, abuelita”, dijo el pequeño niño de cinco años.

Merybeth fue con los niños al auto y fueron a casa.

“¡Mami! Ya queremos disfrazarnos”.

“¡Esperen! Hasta que papá llegue”.

“Mami, ¿Por qué me tengo que disfrazar como papá?”

“¡Porque eres niño!”, dijo Betty.

“¡Mami!”

“Niños, no discutan mientras mamá maneja O sino…”

“¡Vamos a morir!”, dijo Bella

“Gracias, cariño, por recordarlo”.

Cuando llegaron a casa, Sean ya estaba ahí, esperándolos.

“¡Papi, no quiero disfrazarme de mosca!”, exclamó Austin, abrazándose a su padre.

“¡Papi! Dijeron que se vestirían de mosca”, exclamó Betty.

“¡Lo prometieron!”, dijo Bella.

“Perdieron el partido, mami dice que los hombres siempre cumplen su palabra”.

Sean cargó a su pequeño hijo de cinco años.

“Las diablitas tienen razón, Austin, debemos Cumplir, somos hombres, y debemos mostrarles a tús hermanas que los hombres siempre cumplen su palabra, y que, cuando ellas conozcan a un príncipe, debe tener palabra o si no es…”

“¡Una rata!”

Gritaron las gemelas al unísono.

“¡¿Qué rata?!”, exclamó Merybeth asustada.

“Ay, vamos que es tarde, a vestirnos para ir a pedir dulces, y luego ir a la fiesta de Halloween del Tío Orson, ¡Corran!”

Una hora después estuvieron todos listos.

Las gemelas estaban vestidas de diablas, igual que su madre, ahora solo esperaban a Sean y a Austin.

“¡Señor Antártida! Se nos hace tarde”.

Sean bajo la escalera y Merybeth lanzó una carcajada.

“¡Miren qué hermosas moscas!”

“Mami, no quiero ir, me veo feo”, dijo Austin.

Merybeth cargó a Austin en sus brazos.

“¿Por qué feo, mi bebé mosquita? Si luces hermoso”.

“¿Te gustan las moscas, mami?”

“Sí, claro que sí. Las moscas son hermosas, y hostigosas, rebeldes, revoloteras, pero, sí, amo a las moscas, sobre todo a ti y a tu papi, ambos son bellos”.

“Bueno, entonces, si quiero ser tu bebé mosca, mami”.

Merybeth sonrió, y lo llevó en sus brazos.

Sean tomó las manos de sus hijas, y fueron a las calles, a pedir dulces:

“Papi mosca, ¿Nosotros no daremos dulces?”

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar