Ámame maldito CEO
Capítulo 27

Capítulo 27: 

Jamás creyó que él la llamaría.

Sabía sin duda, que era Sean Hyland.

“Yo… ¿Joe? No dije eso, dije, ¿Quién es, wow? ¡Es una expresión!”

Exclamó titubeante.

Sean estaba dudoso de sus palabras, pero sintió que no quería más discutir, sobre todo porque si lo hacía, ella no le diría como estaba, y temió por primera vez de que ella colgara el teléfono.

“¿Cómo te sientes? ¿Ya tomaste tu medicina?”

“¿Medicina?”

Sean hizo un gesto de fastidio.

“¿Es en serio, Merybeth?”

Dijo mientras soltaba un suspiro.

“El analgésico te tocaba hace media hora, y debías limpiar tu herida, ¿Ya lo hiciste?”

Sean percibió un silencio en su voz y supo que ella no lo había hecho.

“¡Maldita sea! Actúas como una niña pequeña”.

“¿Para eso me hablaste? Eres como uno de esos esposos viejos y amargados, adiós”

Dijo y colgó la llamada.

Sean tenía ojos tan grandes, impactado de que, de verdad le hubiese colgado la llamada.

Frunció la boca con rabia y gritó el nombre de Lucy.

“Sí, señor, dígame”.

“¿Qué pendientes tenemos?”

“Nada, en realidad, todos los atendió ya, y solo iba a revisar con el resto de los abogados senior, si tenían complicaciones”.

Sean miró su reloj de oro.

“¿Es que ellos no tienen un supervisor a cargo?”

“Sí, señor”.

“¿Y entonces?”

Exclamó él Lucy no parecía entenderlo.

“¿A qué se refiere?”

“¿Por qué lo hago yo?”

“Bueno…”

Ella titubeó.

“Es lo que a usted le gusta hacerlo”

“Bien, cancela esos pendientes, debo irme a casa, si algo más importante sucede, avísame”.

“Claro, ¿Su esposa se sintió mal?”

Exclamó con voz apagada.

“Voy a verla”

Dijo Sean.

A pocos pasos se encontró con Orson.

“¿Te vas?”

“Sí”.

“Qué bueno, ¿A dónde vas?”

“Voy a casa”.

Orson esbozó una sonrisa cómplice.

Lucy que iba saliendo escuchaba su conversación.

“¿Por qué me miras así?”

Preguntó Sean al notar su mirada.

“¿Qué? Quieres ir a tu casa, tienes a una hermosa y joven esposa esperándote, claro que yo también quisiera estar metido en casa, siempre”.

Sean negó, con fastidio.

“Merybeth está enferma, eso es todo”.

“¿Y tú serás su doctor personal? Muy bien, galán, así ella olvidará que esto fue un contrato y entonces, podrá ser tuya, realmente”.

“¡Cállate!”

Exclamó Sean yéndose de prisa Lucy abrió sus ojos y ahogó un pequeño grito, pero cuando los ojos de Orson la descubrieron ahí se frustró al mirarla.

Pero, Lucy fue a su oficina unos minutos después.

“Señor Orson, perdóneme, dígame la verdad, ¿Es que el Señor Hyland está casado por un contrato? ¿Acaso su matrimonio no es real?”

Orson se mostró inquieto.

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