Ámame maldito CEO -
Capítulo 315
Capítulo 315:
Sean manejaba rumbo a esa bodega.
Estaban acercándose cada vez más, hasta que vio a esas personas, en medio de la carretera, suplicando porque se detuviera.
Sean desconfió iba pasar de largo, pero, decidió detenerse.
Octave y Mary BelI corrieron a él.
“¡Por favor! Ayúdenos, nos tenían secuestrados, ayúdenos a llegar a la ciudad para denunciar”
“¿Cuáles son sus nombres?”
“Soy Octave TarrelI y ella es…”
“¡Mary BelI Riley!”
Octave dio un paso atrás.
Estaba asustado.
Tomó la mano de la mujer y se echó a correr con ella.
Sean condujo tan rápido casi a rebasándoles.
“¡Soy Sean Hyland! ¡Mary BelI, tu hija te busca!”
Ambos se detuvieron de inmediato.
Sean abrió la puerta y subieron tan rápido.
“¡Mi hija! ¡LIévame con mi hija, por favor!”, exclamó ella.
Sean sonrió.
Luego la miró por el espejo retrovisor.
Tenía el mismo color de ojos de su amada esposa.
ÉI sonrió.
“¡Claro que sí!”
Sean condujo tan rápido como pudo, pero un auto les salió por detrás, y comenzó a seguirlos con bastante rapidez.
ÉI manejó con destreza, no podía saber quién iba tras él.
Sean alcanzó a llamar a Edward.
“iLa policía está llegando a la bodega!”, le gritó.
“¿Dónde estás?”, preguntó preocupado.
“¡Tengo a Mary BelI! ¡Está a salvo conmigo! Vienen persiguiéndonos, informa a la policía”, le explicó mientras seguía conduciendo.
Edward tenía miedo.
ÉI asintió.
Sean le envío su ubicación en tiempo real.
Edward llamó a la policía informando lo que ocurría.
Sean manejó hasta llegar a Genesee, condujo por el Puente de Balí.
Iba a gran velocidad, Mary BelI tenía mucho miedo, tomó la mano de Octave, y él se aferró a la suya.
“No tengas miedo”.
Sean observó el auto que los perseguía poniéndose a su lado, estaba empujándolo con fuerzas a un lado para que se detuviera.
Sean miró y pudo distinguir a ese hombre.
Era Mathew.
Mathew miró a Sean sus ojos se abrieron tan grandes y no pudo evitarlo.
ÉI sintió un miedo terrible.
Era demasiado tarde, Sean vio que iba a estrellarse contra una pared, pero maniobró para evitarlo lo mejor posible.
El auto viró, hasta caer al mar.
Mathew detuvo el auto.
Luego de salir, miró lo ocurrido.
Estaba sorprendido, pero sonrió satisfecho de lo que había conseguido.
Luego se montó condujo tan rápido, alejándose para no ser incriminado.
Cuando Merybeth abrió los ojos, su teléfono móvil estaba resonando con gran fuerza, vio al lado de la cama.
Sean no había llegado.
Ella sintió un vacío y un miedo atroz en su corazón.
Ella tomó su móvil y contestó con rapidez.
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