Ámame maldito CEO
Capítulo 280

Capítulo 280: 

“Realmente, ellas acaban de hundirse, están enterradas socialmente, nadie las querrá después de hoy”.

Sean la abrazó con fuerza.

“Y al fin, mi amada podrá volver a hacer sus viajes, podremos ir a muchos lugares para que hagas tus videos”

Merybeth tenía los ojos brillantes, y él la miró con ternura.

“No sabes lo que esto significa para mí, de verdad, siento que, hace meses perdí todo, y ahora es como si fuera recompensada, como si todo volviera a mí, te debo mucho, Sean, ese día en el bar, me salvaste”.

ÉI acarició su rostro, y detuvo el avance de una Iágrima que corría por su rostro.

“No, Merybeth, tú me salvaste a mí”, dijo con seguridad.

ÉI besó sus labios.

Ella colgó sus manos a su cuello.

“¿Quieres ir a cenar? Debemos festejar”.

“No, festejaremos hoy en la Mansión Carson, en una cena, tú y yo a la luz de las velas”.

ÉI alzó las cejas con duda.

“¿Sabes algo? Quiero ir a ver sus caras, y a decirles que nunca les daré ningún dinero”, dijo él con una sonrisa.

Sean rio.

De pronto, tocaron a la puerta, Edward entró, su rostro era trágico.

Sean lo vio y supo que tenía malas noticias.

“¿Qué pasa? Puedes hablar”.

“Sean, fuimos a Park King, no tengo buenas noticias”.

“¿Qué pasa?”, exclamó Merybeth.

“Mary BelI Riley ya no está en el hospital psiquiátrico”.

“¿Qué?”, exclamó Merybeth con decepción.

“¿Dónde está mi madre?”

“¿Tu madre?”, exclamó Edward, perplejo.

“Lo lamento, Merybeth, ella… fue secuestrada por el Doctor Octave TarrelI”.

Merybeth frunció el ceño.

Estaba confusa y sintió mucho miedo.

“¡No puede ser!”

Sean sintió rabia, ahora Merybeth estaba desolada, y odió tanta injustica.

“¡Quiero que la encuentren, usa todo el poder de los Hyland, búscala hasta por debajo de las piedras, pero necesito que Mary BelI vuelva con su hija!”

Edward asintió.

“Pensé en ofrecer una recompensa. Tengo un retrato de lamujer”

Merybeth alzó la vista y se lo quitó de las manos.

Cuando lo giró, y la vio, sus ojos y abrieron incrédulos.

“¡Yo la conozco! ¡Yo la vi en Park King!”, exclamó y la recordó, junto a esa muñeca que se llamada Beth.

‘¡Qué tonta! No reconocí a mi propia madre, incluso estuvo frente a mí, madre, ¿Dónde estás? ¡Pobre de mi madre, han arruinado su mente!’, pensó con dolor.

Sean, al verla así, la abrazó.

“Ofrece veinte millones de dólares de recompensa, veremos si aceptan”.

Edward asintió y salió de prisa.

“¡Sean! Vi a mi madre, y no la reconocí, ¿Cómo pude ser tan ciega?”

Sean la abrazó con fuerza.

“Mi amor, no te culpes, era imposible que la reconocieras, tú no habías visto su rostro, hasta ahora”.

“Vamos a la Mansión Carson, quiero ver a Arabella Hansen”, dijo con odio y Sean sintió temor de su mirada.

Mientas tanto en otro lugar…

Joe miraba a Sophie y a Arabella con rabia.

Las miraba con el odio en su alma.

“¡¿Cómo pudieron hacerle esto a Merybeth?! ¡Ocultarla de su madre! Ahora entiendo, Arabella, por eso nunca la querías, por eso tanto maltrato contra ella”.

“¡Ella miente, Joe, eres demasiado ingenuo! Yo lo supe hace poco, intenté ayudarla”.

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