Ámame maldito CEO -
Capítulo 28
Capítulo 28:
“Lucy, eso no te concierne”.
“¿Por qué no? He sido la empleada del Señor Hyland por largo tiempo y le tengo apreció, por favor, cuénteme”
Dijo tomando su mano.
Lucy no era tonta.
Aunque quería parecer una ingenua, ella sabía que Orson sentía algo por ella, y se aprovechaba.
“Mira, Sean necesita una esposa, por muchos motivos, y ya sabes, no es un hombre que sea capaz de mantener una relación, no con esa frialdad, y severidad que tiene, buscó una esposa de contrato, y escogió a Merybeth”.
“Merybeth, ese es su nombre, ¿Y entonces, no hay amor?”
Orson sonrió.
“Podría ser que no, pero, no te ilusiones, Lucy, Merybeth es muy hermosa, y agradable, es esa clase de mujer por la que cualquier hombre enloquecería y no sé, tengo el presentimiento de que mi primo, ya está comenzando a enloquecer, ¿Cuándo dejó sus labores para ir a un asuntó personal? Se ha ido y solo por ella, incluso si no quiso reconocerlo”.
Lucy bajó la mirada con tristeza.
Orson Hyland levantó su barbilla con su mano, haciendo que lo mirara.
“Lucy, Sean no se fijaría en ti, y no es porque seas una secretaria, o seas menos hermosa que su esposa, si no, que, él necesita un polo opuesto, una mujer como Merybeth, que lo reviva, porque Sean Hyland parece un zombi en la ciudad”.
Lucy sintió tristeza.
Ella se había enamorado de Sean Hyland desde hace tiempo.
…
Mientras tanto en otro lugar…
Merybeth salió de casa y caminó por la escalinata que daba hacia el mar, era un lugar tan bello, ella pudo recordar aquel día.
Flashback:
Era un viaje a las Bahamas, todos sus amigos estaban ahí, y también Sophie iba con ella, Merybeth terminaba de grabar.
Cuando lo hizo y se giró atrás, pudo ver aquel helicóptero que llevaba un gran letrero, con letras fosforescentes.
[Cásate conmigo, Merybeth, te amo]
Merybeth tenía los ojos cubiertos de lágrimas.
Miró la argolla y a Joe frente a ella.
Merybeth asintió y se lanzó a sus brazos, eran tan jóvenes y soñadores, ella sentía que él la amaba, ella lo amaba.
Era su primer novio, desde el colegio, antes de ser novio, eran mejores amigos, ella solo podía soñar con que ese amor sería por siempre, y sin embargo se había acabado de una forma tan cruel.
Ella recordó la forma tan miserable como Joe la dejó.
No tenía ningún sentido.
‘Pudo solo dejarme antes, pero, no tenía que ser tan ruin para engañarme con mi propia hermana en casa, eso es un acto miserable, incluso para ellos’
Merybeth no pudo evitar sollozar.
Los recuerdos la golpeaban como las olas golpeaban los riscos.
De pronto escuchó una voz fuerte.
“¡Merybeth! ¿Por qué eres tan irresponsable? Sabes que aún estás enferma, no tomas tu medicina, ni curas tu herida, y te vienes hasta aquí, ¿Acaso quieres jugar?”
Ella se levantó y limpió sus lágrimas.
Estaba incrédula de verlo a esa hora en casa.
Ella lo esperaba hasta el anochecer.
“Yo… ¿Por qué volviste a esta hora? Pensé que volverías por la noche”.
Sean observó sus ojos enrojecidos.
Ella había llorado.
“¿Ahora no puedo volver a mi propia casa?”
Ella puso sus ojos en blanco de fastidio.
“No dije eso”
Sentenció.
“¿Y ahora por qué lloras?”
Ella limpió su rostro.
Bajó la mirada, inquieta, no sabía que decir.
Titubeó, pero él no dejaba de mirarla.
“¡Es tu culpa! ¡He llorado por tus ofensas!”
Se excuso.
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