Ámame maldito CEO -
Capítulo 31
Capítulo 31:
“Ah, ¿No? ¿Por qué?”
“Él salió de viaje, y los Carson organizarán una mítica fiesta de compromiso, pero claro que, tú, no estarás invitada, sería ridículo invitar a la ex novia”.
Merybeth se quedó callada.
“¿Y entonces, que quieres de mí, madre?”
“Quiero que vengas a un brindis que organicé para tu hermana”.
“¡No iré! Hablaste mal de mí, tú, ¿Ella acaso te dijo que intentó lastimarme?”
“Merybeth, limemos asperezas”
Dijo la mujer.
Merybeth no podía creer lo que escuchaba.
“Solo iré si juras que harás un video, y limpiarás mi nombre, dirán toda la verdad, solo así, lo haré”.
Arabella se quedó callada.
“Está bien-querida hija, lo haré, obligaré a Sophie a hacerlo, pero debes venir”.
“Envíame un mensaje con la hora en que será”
Colgó la llamada.
‘Es hora de enfrentarme a ellos, y de demostrarles que tengo un marido rico, y poderoso, sí, yo haré la esposa perfecta ante los Hyland, y Sean deberá hacer el esposo perfecto ante los Hansen, así Sophie moriría de envidia, y mi madre aprenderá a respetarme’
Pensó
“¡Madre! Yo no voy a disculparme con Merybeth, ¡Estás loca!”
Arabella siseó.
“No lo harás, jamás permitiré que mi niña se arrodille ante esa estúpida”.
“¿Y entonces?”
“Es una trampa, quiero traer a esa mujercita aquí, como traer a un cordero ante un león hambriento, se lo merece, ella tiene que firmarme los papeles donde cede la fortuna de Mary Bell Riley, o te juro, que le sacaré los ojos con mis propias manos”.
Sophie rio un poco.
“Me alegro, madre, la odio, odio a Merybeth con todas mis fuerzas, además, Joe estará de viaje en Nueva York, no sabrá nada de ella”
Dijo Sophie sonriente.
…
Al día siguiente, Merybeth se preparó para el viaje que harían.
Arregló su ropa.
Estaba sintió nervios.
Luego recibió una llamada.
Cuando vio ese número era de nuevo Joe, contestó con rapidez.
“Debo verte, por favor, no me cuelgues, aunque sea la última vez, veámonos en el puente de Balí; te veo en una hora, por favor, te lo suplico, debes ir, al menos para despedirnos para siempre”
La voz de Joe sonaba tan débil que la hizo estremecer.
Ella colgó con rapidez.
No sabía que debía hacer.
Las lágrimas corrieron por su rostro.
De pronto tocaron a su puerta, y ella limpió sus lágrimas con rapidez.
Luego abrió la puerta y Sean entró.
“Ya debo irme. Toma”
Dijo él y le mostró una pequeña caja de terciopelo azul.
Ella la miró con duda.
Luego la tomó y abrió.
Cuando lo hizo y miró aquellos anillos se quedó estupefacta.
Eran anillos de boda.
Los vio atónita.
Eran de oro y tenían grabadas sus iniciales.
[M y S]
“¿Qué es esto?”
Susurró sorprendida.
“Hoy debemos ir a la casa de verano de los Hyland, ellos esperan recibir a dos esposos recién casados, ¿Qué serían dos esposos sin argollas? Las mandé hacer, son exclusivas de Giacomi”.
Ella observó bien.
Eran muy costosas.
“Así que ponte la tuya y yo llevaré la mía, debemos lucir como dos esposos”.
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