Ámame maldito CEO
Capítulo 289

Capítulo 289: 

“Voy con Jane, tenemos un nuevo proyecto de maquillaje, y ahora que mi nombre está limpio, quiero comenzar a hacer videos de nuevo, por ahora, sobre mi nueva vida, quiero contar lo de mi madre, tal vez, solo tal vez, alguien en las redes pueda ayudarnos”.

Sean acarició su rostro.

“Primero déjame revisar que novedades hay, tal vez, puedas decirles a tus seguidores sobre el hombre que está detrás del secuestro de tu madre”.

“Espero que no le haga daño, recuerdo vagamente a ese doctor, no me parecía mala persona, tal vez solo soy ingenua”.

Sean lanzó un suspiro.

“Esperemos, cariño, quizás haya algo más”.

Merybeth y Sean fueron a casa.

Más tarde salieron rumbo al despacho.

Sean llevaría a Merybeth a la agencia de Jane, sin embargo, al salir, se encontraron cara a cara con Joel.

“Sean, ¿Podríamos hablar un momento?”

Merybeth y Sean le miraron con desconcierto.

“Yo iré con Cyrus”, dijo Merybeth.

Sean hizo una señal a Cyrus y le dijo que llevara la mitad de los guardias para que lo acompañaran con ella.

Merybeth fue con él.

Sean miró a Joel con desconcierto.

“¿Qué es lo que quieres?”

“Hablemos, por favor”, dijo invitándolo a caminar junto a él.

Sean titubeó.

No quería ningún contacto con ese hombre.

¿Por qué lo querría después de tanto tiempo?

AI final su intriga fue más grande y lo acompañó.

Ambos caminaron por el jardín.

Joel puso sus manos atrás de su espalda y se detuvo, le miró fijamente.

“Sé que he sido el peor de los padres, nunca fui alguien bueno contigo, era egoísta, ambicioso y despiadado, me arrepiento, esa es mi única verdad, estoy pagando por ello”.

Sean le miró con duda.

“Si piensas que con esto obtendrás algo de mí…”

“No, no anhelo ni sacar provecho, ni tu piedad, solo una cosa y sé que pido demasiado, quiero tu perdón”.

Sean frunció el ceño, incrédulo.

“Sería imposible, yo pude perdonarte muchas cosas, incluso que te hubiese metido con la mujer que estaba a mi lado, mujeres hay muchas, la lealtad lo es todo, pero, tú, me traicionaste, confabulaste en mi contra con tu esposa, para enviarme a prisión, me quitaste todo, sabiendo que era inocente, y no lo merecía, no podría perdonarte, menos llamarte padre”.

“¿No crees que es demasiado orgullo? El perdón no sería por mi bien, sino por tu alma”.

“¿Mi alma?”, se burló.

“He aprendido cosas, hay gente que no merece perdón, y hay errores que solo los cielos pueden perdonar”, dijo.

“Puedo olvidarte, y no perdonarte, eso no significa que respire del rencor, significa que no mereces ser perdonado, significa que solo los cielos lo harán, pero nunca lo sabrás”, explicó con el rostro serio.

Joel bajó la mirada con tristeza.

“En prisión conocí a una maravillosa mujer, mi segunda madre, Brooke Hyland, ella me enseñó que, la mejor familia no siempre viene de la sangre, me enseñó a crecer, a ser mejor, a ser el Sean Hyland que soy hoy”.

“He fallado mucho, no fue tu culpa, ni la de tu madre, tal vez, hay algo podrido en mí, podría decir mil justificaciones de por qué mi vida fue así, pero, ninguna vale I pena, ninguna es cierta, Sean, tu madre era demasiado buena para mí”

Hizo una pausa.

“Me amó, como nadie me amó, quería entregarme a ella, ser feliz, luego, Regina apareció, supongo que era más fácil estar con esa mujer vacía, que amar como tu madre lo merecía. Lo siento, tal vez, hoy no me perdones, confío en que algún día lo harás”.

Sean miró los ojos de Joel.

Estaban cubiertos de Iágrimas.

ÉI sintió que ese hombre era capaz de mover un hilo íntimo, una sensación que se negaba a sentir, no lo quería como padre, tampoco le hizo falta uno, pero era su padre, nadie cambiaría eso.

“Tal vez, algún día lo haré, cuando llegué ese momento, te lo haré saber”.

Joel sonrió, y asintió.

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