Ámame maldito CEO
Capítulo 292

Capítulo 292: 

“No, ¡Son ideas mías! Ideas de él, para hacerme padecer, claro, como él no soporta a la víbora que eligió, ahora quiere joder mi vida, pero Merybeth es mía, es mi esposa y mi mujer, él la perdió, mejor será que la borre de su mente para siempre”.

Orson le miró con ojos intrigados.

“Sí, así es, pero, ¿No te importaría enfrentarte a tu hermano por el amor de una mujer?”, le preguntó directamente.

Sean le miró severo.

“Merybeth es mía, aquí el único perdedor es Joe”.

…

Mientras tanto en otro lugar…

Arabella estaba sentada en una banca, cuando Sophie llegó.

“¡Madre!”

“Mira nada más en donde durmió tu madre”.

Sophie le miró consternada.

“Madre, lo siento tanto, debes volver a casa”.

“¡La maldita Merybeth no lo permitirá! No, hasta que me humille”.

“¿Qué harás?”

“Debo ceder ante ella, no ahora, esperaré”.

Sophie le dio la bolsa con joyas.

“¿Crees que podrás venderlas? ¿Medarás algo de dinero?”

“¡Sophie eres idiota! ¿No ves la situación en que estoy? No te daré nada, todo es para poder conseguir salir de esto. Tengo una carta bajo la manga, pero solo con suficiente dinero funcionará. Necesito dinero urgente, consigue algo con tu marido”.

“No me dará nada, Joe, me odia, ¡Es un imbécil!”

Arabella rodó los ojos con fastidio.

“¡Estamos acabadas! Pero, si estoy acabada, Merybeth acabará junto a mí, no me hundiré sola”, dijo Arabella.

Ella se vengaría a cómo diera lugar.

¡No importaba si eso fuera lo último que ella hiera!

…

Mientras tanto en otro lugar…

Merybeth y Sean volvieron a casa.

Ambos subieron a la alcoba, y hablaron de lo ocurrido.

“Es muy triste para Orson el rechazo de Jane, mi primo es muy conservador, creyó que se casaría y tendría hijos, así que, lo que ha pasado, lo tiene mal”.

“Jane es muy insegura, aunque no lo creas, no es que rechace a Orson a propósito, creo que no se siente a su altura”.

“¿De qué habla?”, preguntó confundido.

No entendía al lo que se refería.

“Ella es una mujer perfecta para Orson”.

“Lo sé, pero, cuando tienes en la mente tanto dolor por parte de quienes te debieron amar, cuando te sientes tan abandonada, es difícil”.

Sean bajó la mirada.

En parte, pudo entender a Jane.

“Lo sé, ojalá que cambie de idea, antes de que pierda a mi primo”.

“¿Qué te dijo Joe?

“Me pidió perdón, aunque, fue bastante sincero, y, me hizo dudar, no me siento capaz de perdonarlo.”

“Amor, uno no perdona al otro por su bien, si no por uno mismo, el perdón te hace libre, te deja fluir, crecer, olvidarlo. Puedes creer que no vale la pena, yo creo que cuando cambias el odio por amor, disfrutas tu vida, y la vida es tan bella”.

Sean miró a Merybeth, ella lo hacía sentirse tan pleno.

“Eres tú, la única que pudo hacerme sentir esto, esta paz, este silencio, para llenarme de besos, te amo, nunca podría perderte, no quiero”.

“Y no te dejaría, ¡Eh! Ni por veinte millones, y una casa en Malibú”.

ÉI rio de ella, y la besó.

…

Mientras tanto en otro lugar…

Jane estaba en un bar.

Estaba sentada esperando a su ex novio Justin.

Jane no pudo ver que en una mesa algo cerca estaba Orson.

Quería vigilarla, sabía qué hacía mal.

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