Ámame maldito CEO -
Capítulo 301
Capítulo 301:
“Ya viene el médico, Joe, estarás bien”
Merybeth tocó su cabello, en una suave caricia, ni siquiera lo pensó, fue un gesto impulsivo por parte de ella.
Sean no pudo evitar mirarlos con severidad y salió de ahí.
El doctor llegó momentos después.
“Por favor, déjanos a solas, Merybeth”.
“Pero…”
“¡Obedece!”, gritó Joe de forma grosera.
Ella le miró incrédula.
“Debo atenderlo a solas, por favor”.
Ella lo entendió, y salió de prisa.
El doctor lo miró y comenzó a atenderlo.
“Mi corazón no está bien, está latiendo muy rápido, incluso puedo escucharlo”.
El doctor le miró preocupado, se apuró a revisarlo.
Merybeth entró en la alcoba, Sean estaba en la primera planta, la luz del día iluminaba por los ventanales, caminaba de un lado a otro, él tenía la mirada oscurecida.
Estaba triste.
“Sean…” dijo ella al ver que estaba sufriendo.
“¿Ya terminaste de consolar a Joe?”, exclamó con rencor.
“Sean, por favor, no me digas eso”.
ÉI bajó la mirada.
“¿Crees que yo no siento? ¿Crees que no me duele? Me duele, no soy de hierro, ¿Sabes? No lo perdoné, Merybeth, murió y no lo perdoné, pensé que, tendría tiempo para hacerlo, ahora se ha ido, ahora nunca escuchará que lo perdoné”
Las Iágrimas cayeron por el rostro de Sean.
Merybeth también lloraba.
Ella acarició su brazo.
ÉI se giró y se arrodilló abrazándose de su cintura, llorando sin control.
“¡Lo siento tanto, mi amor! Estoy aquí para ti”.
Sean lloró, quizás lo que nunca antes lloró, abrazado por Merybeth.
Ella era su muro de contención, su doble, ella no lo dejaría caer, y él lo sabía.
…
Joe miraba al doctor, quien escribía una receta.
“Debes venir al consultorio, debemos hacer nuevos estudios”.
“¿Tan mal estoy?”
“Joe, sabes cómo es esta enfermedad”, le respondió.
“Por desgracia en tu caso, ha ido progresando muy rápido, sabemos que tu caso es especial, ahora sientes que es lento, pero, Joe, lamento decirte que no es así”.
“¿Cuándo comenzarán los síntomas más severos?”
“Ya han comenzado”.
Joe hundió la mirada, se sintió desolado.
“Bien, luego de enterrar a mi padre, iré a consultar, lo prometo”.
…
Regina observó cómo se llevaban el cadáver de su marido a la funeraria.
Mathew se acercó a ella.
“Parece que todo salió mejor de lo planeado, señora”.
Ella lo miró severa.
“Cállate, esto no es como lo planeé”.
“Por favor, usted no amaba a ese hombre, así que es lo mejor que pudo pasarle”.
Regina miró a Mathew.
“Mejor vete, estoy molesta por lo que hiciste”.
“Ahora, piense bien, ya que usted conseguirá mucho dinero, ¿Qué voy a recibir yo? Incluso me redujo el sueldo, apenas y pude quedarme aquí, desde que el maldito Sean me corrió”.
“¿Qué es lo que quieres?”
Mathew sonrió malicioso.
“Quiero que cuando tenga la herencia Carson, me vuelva el nuevo señor de esta casa”.
“¡¿Qué?! ¿Enloqueciste?”
“Esta noche venga a mi habitación”.
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