Ámame maldito CEO -
Capítulo 278
Capítulo 278:
“¡Seguro lo escuchó todo y prefirió huir!”, exclamó Octave asustado y corrió a buscarla en seguida sin dudar.
Clarisse tomó el teléfono y marcó un número.
“Se han ido, están saliendo del edificio y se van, alcánzalos, y serán tuyos”.
“Muy buen trabajo, Clarisse, ahora mismo estoy viendo a Mary BelI salir, no te angusties, los tendré en mis manos en poco tiempo”.
“¿Qué harás con Octave, Tom?”
“Nada malo. Es mi único hermano, pero es su culpa que hayamos perdido Park King, ahora ese hospital fue cedido a otro médico, me han quitado mi cédula, nunca más volveré a ejercer y sigo en juicio, por culpa de Octave iré preso, deberá pagar por eso”.
“Oye, Tom… tenemos un trato…”
“Ya tienes tu dinero, mujer, pero, respecto a Octave, bueno, él enfrentará las consecuencias de sus actos”, sentenció Tom.
…
Mientras tanto en otro lugar…
Lynda y Edward estuvieron callados todo el camino, sin embargo, Edward la miró de reojo.
No le gustaba el silencio y no le agradaba su secretaria.
Había algo en ella que le recordaba su pasado.
Tal vez en su porte digno y humilde.
“¿Tienes buena relación con Los Hyland?”
Ella lo miró con duda.
Luego asintió.
“Bueno; conozco a la novia de Orson Hyland”
“Entiendo, las buenas relaciones nos hacen llegar lejos”.
“En realidad, espero pronto estudiar leyes”.
“Te deseo buena suerte, no es una carrera fácil”.
“Lo sé, me prepararé pondré todo mi empeño”.
“Me refiero a que las buenas relaciones son clave del éxito, mírame a mí, me gradúe, pero, mi carrera no despuntó, no como la de Sean Hyland”
El suspiró.
“Primero fue un Carson, y supe que estuvo en la cárcel, pero llego a ser un Hyland, apoyado por la mítica abogada Brooke Hyland, él tuvo mucha suerte, ahora por fin entré a trabajar aquí”.
“¿Parece que es su sueño, Señor Grant?”
ÉI sonrió
“Un poco hay de eso”.
Llegaron a Park King y entraron.
“Queremos hablar ahora mismo con el director de este hospital”, sentenció Edward.
“El no se encuentra…”
Titubeó la asistente, como si estuviese nerviosa.
Edward la miró con rabia.
“Sé que él está”
“He dicho que no”
Lynda abrió la puerta de la oficinas y pudieron ver al hombre ahí, tomando una llamada.
AI verlos colgó.
Edward sonrió ante el acto astuto de Lynda.
Entraron sin que la asistente lo Impidiera.
“¿Qué es lo que quieren? ¿Por qué entran de esta forma?”
“Queremos saber sobre una interna que tiene aquí”.
ÉI hombre arrugó el gesto.
“¿Y a cuenta de qué les ayudaría con la información?”
“A cuenta de que mi cliente es el mismo Señor Hyland, lo conoce, ¿Verdad?”
El hombre se puso tan nerviosa, que pudieron ver como pequeñas gotas de sudor perlaban su frente.
“Está bien, haré lo que sea por apoyar al Señor Hyland, sé que él destituyó al antiguo director de este hospital”.
Incluso Lynda y Edward no lo sabían.
Sus ojos se ensancharon curioso, pero no le dieron a entender nada.
“Bien, buscamos a Mary BelI Riley, sabemos que la mujer estuvo recluida aquí por años”.
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