Ámame maldito CEO -
Capítulo 318
Capítulo 318:
“Sin él, yo muero”.
“No digas eso”, dijo Joe, asustado.
Luego se puso de cuclillas frente a ella, y la miró angustiado.
“Nadie puede ser tan importante como tu vida misma, tú debes seguir adelante, pase lo que pase”, le explico él.
“¡Qué no!”, se negó al instante.
Luego procedió a explicar su punto.
“Yo sin Sean no quiero vivir, no lo entiendes, ¡Lo amo, Joe! Sin él no hay aire, no hay vida, ni nada, ¡Sean!”, gritó atormentada.
Joe la miró tan mal.
Intentó tocar su rostro, pero descubrió que estaba caliente, tocó su frente, con horror supo que ardía en fiebre.
“¡Merybeth, estás enferma!”
Joe se asustó de verla tan débil ante él.
Ella se recostó en el suelo, temblaba como hoja de papel al viento.
Joe supo que debía hacer algo.
No podía permitir que ella enfermera, que la fiebre siguiera aumentando, quizás pescó un resfriado, o podría tener una infección.
Joe fue al bote.
Buscó un recipiente, tomó agua y un trapo, volvió a ella, y cuando lo hizo, se dio cuenta de que Merybeth estaba delirando.
No estaba bien, tuvo más temor.
“Sean, Sean… Madre, no me pegues… no te vayas…”
Joe puso el paño sobre su frente, estaba helado, buscaba bajar la fiebre, aunque fuera solo un poco, tomó su mano, nunca antes vio a Merybeth tan frágil como en aquel instante, ella siempre fuerte para él, y sintió que su corazón se volvía muy pequeño, temeroso por ella.
Cuando Arabella abrió los ojos, miró a los policías delante de ella.
Se levantó asustada, y escuchó que la acusaban de aquel crimen, la mujer recordó todo tan rápido, su cabeza dolió.
…
Mientras tanto en otor lugar.
“¡Soy inocente!”
Suplicó sollozando.
“Lo juro, no hice nada, no hice nada, me tendieron una trampa; ¡Soy inocente!”, berreó.
“Queda detenida por el asesinato de Thomas TarrelI”.
Arabella gritaba y lloraba, suplicando ser liberada.
Ella estaba afirmando ser inocente, pero hiciera y dijera lo que fuera, nadie le creyó ni una sola palabra.
Los hombres la esposaron, y la llevaron hasta la comisaria de Genesee.
Sophie recibió la llamada de su madre más tarde.
Ella dormía, pero fue despertada.
“¡Estoy arrestada! Debes liberarme, haz lo que sea, Sophie, pero, por favor, libérame de este calvario”, exclamó su madre desesperada.
Sophie corrió a buscar a Joe a su alcoba, pero no lo encontró.
Llevaba su móvil en la mano, pero se sintió tan frustrada.
Luego escuchó unas risas socarronas provenir de la alcoba de Regina Carson, ella se acercó, y entreabrió la puerta para ver, la imagen que vio la dejó perturbada.
Regina estaba en la cama junto a Matthew, sus voces se escuchaban perfectamente.
“¡Qué gracioso sería ver la cara de Arabella Hansen cuando despierte y sea acusada de un asesinato que ni siquiera cometió!”
Regina feliz Matthew rio con ella divertido.
“Será fantástico, Iástima que no lo podremos ver”.
Sophie tomó su móvil y comenzó a grabarlo todo.
“Eres magnífico, Matthew”, dijo mientras besaba su piel.
“Mataste a dos pájaros de un tiro, terminaste con Arabella, y mataste a Sean Hyland, persiguiéndolo hasta hacerlo caer al mar. A esta hora, ese b%stardo debe ser comida para peces. Ahora su gran fortuna pasará toda a su viuda, Merybeth, y a la vez, ella tendrá que casarse con mi amado Joe, yo tendré acceso a todo el dinero, no solo a mi fortuna Carson, sino también a las fortunas Hansen, y Hyland, ¡Seré inmensamente rica!”, exclamó la mujer con algarabía.-
“Sí, Regina, pero, no lo olvide, seremos inmensamente ricos, antes, dime ¿Cómo harás que Merybeth vuelva con Joe? Ella dejó de amarlo, y parece loca por Sean”.
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