Ámame maldito CEO
Capítulo 276

Capítulo 276: 

Sean llegó a la empresa, estaba ansioso.

Llamó a Edward, cuando el hombre entró, le pidió que tomara asiento.

“Estoy muy feliz, verás que no te voy a decepcionar”.

“Necesito que te hagas cargo de un trabajo muy especial para mí, será un reto para ti, sé que siempre has querido ser un socio de Hyland y asociados”.

Edward entrecerró sus ojos y lo miró intrigado.

“Sí… ¿Cómo lo sabes?”

“Lo sé, he visto tu forma de trabajar estos años, Edward, has luchado por mantenerte en la ley, y hacer tu mejor esfuerzo, incluso te ha tocado defender a delincuentes o estafadores”.

“Bueno… Sean, eran otros tiempos…”

“Tienes talento, eres bueno manejando esto, si logras resolver este caso y hundir a la responsable de todo esto en la cárcel, te aseguro que te daré el diez por ciento de acciones en la empresa”.

Edward abrió ojos enormes.

Incluso si le hubiese ofrecido el uno por ciento, lo hubiese aceptado.

“¿Tan importante es esto para ti?”

“Sí”.

“Dime que hago, yo lo haré”.

“Mary BelI Riley es una mujer que fue encerrada en el psiquiátrico de Park King contra su voluntad, le robaron a su hija, ahora su hija la busca, fue su marido en complicidad con su amante quienes la traicionaron para poder quedarse con su fortuna, pero la herencia estaba a nombre de su única hija”.

Edward se quedó impactado.

“¡Vaya! Hay gente que es capaz de todo solo por dinero”.

“Ve a Park King, ojalá que esa mujer esté ahí”.

“Lo haré”.

“No escatimes en gastos, mueve todos los hombres que necesites, y úsalos como quieras, quisiera hacerme cargo, pero, ahora tengo otra batalla personal que tengo que vigilar o de lo contrario, podría ponerme en peligro”.

Edward le miró extrañado de sus palabras; pero lo obedeció.

Edward estaba buscando a Maggie Presley.

Quería que ella lo acompañara a Park King para buscar pruebas.

“Ella no ha llegado, llamó, tuvo un problema con su auto”, dijo Lynda.

“¡Maldita sea! Justo ahora que es tan importante”.

“¿Puedo ayudarlo, señor?”

Edward calvó su mirada en ella como si quisiera escudriñarla.

“¿Sabes qué? Sí, toma tu cartera, iremos a Erie, iremos a buscar a alguien a Park King “, sentenció con seriedad.

Lynda sonrió.

Sintió que por fin tenía una oportunidad de demostrar que era eficiente en su trabajo y salió tras él.

Sean revisaba algunos papeles, recordó a Joe, y la extraña forma que actuó

‘Dispárame, ya estoy muerto, Sean’

Esa frase estaba golpeando su mente.

Quería olvidarlo, quería no preocuparse.

“Buenos días, señor”

Maggie Presley entró.

Acababa de llegar, trayendo consigo un jugo de naranja que Sean había pedido.

“¿Dónde está mi asistente?”

“Lo siento, ella tuvo que irse, se sintió enferma, pero avisó que volvería si estaba mejor”.

Sean asintió.

“Entiendo”.

Maggie iba a colocar su jugo justo en el escritorio, pero por torpeza, lo derramó justo sobre Sean y su regazo.

ÉI apenas lanzó un gritó, la mujer tomó una servilleta, comenzó a intentar limpiar sus piernas, y su pecho que se había ensuciado de jugo de naranja.

Merybeth entró sin avisar, venía con algarabía, pero ver a esa mujer de cuclillas, del otro lado del escritorio, en tal posición frente a su marido, le dio un mal pensamiento.

Ella sintió como si le hirviera su sangre

“¡¿Qué es esto?!”

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