Ámame maldito CEO -
Capítulo 314
Capítulo 314:
Tom caminaba de un lado a otro, y escuchó el motor de un auto afuera.
Luego se asomó por una ventana.
De inmediato supo que Arabella Hansen había llegado.
Se sorprendió cuando vio que la mujer no llegó sola.
ÉI tomó la pistola y la puso en su cintura, antes envío el mensaje a Sean Hyland, para que llegara a esa dirección.
Abrió la puerta y la miró con firmeza.
“¡Dije que vinieras sola!”, exclamó rabioso.
Mathew empujó la puerta, sorprendiendo al hombre y Tom retrocedió sacando la pistola, apuntándolos.
“¡Cálmate, Tom! Lo único que pasa es que este hombre trae el dinero, por favor baja el arma”, dijo Arabella.
Tom los miraba con recelo.
…
Octave luchaba por encontrar una salida.
Luchaba contra la puerta, cuando de pronto, logró abrirla.
Luchando con un pasador que encontró entre la basura del lugar, notó que había personas peleando, y siseó para que Mary BelI no hiciera el mínimo ruido.
Luego le indicó que se acercara.
Ambos salieron de esa habitación, fueron por la parte trasera.
Ambos trataban de encontrar una salida.
“¡Denme el dinero!”, ordenó Tom.
“Primero muéstranos a la mujer”, dijo Mathew.
“¡Muéstrame el dinero!”
Mathew sonrió con malicia.
Puso la maleta en una mesa y el hombre no dejó de mirar.
Tom era tan ambicioso que no perdía detalle de esa maleta.
Quería el dinero, incluso quería cobrarlo doble.
‘Luego de tener este dinero, los mataré a los dos, y luego obtendré el dinero de Sean Hyland, a él si le entregaré a Mary BelI’ pensó divertido.
De pronto, cuando la maleta se abrió estaba vacía.
Tom sintió tal frustración.
ÉI los miró con rabia.
¡Lo habían engañado!
Estaba a punto de apuntar con su arma, cuando Mathew se adelantó, sacó su pistola y le dio un tiro en la frente.
Octave escuchó el disparo.
ÉI se apuró para salir, golpeó una puerta de cristal con una silla, hasta romperla, luego se quitó su suéter.
Quería sacar a Mary BelI primero, sin que fuera lastimada con los vidrios.
ÉI salió después de ella, aunque se cortó ligeramente en el brazo.
Primero tomó la mano de Mary y corrió con ella entre el oscuro bosque.
Ambos corrieron tan rápido como pudieron.
Arabella lanzó un grito horrible.
De pronto, Mathew se abalanzó contra la mujer, ella gritó asustada, el hombre le inyectó una sustancia, sin que ella pudiera escapar, clavó la aguja en su cuello.
“¡No! ¿Qué haces? ¡AIéjate, teníamos un trato!”, dijo asustada Arabella sintió que perdía el sentido.
Poco a poco se rindió y se sintió tan cansada, cayó desmayada en el piso.
Mathew rio de ella.
“¿Teníamos un trato? ¡Ja! La estafadora fue estafada, esté es tu fin, mujer”.
Mathew limpió sus huellas de la pistola, y luego colocándose guantes, tomó la mano de Arabella y disparó.
“Muy bien, Arabella Hansen, ahora serás inculpada del asesinato de este hombre, todo te acusa, odiabas a Mary BelI Riley, era tu gran rival, la secuestraste junto a ese hombre por años en un psiquiátrico, ahora pagarás por tu crimen, cuando despiertes, tu vida estará acabada”, dijo con una gran sonrisa.
Mathew corrió a las habitaciones del lugar, pronto se dio cuenta de que las personas cautivas habían huido.
Ya no estaban ahí.
ÉI los maldijo entre dientes y salió a perseguirlos.
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